Reciedumbre ideológica / Jorge Izquierdo en LJA - LJA Aguascalientes
15/11/2024

Poncho, a un año de tu partida, me mantengo en tu característica, si lo hacen bien los nuestros lo reconozco, si lo hacen mal soy el primero en señalarlo

 

En cuántas de las actuales coyunturas políticas no existe una definición ideológica de la mayoría de los miembros de la clase política mexicana, que han mantenido un absurdo sentido práctico a su proceder, con lo cual han conseguido que la sociedad en general no pueda distinguir cuál es la diferencia entre las que se asumen como diferentes corrientes de pensamiento político ideológico, y con lo que sólo se presentan como un conglomerado de oportunistas, que se mantienen como una especie de seres investidos de una incontrolable ansia de poder.

Para muchos de los que hace algunos años decidimos nuestra militancia en algún partido político, nos es difícil entender cómo en los últimos tiempos, quienes se acercan a los distintos institutos políticos, al menos los que ya tienen una tradición en el espacio político partidista, las y los nuevos miembros de los mismos, se acercan a éstos cuando quieren mantener su empleo en los gobiernos de los distintos órdenes, y en cuanto se construye la oportunidad de la alternancia, rápidamente abandonan su fugaz militancia, con lo que demuestran que nunca tuvieron el interés real de hacerse de una carrera partidista, sino de sólo apegarse a un requisito absurdo que en muchas ocasiones solicitan quienes quieren mentirse pensando que los funcionarios incidentales de sus administraciones en verdad se pueden constituir como militantes o cuadros políticos de los partidos que les brindaron la ocasión de colaborar en las mismas administraciones.

En esta dinámica de los absurdos, no es disparatado apreciar que el presidente nacional del partido que detentó el poder ejecutivo federal durante los últimos 12 años, haya manifestado que ese partido se quedará con la mitad de su militancia ahora que regresaron a la oposición al perder la Presidencia de la República; en estas condiciones sería interesante conocer dos datos en particular, y ellos son: cuántos militantes perdió el PRI durante sus 12 años como oposición al gobierno federal panista, y cuántas afiliaciones coyunturales tendrá ahora que regresó al ejecutivo federal.

Por lo pronto lo que es interesante es apreciar si en el retorno del Partido Revolucionario Institucional, se hará un distingo en su ejercicio gubernamental desde el punto de visto ideológico, ya que si bien en su más reciente Asamblea Nacional los priístas decidieron inscribirse en la corriente socialdemócrata, poco han mostrado en los hechos estar realmente cerca de esa corriente ideológica, ya que por ninguna parte aparecieron postulados de esa índole en la plataforma político electoral que inscribió ese partido político en el pasado proceso electoral federal, y mucho menos encontramos indicios de la socialdemocracia en los discursos de campaña de Enrique Peña Nieto, así como tampoco en las participaciones que ha tenido a raíz de su toma de protesta hasta lo que lleva de ese día a la fecha.

Ya en otras colaboraciones he señalado que lo ideológico parece estar en desuso en el ambiente político en nuestro país, pero creo tal vez por necedad, que en la condición actual que se viene sucediendo en el ambiente político partidista, podría ser de mucha utilidad, que el partido que hoy detenta el poder ejecutivo federal, determine una definición en ese sentido, ya que es necesario darle un rumbo categórico a la función gubernamental, para que la ciudadanía pueda precisar qué proyecto es el que está construyendo una mejor alternativa de gobierno.

Si el Partido Revolucionario Institucional decide mantener su participación e identificación con la Internacional Socialista, se encontrará en un escenario difícil ya que hace casi un mes Marcelo Ebrard Casaubon fue electo Vicepresidente de esa internacional de partidos políticos para América Latina y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano que detentó el mismo cargo por varios años, es ahora el encargado de Asuntos Internacionales del Gobierno de la Ciudad de México, encabezado desde hace apenas menos de una semana por Miguel Ángel Mancera Espinosa; lo cual tornó el ambiente un poco espinoso para este partido, que en muchos sentidos no ha encontrado su identificación ideológica después de que por muchos años marcó al nacionalismo revolucionario como su característica en esa materia, para después dar una serie de traspiés que lo llevaron del centro progresismo (jamás definido por quien lo inventó) hasta el acercamiento con la Internacional Liberal Radical en tiempos de Zedillo Ponce de León.

Ahora es quizá el momento más oportuno para que el PRI establezca una línea ideológica que le dé rumbo y certeza a su ejercicio gubernamental desde la Presidencia de la República, y que haga que los militantes y simpatizantes de ese partido tengan una línea argumentativa y discursiva que les permita dar seguimiento y cobertura a la acción de gobierno, y a la vez genere una diferencia entre la tarea gubernamental de esta nueva administración federal y las dos anteriores en ese orden de gobierno que fueron panistas.


 

Tal vez para la mayoría de quienes dicen militar en los partidos políticos en México, lo ideológico ya sea algo accesorio, y de lo cual se puedan desprender fácilmente, pero para muchos que en nuestro momento decidimos nuestra militancia precisamente por la diferencia ideológica entre los propios partidos, sería una excelente oportunidad de restaurar el esquema y el espectro político a partir de esta diferencia, que en estricto sentido tendría que ser lo más importante, aunque a los prácticos, que no pragmáticos, les moleste.

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