En 46 minutos, en un discurso de cinco ejes y 13 decisiones presidenciales, Enrique Peña Nieto configuró el México que quieren los mexicanos: en paz, con justicia y respeto a los derechos humanos; sin hambre, próspero y global.
Peña Nieto cumplió la profecía de su tía Francisca Castro Montiel, al pronosticar en 1940 que Atlacomulco tendría seis gobernadores y un presidente de la República: Isidro Fabela (1942-45), Alfredo del Mazo Vélez (45-51), Salvador Sánchez Colín (51-57), Carlos Hank González (69-75), Alfredo del Mazo González (81-86) y Arturo Montiel Rojas, (99-2005).
Hubo de lamentarse seis largas horas de violencia exacerbada en diversos puntos de la Ciudad de México y la aparición de los primeros siete cadáveres en Torreón; los seis años anteriores sumaron 50 mil.
Después del discurso de Peña Nieto en Palacio Nacional, ningún discurso político importante será mayor a 46 minutos.
Otro punto importante es que en el nuevo discurso político no estuvo el “bien común”. El único orador que “patinó” con este concepto que viene de Aristóteles a San Agustín y de éste a Efraín González Luna, fundador con Manuel Gómez Morín del Partido Acción Nacional en 1939, fue Vidal Soberón Sáenz, nuevo secretario de Marina, al citar el “bien común” en su discurso de la lealtad, en el Campo Marte.
El presidente tampoco citó aquel modismo puesto en boga por El Señor de las Tepocatas, aquel de “las y los… mexicanos”… En su lugar, el común denominador es simplemente los mexicanos y nada más.
También llamó la atención que el primer magistrado no exaltara en ningún momento la “justicia social”, que fuera durante 71 años –de 1929 a 2000- el ícono ideológico y filosófico del PRI, desde Plutarco Elías Calles y hasta Ernesto Zedillo.
O sea, estamos hablando de un nuevo sistema político mexicano, tan nuevo como el tercer milenio y más aún, como el nuevo ciclo de 5 mil 125 años del cuarto sol (de oscuridad) que concluye el próximo 23 de diciembre, para dar entrada al quinto sol (de luz), que inicia ese día, de acuerdo a las profecías mayas.
En resumen, Peña Nieto sustentará su gobierno en cinco grandes ejes:
1) “El primer deber de mi gobierno es un México en paz”; 2) “un gobierno incluyente, una sociedad de clase media… Mi más íntima convicción, es que los jóvenes compitan con éxito en el mundo moderno, por un México próspero”; 3) “educación de calidad, una reforma sustentable y audaz; 4) crecimiento económico, con mayor competitividad en todos los ámbitos; y, 5) México, actor con responsabilidad global.
Y emitió sus primeras 13 decisiones presidenciales, que son:
1) Programa Nacional de Prevención del Delito, para vivir en paz; 2) “detrás de cada delito, hay una historia de dolor”. El Estado debe hacerse cargo de las víctimas, 3) homologar los 33 códigos penales en uno solo, con un solo Código de Procedimientos Penales.
4) “Es inaceptable el hambre de los mexicanos… Todos debemos contribuir a eliminarla”; 5) seguro de vida a jefas de familia; 6) se amplía el programa de 70 y más, y habrá pensión universal a partir de los 65 años de edad.
7) Reforma Educativa, que impactará en el liderazgo de Elba Esther Gordillo y a eso va Emilio Chuayfett; 8) Programa Nacional de Infraestructura y Transportes, 9) tren de pasajeros México-Querétaro. Esta decisión presidencial será muy grata para Aguascalientes, que podría pensar ya en el siguiente tramo, de Querétaro hacia acá.
10) Competitividad económica, habrá dos nuevos canales de televisión abierta; 11) enérgicas medidas para impedir sobreendeudamientos de estados y municipios; 12) cero déficit presupuestal, finanzas sanas, a como dé lugar; y 13) racionalizar el gasto corriente y destinarlo más a la infraestructura y los programas sociales, con estrictos criterios de austeridad y disciplina económica.
La noticia más importante, sin duda, es el inminente fin de la guerra al crimen. Esto se percibe por el México en paz anunciado por el presidente Peña Nieto y en el discurso de Salvador Cienfuegos, secretario de la Defensa, por el énfasis en el respeto a los derechos humanos.