Con la edición 1438 de este diario llegamos a nuestro cuarto aniversario. Cuatro años de La Jornada Aguascalientes. A ti, lector, antes que a nadie, gracias.
Agradecemos a quienes han formado parte de este proyecto: Matías, José Manuel, Antonio, Manuel, Aníbal, Jorge, sin su impulso, sin su convencimiento y esfuerzo por hacer un periodismo diferente, pero sobre todo por su disenso y la posibilidad que abrieron a la conversación, al intercambio de ideas que invariablemente enriqueció el compromiso por elaborar un diario a la altura de las necesidades de la ciudadanía.
Gracias a nuestros colaboradores, que nos acompañen en esta ruta dándonos la oportunidad de compartir sus ideas, observaciones, puntos de vista, su participación y confianza en que respetamos sus textos son la columna vertebral que guía la responsabilidad que asumimos al definirnos como un diario que busca la pluralidad.
Por supuesto, atendemos y buscamos la interlocución con quienes desde el poder y el grupo cerrado del círculo rojo toman decisiones y forman opinión, siempre con la intención de reflejar lo que ocurre como resultado de la actividad de la clase política, vemos en ellos declarante y fuentes de información, les brindamos nuestro respeto en espera de su correspondencia.
Gracias a ti, de nueva cuenta y siempre, lector, porque trabajando para ti no podemos permitirnos la mezquindad de tener enemigos, ni caemos en la ruindad de hacer a un lado la inteligencia como motor de nuestra actividad. El reto es estar a la altura de las necesidades del lector, sabemos que la única ruta posible a seguir para estar a la altura del reto que nos impone la avidez de información es que no esté sesgada, por eso nuestra línea editorial está comprometida con la apertura a todas las voces.
Todos los días intentamos un diálogo con los lectores, lo hacemos a través de los medios que tenemos a nuestro alcance y con la dedicación que nos merece la ciudadanía. En estos cuatro años no ha habido un solo día en que no realicemos un análisis de la estrategia que elaboramos para ser el periódico que merece la sociedad de Aguascalientes, uno en el que todos se puedan ver reflejados, que engarce la visión de los jóvenes, los trabajadores, los universitarios, las mujeres, todos, sin exclusión.
Queremos pues que nos distinga la pasión de nuestro compromiso con la pluralidad y la libertad de expresión. Por eso no estamos satisfechos, nuestro ideal es mucho más grande que lo que hasta ahora hemos logrado, por eso trabajamos día a día bajo un esquema de colaboración que se nutre del diálogo y que apuesta a que sólo en el intercambio es posible contribuir a la formación de públicos y a la construcción de una ciudadanía más participativa.
Con esa convicción elaboramos la edición impresa de este periódico, por esa razón también La Jornada Aguascalientes es el único medio en la entidad que ofrece en la red su edición íntegra en pdf, para que los lectores la puedan descargar, leer, compartir y comentar (www.lja.mx); si como dicta el mercado, los medios impresos estamos destinados a la desaparición nuestra respuesta es el libre acceso al trabajo que hacemos para ellos, por ellos.
Son cuatro años ya y creemos que serán muchos más, el compromiso con los lectores nos alienta y empuja a no conformarnos, por eso es que creemos que todo está por hacerse, no con la idea de que diariamente se empieza de cero sino con el pensamiento de que todos los días podemos aportar algo mejor a lo que se construyó ayer. Ésa es la visión con la que trabajamos para los lectores, eso explica que quienes formamos parte de este diario, personal administrativo, diseñadores, fotógrafos, correctores y reporteros, llamemos casa a nuestras oficinas, para poder abrir las puertas de par en par al pensamiento y a la conversación.
No estamos satisfechos y falta mucho por hacer, sólo podemos lograrlo con el auxilio de nuestros lectores; con tu opinión, con tu participación, cuando colaboran con nosotros mostrando su desacuerdo y cuando hacen público su consenso, porque la frase que nos guía “Porque alguien tiene que decirlo” es una invitación a que sea un esfuerzo conjunto.
Hace 16 años, Carlos Fuentes publicó Nuevo tiempo mexicano, libro de miscelánea literaria que incluía diversos artículos, ensayos y un diario sobre lo que ocurrió los primeros días del ahora lejanísimo 1994 (el ascenso al poder de Carlos Salinas de Gortari y la aparición pública del Ejército Zapatista de Liberación Nacional como hechos centrales), en las páginas finales de ese volumen señalaba que el antiguo y nuevo tiempo mexicano se encuentra dentro en la mezcla de una vieja memoria y una modernidad radica e incluyente. El autor de La región más transparente señalaba en ese entonces:
“La grandeza de México es que el pasado siempre está vivo. No como una carga, no como una losa, salvo para el más crudo ánimo modernizador. La memoria salva, escoge, filtra, pero no mata. La memoria y el deseo saben que no hay presente vivo con pasado muerto, ni habrá futuro sin ambos. Recordamos hoy, aquí. Deseamos aquí, hoy. México existe en el presente, su aurora es ahora porque no olvida la riqueza de su pasado vivo, una memoria insepulta. Su horizonte también es hoy, porque no disminuye la fuerza su vivo deseo.
“Sí, somos más que los calendarios. No cabemos en ellos. Sabemos que nada tiene principio ni fin absolutos. Ésta es la grandeza mexicana. Una grandeza renacentista permanente que no acepta la tiranía de la Razón ni la tiranía de la Magia –nuestros extremos- sino que celebra la continuidad de la vida, múltiple, portadora del pasado que nosotros creamos, inventora del porvenir que nosotros imaginamos. No nos atemos nunca a un dogma, a una esencia, a una meta excluyente. Abracemos, en cambio, la emancipación de los signos, la escala humana de las cosas, la inclusión, el sueño del otro.
“Sólo así, todos los días, fundaremos un nuevo tiempo mexicano”.
Ahí estamos, en eso estamos. Falta mucho por hacer, sólo en un diálogo constante y el intercambio de ideas podremos hacerlo. Contigo lector.