El pasado 7 de diciembre, terminó la Cumbre de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP18), celebrada en la ciudad Doha en Qatar.
Uno de los puntos clave trataba sobre un segundo periodo ratificable del Protocolo de Kioto, el cual es un tratado internacional sobre la emisión de gases de efecto invernadero (GEI), éstos son los principales causantes del cambio climático. El Protocolo terminaba en el presente mes, es decir en este diciembre, el acuerdo alcanzado durante la COP18 es prorrogarlo hasta el 2020.
La mala noticia refiere a los datos e informes científicos sobre el calentamiento global: el compromiso de los países sobre la disminución de los GEI ha sido lento, las predicciones sobre los efectos del cambio climático se están cumpliendo previa la fecha propuesta y derivada de algunos estudios científicos.
La balanza otra vez se ha inclinado a favor de los países desarrollados, quienes son los poseedores y/o creadores de tecnología, quienes más utilizan o merman los recursos naturales disponibles en nuestro planeta.
Los acuerdos internacionales deben reflejar un trabajo previo de varios meses, pero sobre todo, deben expresar compromisos sostenidos, reales, medibles, seguros de cada país; donde países como los Estados Unidos, Japón, Rusia puedan ser obligados por consenso internacional a una adaptación y compromiso a las necesidades globales derivadas del cambio climático.
Los países en vías de desarrollo, a mi parecer, seguirán en el ring, dando pelea para conseguir acuerdos vinculatorios, justos y equitativos según su nivel de desarrollo y necesidades. Los países en desarrollo están luchando por mantener con vida al Protocolo de Kioto, porque los países más industrializados demuestran poco interés ya que sería símbolo de cambios de proceso en su industria, de medir su huella ecológica para asumir el compromiso de disminuirla.
Canadá se retiró de Kioto, acción confirmada por Adam Sweet, portavoz del ministro de Medio Ambiente. Nueva Zelanda también se retiró, su postura afirma como inútil el Protocolo de Kioto porque Estados Unidos jamás lo ratificó porque el tratado no impone restricciones a China ni a otras economías emergentes.
Japón sostuvo rechazo a prolongarlo, pero continuará con sus inversiones contra el cambio climático, anunció Masahiko Horie, embajador para el Medio Ambiente; añadió “sólo una cuarta parte del mundo tiene la obligación legal”.
China y Estados Unidos representan más del 40 por ciento de emisiones de dióxido de carbono.
La Unión Europea y Australia confirmaron su continuación con Kioto, pero estos países en conjunto sólo representan un máximo del 15 por ciento de las emisiones globales.
Uno de los objetivos de la Conferencia de Doha era que a partir del 1 de enero de 2013 se diera nacimiento del segundo periodo del protocolo de Kioto. La próxima reunión importante será en París en el 2015, donde se espera poder tener un acuerdo global sobre las reducciones de GEI en el cual los países industrializados y en desarrollo se obliguen con medidas; por lo pronto se logró un segundo periodo que estará en vigor del 1 de enero de 2013 al 31 de diciembre del 2020, pero con pocos resultados esperados sobre la reducción de GEI.
En el tema de financiación se reafirma que países desarrollados movilicen una ayuda anual de 100 mil millones de dólares a partir del 2020 para asistencia en países más necesitados en su mitigación y adaptación al cambio climático.
Ahora bien, si la Cumbre Rio+20 no arrojó grandes acuerdos en temas ambientales, yo no esperaba mucho de la Conferencia de Doha.
“Una visión global para una actuación local” ¿cómo se vinculan estos temas con ciudades como Aguascalientes, Zacatecas, Durango, Guadalajara o el DF?; cada persona estamos vinculadas al entorno que nos rodea, sobre el cual generamos un impacto, una merma sobre los recursos naturales. Un cambio global está vinculado a un cambio de paradigma generado por hábitos y acciones individuales y locales.
¿Usted conoce el porcentaje de GEI que genera su ciudad o comunidad?
Algunas posturas señalan que la disminución de GEI globales han sido inútiles para combatir el cambio global; pero, ¿cuál sería el escenario actual sin haber aplicado dichas disminuciones y acciones?
@porlatierra @lazoazul