Bacon en México (1) / The Insolence of Office - LJA Aguascalientes
24/11/2024

 

La noche del 6 de diciembre, en el Museo Aguascalientes, tuve el honor de inaugurar, con motivo de la exposición Los dibujos de Francis Bacon donados a Cristiano Lovatelli Ravarino, una serie de conferencias que girarán en torno a la obra del pintor irlandés.

Para esa ocasión escribí un texto que rebasa, por mucho, lo que aquí puedo compartir. Lo que hoy presento es una versión reducida de una parte de las tres que pronuncié el pasado jueves. Agrego, a su vez, un apunte que el encargado de la producción museográfica, Jorge Ramírez, amablemente me comentó. Va, pues:

Los dibujos italianos de Francis Bacon son producto del romance entre el pintor y el periodista Cristiano Lovatelli Ravarino. La historia es interesante y genera preguntas en torno al mundo del arte.

En el documental Bacon’s Arena de 2005, el director Adam Low señala que Bacon tuvo, casi por década, un amante distinto. El recuento empieza por sus últimos años y continúa hacia atrás: en los 80, sostuvo un affaire con un madrileño; en los 70, con John Edwards; en los 60, con George Dryer; en los 50, con Peter Lacy; en los 40, con Erich Hall; en los 30, con Ray de Maistre; y ahí paramos porque Bacon nació en 1909 así que los novios de primaria y secundaria no cuentan. Resulta curioso que Cristiano Lovatelli Ravarino no figure como un amante ampliamente reconocido. Más aún por la cantidad de años que, en teoría, duró esa relación: de 1977 a 1992. En esos 15 años, Bacon regaló alrededor de 600 dibujos a Cristiano. ¿No sería esperable que una relación tan duradera y tan fructífera fuera reconocida? Esto podría generar sospechas. Sobre todo porque hasta donde he podido espigar no he encontrado una foto de Cristiano con Bacon. En su sitio oficial sólo hay algunas fotos del pintor en Italia. Nunca con Cristiano.

Supongamos, para avanzar, que existe registro fotográfico pero que Cristiano no ha decidido compartirlo; pues bueno, la historia relatada por Umberto Guerini, abogado penalista metido como muchos estudiosos de leyes, al mundo cultural, confirma el encuentro. A continuación el resumen: En 1997 Cristiano Ravarino llamó a Guerini para encontrarse. Ravarino le contó que había vendido un par de dibujos de Bacon y que, uno de los compradores, lo demandó por sospechar de la autenticidad de las obras. Guerini, como mucha gente cuando se entera de la existencia de los dibujos, pensó que aquello era una tomadura de pelo. Conforme Ravarino fue mostrando pruebas, Guerini se interesó cada vez más. Defendió a Ravarino y ganó el caso. Desde hace un par de años, Guerini es el presidente de la fundación de los dibujos de Bacon y ha facilitado que los dibujos se expongan en varias partes del mundo.

En 2009 se presentaron, extrañamente en el pabellón de Arabia Saudita de la Bienal de Venecia, bajo el título de The tip of the Iceberg, cerca de 20 dibujos italianos de Bacon. Las reseñas fueron más bien tibias. Se centraron en el lío legal de si eran o no del pintor inglés. Más allá de eso, nada. De ahí pasaron, en 2010, a Buenos Aires. En el Centro Cultural Borges aumentó el número de dibujos y, con la diferencia de que fue traducido, se conservó el título. Al parecer lo que vemos aquí en Aguascalientes es casi lo mismo que vieron en Argentina. La diferencia está en que allá vieron dibujos a color.

De Argentina la exposición se movió a Chile en 2011. El lugar que hospedó el trabajo de Bacon fue la Corporación Cultural de las Condes y Fundación Italú. En el país andino se repitió la exhibición sólo que partida en dos. No cambiaron ni título ni obras: se presentaron 43 dibujos (40 en blanco y negro y tres a color): aquella presentó 28 (incluídos los tres a color); ésta, 15.

Antes de llegar a Aguascalientes, se presentaron, a mediados del presente año, en Praga, algunos de los dibujos italianos bajo el título de Francis Bacon & Bohumil Hrabal, dos genios. La intención de la exposición fue hermanar a ambos artistas a través de sus respectivas disciplinas.


Considero importante hacer una recapitulación de los traslados y las características porque esto va a tener relación con lo que se presenta en Aguascalientes:

Cristiano Ravarino y Bacon sostuvieron una relación que duró 15 años. En ese tiempo el pintor regaló un montón de dibujos.

La sospecha de que los dibujos  no sean de Bacon ha traído juicios legales. Después de un tiempo, se ha confirmado la autenticidad de la firma del pintor.

Los dibujos han pasado por varios discursos curatoriales: en Venecia se presentaron cerca de 20 en el pabellón de un país de Medio Oriente bajo el título de The tip of the iceberg.

En Argentina La punta del iceberg fue expuesta en el Centro Cultural Borges. Se presentaron 43 dibujos. Se publicó el catálogo de la exposición bajo el mismo nombre que la exhibición.

En Chile se mantuvo todo lo anterior sólo que la selección fue cortada. Dos sitios albergaron la obra.

En Praga se utilizaron los dibujos para unirlos al trabajo de otro artista.

Los dibujos, por tanto, han pasado por muchas manos y, al parecer, no ha tenido una deseable unidad. La exposición que se encuentra en Aguascalientes se ha insertado, también, en esa lógica. Los cambios los comentaré después.

 

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