Estimado lector, este día hablaré de los daños colaterales que las decisiones financieras ocasionan en la población. Así como hablamos de víctimas colaterales o inocentes en las guerras, lo mismo se debe decir de lo que está sucediendo actualmente en el mundo.
Mucho hemos hablado en este espacio, sobre la recesión, las crisis que iban a llegar (y de hecho ya llegaron) y de las implicaciones macroeconómicas que tendrían en el mundo. Se me ha tachado gracias a esto, de pesimista, ave de mal agüero, y otras cosas, aun cuando en muchas ocasiones hemos acertado.
Pero nunca nos ocupamos de los ciudadanos, de las víctimas del capitalismo feroz, aquellos que no han podido sobresalir, o sobrevivir en este mundo voraz. Las noticias de esta semana, como una nota más, fueron por más alarmantes. La tasa de suicidios en España, Italia, Grecia y Portugal, se han incrementado en forma alarmante debido a que las personas no tienen dinero, no saben qué hacer y antes de verse en la pobreza extrema, prefieren salir de este mundo y se suicidan.
En México, por otra parte, aun cuando la tasa de suicidios por cuestión económica que las autoridades presumen es baja, la realidad es otra. De hecho México fue uno de los países que más poco incrementó su clase media y más elevó a la población en pobreza de cualquier tipo. El presidente Calderón, que ya esta por acabar su sexenio sólo está dejando una estela de muerte, familias rotas, y pobreza mayoritaria. Por más que presuman la estabilidad macroeconómica, eso sólo trajo prosperidad a los que más dinero tienen.
En España la situación es terrible. El día de ayer hubo una huelga general (otra más) mientras el gobierno debate entre seguir la política de austeridad y de recortes o bien, pensar ya en alguna otra alternativa. No han querido pedir un rescate mayor, aunque cada vez las voces se han alzado más para pedirlo, pero eso implicaría mayores políticas restrictivas y menor ingreso a la población. Sin temor a equivocarnos ya podemos hablar de la generación perdida española, aquellos que son jóvenes actualmente, recién egresados, entre 22 y 30 años que gracias a este problema económico que viene heredado de Zapatero (eso es importante no olvidarlo, convocó a elecciones anticipadas para que a él no le pasara toda esta problemática) tardarán 10 años en regresar a los tiempos anteriores a esta crisis.
Alemania, la gran potencia, es vista ya con ojos de ave de rapiña, la canciller Angela Merker fue de visita de Estado a Portugal, y aunque felicitó al gobierno de ese país por las políticas restrictivas y de austeridad impuestas el pueblo en su conjunto se manifestó en contra de estas políticas.
En Estados Unidos, una vez que Barack Obama tuvo un triunfo interesante, tiene su primera problemática. Por primera vez en mucho tiempo, el déficit fiscal es superior al PIB del país, y uno de los causantes de esta problemática, Timothy Geiner, presidente del Tesoro, acaba de anunciar su renuncia. Igual que Zapatero, prefiere que a otro le vaya a tocar la explosión de este problema. El mundo está atento a los pasos que siga Obama, si políticas de austeridad y restrictivas, o bien seguir igual. Cualquier paso que tome tendrá implicaciones profundas en nuestro país.
Y aunque ya se aprobó la reforma laboral en México, se necesita mucho más que eso para poder revertir el impacto que tendrá en nuestra sociedad estas “turbulencias” financieras.
Ahora la preocupación del gobierno federal entrante no debe ser, por ningún motivo, el salvar los peces grandes, sino evitar que los que puedan ser víctimas de los daños colaterales, no lo sean. Ya muchas víctimas colaterales tuvimos por la lucha contra el narco, la cual parece que está perdida, como para que ahora tengamos otras víctimas que si bien es cierto no serían por el momento mortales, en cualquier situación podrían hacerse de ese modo, como lo hemos visto en España con la ola impresionante de suicidios por falta de dinero, trabajo y prosperidad.
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