Al amparo de Karl Kraus
En la silla y sin interlocutores
Acostumbrados al off the record
El que exagera puede ser sospechoso fácilmente de decir la verdad. El que inventa, de estar informado. Es uno de los aforismos de Karl Kraus (Bohemia, 1874-Viena, 1936), periodista, ensayista, poeta y dramaturgo, ha sido reconocido como uno de los escritores con un sentido del humor más ácido y uno de los críticos más sagaces de los medios de comunicación y el uso del lenguaje en los mismos, el blanco de su sátira siempre fue la estupidez, a su sombra nos cobijamos para el texto de hoy.
El enemigo interno. A esta redacción llegan comentarios, pero sobre todo críticas, porque no se ha comentado nada acerca de la campaña del Gobierno estatal para promover el Segundo Informe de Gobierno de Carlos Lozano de la Torre, ¿tenemos algo que decir?, por supuesto, pero preferimos analizar las cifras y los datos que arrojarnos a una diatriba en contra de la promoción, porque así centramos la atención en el fondo y no en la forma. Para quien señala que la difusión de este gobierno ha sido desmedida, nomás le recordamos que en nada se parece a lo que solía hacer Luis Armando Reynoso Femat, hace apenas dos años, ¿de veras ya no nos acordamos?
La calidad y la cantidad, para analizar el Segundo Informe de esta administración nos parece indispensable expurgar las cifras que contiene el anexo estadístico que el gobernador entregó al Congreso del Estado, cruzar los datos duros con la propuesta. Lo más visible es que en la agenda del Gobierno estatal colocan dos temas ligados a la percepción de la población: empleo y seguridad. En materia de empleo, ahí están los más de 15 mil empleos que señala el IMSS, no el gobierno, son los datos de trabajadores asegurados, lo que se puede cuestionar es que Aguascalientes siga entre las primeras 10 entidades que el INEGI enlista con las mayores tasas de desempleo, por supuesto, la calidad de los empleos, pero la cantidad no.
Lo que se puede cuestionar entonces es la forma en que este gobierno ha decidido promocionar lo que ha logrado. Hace apenas unos días comentábamos que en política nada es personal, hoy lo reiteramos, ¿quién se está haciendo cargo de la imagen de Carlos Lozano de la Torre?, suponemos que un enemigo, basta echarle un ojo por encima a la calidad de la propaganda que se difunde para saber que alguien no está haciendo bien su trabajo. El Photoshop es evidentísimo, al grado que lastima ver que se quiera engañar a los ciudadanos con imágenes mal trucadas, inevitablemente se desvía la atención hacia la forma y se olvida el fondo. Campus Sur, Nissan, empleos generados, percepción de seguridad… pasan a segundo plano cuando los encargados de Comunicación Social permiten que en la imagen se retoque de manera tan burda la imagen del gobernador.
Cualquier análisis somero de imagen entregaría como resultado que se “ensucia” lo anunciado cuando se retoca tan burdamente la forma, ¿cómo es que en Palacio grande no lo ven?
Parte, suponemos, de la forma en que los gobernantes están acostumbrados a tratar a los medios. ¿De qué sirve mantener en la nómina a un columnista que suele llenar sus entregas con chistes y que comente los “logros” del gobierno estatal? Creemos que de nada, pero igual se hace, por costumbre; pero cuando desde esta columna se critica a alguna de las mascotas de la comunicación oficial, en corto, off the record, inmediatamente recibimos la aprobación de los actantes políticos: qué bueno que criticaron a Matías Lozano, a Fernando Lozano, a Maurilio Batres, nos dicen, que porque hacen uso indebido del supuesto poder que tienen para chantajear a los políticos… pero cuando se les ofrece a esos quejosos el espacio para la denuncia, prefieren recular, no vaya a ser la de malas y entonces se “echen encima” al “quinto poder”.
Esa actitud medrosa, que responde a respetar un vergonzoso dicho de “perro no come perro”, impide el desarrollo de una prensa crítica en la entidad y se refleja en la forma en que se comportan quienes alcanzan una posición en el organigrama institucional. Ahí tiene el aburridísimo acto en que los priístas “analizaron” el día de ayer el informe del gobernador, ¿de qué sirve la lambisconería colectiva?
Sí, el gobernador dijo que “Lo mejor para Aguascalientes está por venir”, él lo dijo, ¿para qué organizar en la Cava Domeq un desfile donde desde el dirigente estatal del PRI, Guadalupe Ortega Valdivia, y el delegado del Comité Ejecutivo Nacional, Jesús María Rodríguez Hernández, hasta el senador Miguel Romo Medina y el candidato perdedor, representante de la FTA, Alfredo González, repitan lo mismo?, ¿por qué rendir la capacidad de análisis a la reproducción de las frases del Segundo Informe de Gobierno?
Lo terrible es que no es una actitud únicamente priísta, tiene que ver con el acceso al poder, ayer le comentábamos la confusión existente en las filas panistas entre personajes y proyectos, para ejemplificar basta preguntarse dónde están hoy todos los que consideraban a Ricardo Magdaleno un digno contendiente de Luis Armando Reynoso Femat? Son los mismos que hoy de su currículum y perfiles en redes sociales borran las imágenes que los mostraban rendidos por el encanto de Martín Orozco Sandoval y ahora venden su cariño a Felipe de Jesús González Ramírez.
Más que hipocresía es bajo nivel de actuación política, una idea triste de lo que servidor público implica ser, rebajar “capital político” a lealtad a un jefe, como han venido haciendo los pre pre candidatos del PRI a la alcaldía capital. Algo tendrán que cambiar en su discurso Luis Fernando Muñoz y Enrique Juárez Frías si en verdad apuestan a que sus aspiraciones sean tomadas en cuenta, porque sumarse a un proyecto político implica también la responsabilidad de no dejar sola a su jefa, Lorena Martínez, cuando el entorno (es decir, los queda bien de siempre) la empujan a una confrontación con el general Rolando Hidalgo Eddy.
Lo que es evidente (y lamentable costumbre) es que una vez que se llega a la silla se queda uno absolutamente solo, eso quiere decir, sin interlocutores, sin alguien que tenga la capacidad de decir esto falta, esto sobra, esto no está bien, esto puede mejorar. Mientras sigamos viviendo en la simulación, en el constante off the record, poco se podrá cambiar. De este lado, sólo nos queda ampararnos a la sombra de Karl Kraus y que nos acusen de inventar.