Acaba de pasar el buen fin, varias personas salieron a las tiendas en busca de computadoras, tabletas y otros dispositivos electrónicos, a la expectativa de encontrarlos en precios competitivos o con buenas condiciones para su compra. No creo que los libros hayan tenido la misma demanda. En esta manifestación de ganas de gastar, me pregunté cuántos estarán invirtiendo su dinero en la ciencia.
A principios de este mes el físico británico Peter Higgs, que formuló en 1964 la existencia del bosón que lleva su nombre, declaró en Barcelona: “España tiene que invertir más que otros países en el sector científico por el absoluto abandono que ha sufrido en el pasado”(1), y esa declaración me hace pensar en nuestro país. A lo largo del casi finalizado sexenio, la comunidad científica no se cansó de reclamar más y mejores apoyos para ese sector, sin recibir respuestas satisfactorias. El profesor Higgs añadió: “España ha tenido gobiernos que no han mirado nunca a la ciencia” y que ahora “necesita más ciencia, de lo contrario tendrá consecuencias para la economía”(1). Cuando se piensa en España como la madre patria y los paralelismos que vivimos, éste es desafortunado y demanda de nuestra atención.
En esa misma entrevista Alan Walker citó las intenciones del gobierno del Reino Unido de retirar su contribución económica al Centro Europeo de Física de Partículas (CERN) y que “el pasado 4 de julio se habría dado cuenta de su equivocación”(1). Parece desafortunadamente que la inversión en la ciencia no es un asunto particularmente popular.
Al menos en nuestro estado parece haber buenas señales, los diputados presentaron una iniciativa para llevar de 4 a 100 millones la inversión en ese rubro(2). 100 millones pueden parecer mucho o poco, en términos relativos con la inversión anterior hablaría de un cambio sustancial. Dependiendo del área del conocimiento en que se quiera aplicar, bien podría consumirse todo en un equipo de laboratorio. Esperemos que la iniciativa prospere, acompañada por lineamientos claros de cómo se aplicaría esa inversión pública, en beneficio de nuestra sociedad.
Pedro Duque, astronauta español, señala que “cada euro invertido en la actividad espacial reporta a la economía de un país entre cuatro y 20 veces su valor: las posibilidades abiertas por el espacio hacen surgir infinidad de nuevos negocios y la innovación conseguida mejora los procesos de las demás industrias.” (3) Pienso que, de la misma manera, si se invierte en la formación científica de nuestra juventud, los nuevos egresados de las universidades transformarán nuestro entorno por la aplicación de la ciencia y la tecnología en nuestra industria local.
Ya está próxima la fecha en que los aguinaldos llegarán a los hogares. Espero que si se reserva un presupuesto para regalos a niños y jóvenes, se tome en cuenta la posibilidad de que esos regalos estimulen el espíritu científico. Hay varios juguetes y lecturas pensados en los más jóvenes para estimular su amor por la ciencia y el desarrollo tecnológico. Si oportunamente se estudian opciones, se comparan costos, incluso se sorprenderán de que pueden obtener cosas muy llamativas y divertidas a precios razonables.
(1) http://goo.gl/qYRVI
(2) http://goo.gl/GX5o2
(3) http://goo.gl/WOZ8x