Estimado lector, estamos a unos días de terminar el sexenio de Felipe Calderón, y como todo, es el momento de hacer un recuento de lo bueno, lo malo y lo peor que este sexenio que termina nos dejó.
Cuando empezó el sexenio de Calderón, en medio de la peor crisis política de México y con un presidente electo que tuvo que tomar protesta de forma apresurada y entrando a tomar la posesión a escondidas, buscó la legitimación de su cargo, debido a las protestas y a la poca diferencia de votos que hubo entre él y su contrincante Andrés Manuel López Obrador. Este personaje se convirtió en la piedra del zapato al proclamarse “presidente legítimo”. Pero nunca se pudo legitimar adecuadamente Calderón. Buscó a través de su lucha contra el narco tener ese empuje legal, pero no lo logró de forma adecuada por un lado, ya que el narco sigue siendo una de las empresas más grandes del mundo y por el otro el costo ha sido muy alto. Algunos nos dicen que son 30 mil muertes las que este sexenio han dejado. La crisis de seguridad que el país tiene en estos momentos es enorme. No existe el libre tránsito de mercancías, ni de personas. Los que vivimos en Aguascalientes tememos salir y todos conocemos a alguien que ha padecido en carne propia los efectos de la inseguridad, ya sea por un robo, un secuestro, una muerte, o bien, la intimidación de los malandrines, a través de cuotas.
Ocurrieron dos eventos externos que afectaron el sexenio, y uno fue atacado de forma adecuada y el otro, quizá no. El primero fue la crisis de 2008, una crisis económica mundial que sirvió para que el presidente Calderón tendiera puentes con el presidente entrante Obama. No hay que olvidar que el “despiste” de nuestro ex presidente Fox al no dar condolencias a los americanos por los ataques del 2001, llevaron a un enfriamiento de las relaciones bilaterales. No sólo eso, el presidente Calderón respetó las modificaciones que se hicieron a la ley durante los sexenios de Salinas y Zedillo para darle autonomía al Banco de México y dejó que los expertos de la SHCP llevaran al país a manejar adecuadamente las políticas hacendarias y fiscales, que han llevado al país a una situación macroeconómica sólida.
Desafortunadamente, esa solidez sólo convino a unos pocos. La pobreza de todo tipo (extrema, alimentaria, de sustento) aumentó en el sexenio de forma importante, y lo peor es que no se ve una política gubernamental adecuada para paliar la misma.
Y el otro evento traumático que existió en su sexenio fue la epidemia de la influenza porcina. El país se paralizó totalmente por un periodo de 15 días. ¿Era necesario? Lo dudo, pero tristemente ahora estamos dándonos cuenta de los premios económicos y no económicos que Córdoba está obteniendo de parte de las farmacéuticas, que la realidad es que fueron las únicas que ganaron dinero en esto. Las muertes por la influenza no fueron tantas como se dijo, por un lado, y por el otro los efectos secundarios de las primeras vacunas han sido terribles (a muchos se les ha desarrollado el síndrome de Guillan Barré, el cual paraliza el cuerpo humano y no tiene cura, hasta que dejan de funcionar los pulmones).
Y de premio de consolación a este personaje le dan la Secretaría de Educación. Sr. Presidente ¿no que iba a tener a los mejores para cada puesto? Éste es un sólo un comodín que usted tiene, no es el mejor para la educación.
Ése es otro tema que quedó pendiente, la educación, ya que caímos varios puestos a nivel internacional, y como no se tocaron los sindicatos, pues eso es un contrapeso enorme para el progreso educativo del país.
Ya al final de su sexenio, logró la reforma a la ley laboral y a la contabilidad gubernamental. Hubiera sido fabuloso que lo realizara antes, pero más vale tarde que nunca. Lo que sí tengo que reclamar aireadamente al presidente, es por qué dejó tanto tiempo y sigue protegiendo a Genaro García Luna, una persona nefasta, que será recordada sin temor a equivocarme como al General Arturo Durazo, como uno de los más corruptos y malos elementos de la policía. Aun ahora que se está demostrando el mal actuar de sus elementos en el incidente de Tres Marías, sigue con teorías “tontas” de cómo ocurrió y hasta dice que fueron estúpidos los elementos que lo hicieron. ¿No que tiene los mayores estándares de calificación la policía federal? Yo ya no entendí.
En fin, la historia juzgará a Calderón. Por lo que a mí respecta, fue un presidente que quiso y no pudo, que fue candil en la calle y oscuridad en la casa, que deja muchas deudas y un país ensangrentado y con una cantidad de deudas en vidas humanas impresionante. Ojalá y después tenga dónde vivir, porque la tiene muy complicada, pisó muchos callos, y muchos le reclamarán su actuar si se pasea como si nada por las calles.
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