En toda cosa hay que considerar el finJean De La Fontaine
Hoy se termina el sexenio. Han sido seis años más bien largos, con todos sus días y sus minutos. Lo que viene todavía es un misterio, pero supongo que esto es un tren y lo único que cambiará es el chofer y su equipo de trabajo, pero seguimos por la misma vía. Supongo.
En estos años, he aprendido que con el tiempo la gente le pierde el respeto a la investidura de las autoridades, sea cual fuere la autoridad manifiesta, pero a mí me gusta seguir con ese entusiasmo de respeto a la autoridad incluso cuando en su persona, no tiene tanta. Calderón terminó el sexenio con un bodrio de reformas: unas buenas y otras no tanto, unas necesarias pero insuficientes, unas oscuras y otras negociadas. Perdió dos secretarios de gobernación, quienes perecieran en accidentes como de película de ésas de complots y venganzas. Perdió amigos personales y miembros de su partido. En fin perdió mucho. Aunque no estoy diciendo que todo en el sexenio estuvo perdido, no creo en la ingobernabilidad -le reitero lo del tren y sus choferes— lo único que digo es que a veces la vida es injusta, porque si en algún lugar la vida es percepción es en la política. Pero supongo también, que en la política no están cambiando estampitas de un álbum y que los intereses son altos. Ojalá que un día el principal interés político sea exclusivamente la gente. De la economía no hay quejas y supongo que muchos no, no estamos bien como quisiéramos, pero hemos permanecido estables, eso es una ganancia que hay que conservar para el siguiente periodo.
Una guerra non guerra
Ha sido tan criticada la famosa guerra contra el crimen organizado. No creo que sea una guerra y tampoco creo —a pesar de las encuestas— que todo se haya perdido. Sin duda, esta guerra costó según diversos datos, 90 mil muertes más o menos pero piense usted en el costo de que todos los días niños y jóvenes se sumerjan para siempre en el oscuro mundo de las drogas y el crimen, porque se les ha dicho que “como eso nunca va a acabar” más vale entrarle que quedarse fuera. Piense en la desintegración familiar y en el costo público dedicado a rehabilitar las adicciones, al pago de la seguridad pública, a las muertes por accidentes viales relacionadas con el alcohol y las drogas, a las miles de familias que quedaron puntiformes o deshechas.
El gran valor de esto, es que ya hay una iniciativa para distinguir —como en los viejos tiempos— el bien del mal, los policías de los ladrones como cuando éramos niños. Con ello, el presidente electo Enrique Peña Nieto tendrá una pauta de partida para no cejar las intenciones de fracturar definitivamente al crimen organizado y esta matriz tan compleja y brutal que ha constituido.
El gran error, sin duda, fue que esa lucha siempre estuvo incompleta. No comprendo cómo teniendo asesores especializados en medios de comunicación y en estrategias territoriales, nunca hayan utilizado mecanismos de sensibilización con la ciudadanía —como en una campaña de mercadotecnia social— para hacerla copartícipe de este proyecto. Veo ahí, la laguna que quizás provocó el fracaso. Nadie dijo que sería fácil.
La asistencia que derramó el asistencialismo
La política social fue y seguirá siendo otro gran tema. Apenas el miércoles el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, dio los siguientes argumentos: 1) En el caso de la pobreza, se han confundido causas con efectos. Lo más fácil ha sido atenuar los efectos; 2) ¡Se le asigna a una sola Secretaría (a nivel federal y estatal) el objetivo de reducir la pobreza!; 3) Las áreas ajenas al desarrollo social (las áreas económicas y otros sectores sociales) no tienen como uno de sus objetivos la reducción de la pobreza; 4) En diversos fondos del Ramo 33 no es claro el uso que se le da a los recursos en las diferentes entidades; 5) La asignación de recursos del Ramo 33 entre entidades no corresponde a la distribución de las carencias; 6) Insuficientes elementos de evaluación rigurosa en entidades federativas y municipios. Y la pregunta es ¿Entonces qué estuvimos haciendo los pasados seis años? Porque este resumen lo comentan faltando días para el final. Bueno, al menos servirá —otra vez— para que los que llegan tengan un punto de partida también en ese sentido. No está de más decir que muchos programas como Oportunidades llegaron a su tope máximo y poco a poco fueron perdiendo fuerza cayendo en el asistencialismo tradicional. Tampoco está de más decir que no todo en la política social estuvo perdido, ramos como el 33 en sus fondos (particularmente el 3 para la infraestructura social municipal y el fortamun) han sido muy importantes para el combate frontal a la pobreza más extrema; otros como el ramo 20 donde funcionan Rescate de Espacios y Hábitat, fueron y creo que seguirán siendo una herramienta muy importante en el desarrollo de habilidades para incrementar el bienestar social.
Campañas varias
Finalmente es de reconocer el trabajo realizado por la primera dama, y también su visión para realizar propuestas como el Programa de rescate de espacios públicos y otros desde el sistema DIF nacional que se vieron afianzados. Pero sobre todo hay que reconocerle, que siempre fue una esposa que tamizó los detalles de su esposo el presidente, sin perder su lugar tanto en casa como en el trabajo, éso es lo más valioso. Es más, no dudo que muchos van a echarla de menos, más que a él.
Aquí solamente es necesario hacer una crítica concreta al cómo fueron subsidiados algunos temas de salud. Pienso en la famosa reforma del narcomenudeo —dada en plena influenza abrileña aquel 2010— en la que se dio un paso negativo sobre el tema de las drogas, justificando una cuestión consecuencial antes que causal. Por otro lado, pienso en el tema de la salud sexual, donde se promovió ampliamente el uso del condón sin hablar de las consecuencias y las realidades de la sexualidad prematura o insegura. Me hubiera gustado que desde la perspectiva que el presidente en su ideología partidista representa, hubiera tomado otros caminos más hacia la investigación y hacia trabajos relacionados más que con la política, con la búsqueda de la verdad y el bien común. En fin. Será para la otra.
@comandanteserra