Algunos dicen que basta mirar el estacionamiento de la Universidad Autónoma de Aguascalientes para darse cuenta de por qué tiene una comunidad estudiantil tan apática en la mayoría de los temas que están fuera de su interés directo en el salón de clases. No soy tan ferviente de dicha teoría ni he visitado tantas universidades autónomas como quisiera, pero entiendo por qué dicha afirmación existe: mucho brillo. En efecto, mira el estacionamiento de tu universidad y te diré el nivel socioeconómico en el que vive (su población), aunque un argumento clasista no es la respuesta que espero acerca del porqué de la apatía universitaria.
Teorías someras de lado, cierto es que el estudiantado de la UAA tiene una apatía impresionante así como una capacidad notable para victimizarse por las consecuencias de sus actos. Hecho real: durante una visita, hace un par de años, a la obra negra que posteriormente se convertiría en la Televisión Universitaria, una amable funcionaria de la UAA nos comentó que todavía había espacios abiertos en la parrilla de programación del canal, así como expresó sorpresa porque había cero solicitantes provenientes de carreras relacionadas con la comunicación y los medios masivos, especialmente de la carrera Comunicación e Información.
Esta dama también nos indicó que no le cabía en la cabeza dicho resultado ya que se invirtió una buena cantidad de dinero en convocatorias, y ni hablar del tiempo tanto de ella como del rector en turno, para difundir ese nuevo espacio de expresión para los universitarios. “Definitivamente los carteles y periódicos murales no sirven ¿pero entonces qué buscan? ¿Invitaciones personales?”, fue la conclusión de la funcionaria. Por supuesto, meses después vino la reacción de una comunidad dentro de las carreras de comunicación, consistente en quejas sobre por qué no se les había tomado en cuenta. Historia real. Y me pregunto ¿qué más pudo hacer la UAA para invitarlos?
El final de la anécdota puedo definirlo en que si bien no participé en la Televisión Universitaria, por cerca de dos años pude colaborar en 94.5 FM Radio Universidad (institución que a pesar de los cambios administrativos considero mi casa y mi escuela) tanto en el área de Noticias como con una producción original. Entonces, afirmo con vehemencia que si hay universitarios, específicamente de comunicación, sin un espacio para expresarse, básicamente es porque no quieren y no les interesa. Sólo les interesa quejarse.
Todo el cuento es para ir a otro punto, uno en el que cada que es tiempo de elecciones dentro de la UAA para definir a la nueva dirigencia de FEUAA, no falta quién lanza la estúpida afirmación de “¿para qué? Siempre son los mismos, no cambia nada”. Mismos personajes, que en su momento renegaron de que FEUAA anteriores a la actual administración estaban más interesadas en sacar provecho personal, organizar fiestas y escalar “en el partido”. Aspectos que no tienen nada de malo, pero que se logran trabajando por la comunidad universitaria.
En el microuniverso de la UAA, la apatía universitaria es especialmente notoria ( página 13), quedando pendiente generar mecanismos para que una sociedad estudiantil apática se entere de quiénes son los candidatos a FEUAA y qué ofrecen de beneficio, pero ¿cómo informar a una comunidad que se niega a estarlo? Tanto en las mencionadas convocatorias, donde unos pocos se enteran (y con todo derecho), como en aspectos trascendentales durante su estancia en la universidad.
Si bien hay carreras naturalmente grillas como Ciencias Políticas o Derecho (malo sería que no lo fueran), es posible asegurar que la mayoría de las licenciaturas son ignorantes en el tema e incluso hay estudiantes que se enorgullecen de ser cero política. Terrible, creo yo, ya que esto se contagia a los procesos electorales en forma y en otorgar un voto de manera errática. Así que si esta apatía sucede con individuos con cierto grado académico ¿cómo esperar que aquella población con menos oportunidades haga un voto informado? ¿Es un asunto cultural?
Ciertamente, el ejercicio democrático a escala, como la elección de una nueva FEUAA o rector, podría potencializarse para generar un estudiantado más al pendiente de este tipo de decisiones, así como para que futuros mercadólogos, politólogos y medieros apliquen instrumentos de difusión más efectivos, mismos que no resultarán por ósmosis, sino que tienen que ser resultado de investigación y aplicación sistemática. Por algo hay científicos sociales en formación.
¿Estoy en contra de la apatía universitaria? Por supuesto, no hay algo peor que un universitario pobremente informado. O tal vez sí, un universitario hipócrita que se queja de los resultados de un proceso del cual no quiso ser parte. Ya sea una convocatoria cultural o la aplicación de políticas públicas en su institución.
Avisos parroquiales
El día de hoy dentro de La Jornada Aguascalientes está encartado el quincenario /AUTONOMÍA, el cual aparte de ser joven y sexy, es una visión hinchapelotas a temas de actualidad. Te invito a leerlo y darme tus comentarios.