Aguascalientes, a recomponerse / Opinión - LJA Aguascalientes
15/11/2024

 

Cuando una sociedad crece desmesuradamente y evoluciona tanto en infraestructura como en la ideología de su gente, los problemas son comunes. Se dispara la delincuencia, se desquicia fácilmente el tráfico vehicular, se ve limitado el abasto de agua y de alimentos y comienza así, un peligroso resentimiento social que puede desencadenar reacciones negativas irreversibles.

Aguascalientes está atravesando precisamente por una transformación similar. Tenemos un par de décadas que hemos cambiado radicalmente la imagen urbana, los métodos de transporte e incluso nuestra forma de pensar, todo ello, con las repercusiones que ha implicado y que ahora padecemos.

Cada vez será más raro escuchar con nostalgia recuerdos del viejo Aguascalientes, el cálido, el servicial, el limpio, el tranquilo… el de la gente buena.

Las nuevas generaciones están inmersas en este nuevo y revolucionado Aguascalientes, saturado de ambulantaje, polución, conflictos viales, bullying, campañas políticas encarnizadas, asaltos, asesinatos, suicidios, antros, accidentes y una interminable lista de factores desencadenados por una rápida y desordenada forma de progreso.

A principios del 2007 la sociedad se consternaba y alarmaba por las acciones violentas que el crimen organizado había emprendido en nuestras plácidas calles. Todo mundo especulaba, los medios informativos transmitían maratónicas descripciones de los sucesos, toda la opinión pública estaba absorta a las reacciones por ejecuciones, secuestros y levantones.

Sin embargo, y pese a lo complicado que resultaba vivir esos hechos, Aguascalientes se acostumbró, lo hicimos parte de la cotidianidad y nunca nos dimos cuenta de que ya habíamos cambiado y no precisamente para bien.

La generación de hace apenas una década es con lo que creció, sólo y exclusivamente eso vivió, aunado a la sicosis colectiva y lo alarmista de algunos medios, los resultados ahora son evidentes.

Cuarto lugar nacional en bullying; quinto en violencia contra las mujeres; segundo en secuestros per cápita; primero en desempleo; primero en drogadicción y alcoholismo; y así algunos deshonrosos lugares que hemos ganado por no atender los problemas que nos aquejaban y acostumbrarnos a ellos.


Esto no quiere decir que nuestra sociedad en su conjunto está en decadencia, más bien estos indicadores deben de ser nuestros focos de alarma, puntos estratégicos en donde estamos fallando los ciudadanos y las autoridades y que debemos atender.

Apenas esta semana nos conmocionamos por las trágicas e injustas muertes de dos estudiantes a manos de dos delincuentes que seguramente ni han dimensionado el crimen aberrante que han realizado, esto porque indudablemente su arrepentimiento será proporcional al nivel de cotidianidad con que ven este tipo de delitos en México y en Aguascalientes.

Estas semanas que vienen, y en vísperas de conmemorar El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer el próximo 25 de noviembre, estaremos escuchando seguramente reclamos sociales y de indignación para abolir tan terrible práctica. Estará de moda el tema del feminicidio y será bandera de líderes de opinión ciudadanos y políticos.

Como ciudadanía, más allá de conmemorar fechas y alzar la voz, no debemos permitirnos acostumbrarnos a una forma más de violencia. No puede ser parte de nuestro vocabulario el feminicidio, porque es algo tan grave que nuestra sensibilidad humana debe capitalizar para evitar que se repita un suceso similar a toda costa.

Como dice acertadamente mi amigo Luis Obregón, nos toca transformar nuestro metro cuadrado. Debemos ser partícipes activos del desarrollo integral de Aguascalientes. Encaminarlo a un progreso no sólo económico, sino moral y de valores.

Nos estamos perdiendo en el camino y es hora de retomar el rumbo. No se remediarán los males que ha implicado este despertar intelectual, político y económico, a menos que desde nuestras familias comencemos a reestructurarnos como sociedad.

Por un mejor Aguascalientes, todos a transformar nuestro metro cuadrado. Que descansen en paz Andrea y Katy y que su tragedia no sea en vano.

* Presidente del Movimiento Ciudadano en Aguascalientes


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