Apenas hace unos días en las sesiones de capacitación política que hemos venido realizando con un grupo de jóvenes entusiastas, que tienen toda la intención de poder nutrir su bagaje cognitivo, que les permita tener argumentos sólidos para entender su militancia en el partido en el que participan; revisamos las facultades exclusivas de la Cámara de Senadores y yo les hacía ver la triste historia que en los últimos tiempos ha caracterizado a esa Cámara del Congreso de la Unión, con respecto a la facultad de revisar la política exterior del gobierno federal, y que por desgracia la mayoría de los miembros de las ocho comisiones de Relaciones Exteriores del Senado, son unos verdaderos ignorantes, que no tienen la mínima idea de lo que se refiere a este tema.
La pasada Cámara de Senadores nos había otorgado una grata excepción en la persona de la ex senadora Rosario Green que presidió la principal de estas comisiones, y que basada en su experiencia como ex canciller en el gobierno de Zedillo Ponce de León, le dio estatura y presencia a tan importante trabajo legislativo, que permitió que una voz autorizada le diera un rol auténtico al trabajo de tan importante facultad exclusiva.
Lamentablemente en esta legislatura en la mencionada Cámara, el PAN preside algunas de las más importantes comisiones de relaciones exteriores que recayeron en Gabriela Cuevas, una politóloga del ITAM, con nulo trabajo diplomático, y en Mariana Gómez del Campo, licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Anáhuac, y que tampoco tiene alguna experiencia diplomática; Laura Rojas Hernández, licenciada en Ciencias Políticas y Administración Pública por la UNAM, sin experiencia diplomática; en todos estos casos es increíble los perfiles de las senadoras que lógicamente no entienden a dónde llegaron.
Por lo que respecta al espacio que en dichas comisiones ocupa el PRD la historia no es distinta, ya que la participación de dicho partido será en la persona de Rabindranath Salazar Osorio, quien es licenciado en Contaduría Pública.
Pero lo peor de este desaire al trabajo de Relaciones Exteriores lo aporta el PRI, que con el solo hecho de los perfiles de sus cuadros en las comisiones de Relaciones Exteriores Asia Pacífico, Organismos no Gubernamentales y África, las cuales recayeron en Teófilo Corzo, quien es abogado; Lucero Saldaña, quien es licenciada en Administración de Empresas y Margarita Flores Sánchez, quien no tiene estudios profesionales, no tiene experiencia legislativa ni diplomática.
El mensaje que el Senado manda a la ciudadanía es que al parecer el trabajo internacional es algo que no está en las prioridades de los partidos políticos, lo cual llama poderosamente la atención, sobre todo en el caso del PRI, que va en contrasentido de lo que ha manifestado el presidente electo Enrique Peña Nieto, quien desde su campaña habló de la necesidad de reposicionar a México en la diplomacia internacional. O quizás lo que pasó es que con estos improvisados que presidirán las comisiones de Relaciones Exteriores en el Senado de la República, lo que se espera es que nadie revise seriamente lo que el próximo gobierno federal haga en esta materia y lo dejen obrar libremente.
De cualquier manera es triste y desalentador ver la ignorancia que estará presente en estas dos legislaturas en la Cámara de Senadores, qué diferencia tan abismal con la pasada integración de la misma Cámara, que tuvo en las dos principales comisiones de Relaciones Exteriores a la priísta Rosario Green ex canciller y al panista Augusto César Leal, quien es embajador de carrera.
Deprimente por decir lo menos es ver la actitud del PRI que increíblemente no entiende que el reposicionar al país en la esfera internacional, no pasa sólo por el poder ejecutivo y la cancillería, tendrá que ser un esfuerzo mancomunado que pasará por el propio partido en su presencia en la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (Copppal), en su participación en la Internacional Socialista (la Social Democracia); en el trabajo que sus correligionarios puedan hacer en las comisiones de Relaciones Exteriores en ambas cámaras del Congreso de la Unión y en los foros internacionales donde participan delegaciones de legisladores federales mexicanos como en el Parlatino; pero después de ver el mensaje que mandó este partido con su presencia en las comisiones de Relaciones Exteriores en el Senado de la República, creo que la expectativa es muy pobre.
Ahora recuerdo que les dije a quienes toman el curso de capacitación política que como tarea investigarán los principios de política exterior de México, y que si pudieran se aprendieran dos de ellos, y que con eso sabían mucho más que algunos senadores que han participado en estas comisiones de Relaciones Exteriores; seguramente que si alguno de estos participantes en el curso de capacitación política se aprendió al menos uno de estos principios, ya sabe más que cualquiera de los que presiden las ocho comisiones de Relaciones Exteriores en el Senado de la República.
