Sandra Karina Romo, productora radiofónica de Aguascalientes, ganó el primer premio en la categoría de Radio para niñas y niños de la novena Bienal Internacional de Radio, que terminó en la Ciudad de México el sábado pasado, con el programa resultante de un taller con niñas y niños sordos.
El programa premiado, titulado El mundo de los Ta, –primero de una serie inconclusa que los propios niños quisieron llamar “La hora feliz”–, fue una de las más de 800 propuestas de 17 países registrados en las nueve categorías del concurso convocado por la Bienal, el principal acontecimiento de quienes en Iberoamérica se interesan por otras formas de hacer y de escuchar la radio, particularmente con las perspectivas de las radios públicas, universitarias y comunitarias. Este premio fue dotado con 40 mil pesos.
Es una conmovedora pieza, de 25 minutos, del que la propia Sandra Karina Romo fue guionista, locutora y editora, además de autora del cuento que da cuerpo al programa. Una producción muy sencilla, que encuentra su principal valor en la narrativa radiofónica, por cierto el motivo común durante los seis días de mesas de debate, conferencias magistrales y talleres para profesionales de esta Bienal Internacional de Radio.
El taller de radio con niños sordos, y el programa ganador resultante, son parte de un proyecto llamado El Rehilete, que durante los últimos meses de 2010 trabajó además con mujeres reclusas, ciegos y adictos en rehabilitación, con recursos del Programa de Desarrollo Cultural para la Atención a Públicos Específicos del Instituto Cultural de Aguascalientes.
Los 13 niños, niñas y adolescentes participantes en el taller son atendidos por el Centro de Educación Diferencial Especializada para Sordos (CEDES), una asociación civil no lucrativa dedicada en Aguascalientes desde hace una década a educar a niños sordos de escasos recursos económicos, y en general a la atención de personas con problemas de audición y lenguaje.
Sandra Karina Romo ha recordado el temor con el que inició este trabajo, sin antecedentes y aparentemente imposible: ¿cómo hacer un taller de radio con niños que no escuchan? Con este entusiasmado desconcierto debió resolver cada una de las sesiones semanales, un par de horas durante las que con frecuencia debía contener sus emociones ante las ganas de expresarse de los niños sordos con los que trabajaba, acompañados como intérpretes por sus maestras.
El cuento central del programa ganador fue escrito y narrado por la propia Sandra Karina Romo, con las voces de la narradora y de la niña que, buscando su pelota en un parque, cierra los ojos contra un árbol y de pronto se encuentra en El Mundo de los Ta, un reino conmocionado por la ausencia de su reina y cuyos habitantes –los niños sordos del taller– emprenden una búsqueda llena de aventuras, acompañados por la niña que sí escucha y que aprende a entender su lenguaje de guturalidades: una onomatopeya persistente, “ta”, que admirablemente encuentra su significado preciso en cada momento según el cuento.
Es impresionante, muy conmovedor, escuchar cómo los niños que trabajaron en este taller de radio logran expresar todas las emociones con una sola onomatopeya: “ta” es ansiedad, tristeza, alegría, enojo, miedo… con la compañía sonora de objetos cotidianos y sencillos instrumentos musicales que, desde luego, ellos no pueden percibir más que por sus imágenes y colores, por las vibraciones en su cuerpo, y por la guía que siempre fue el lenguaje de señas de sus maestras.
La radio nos humaniza, nos revela como seres sensibles que siempre tenemos algo qué decir, dice el mensaje inicial del programa, que propone una radio para todos, una radio incluyente. Y la que hicieron los niños sordos es “la forma más generosa de hacer radio”, donde los participantes crean sonidos y voces que no podrán escuchar, dice Sandra Karina Romo, ahora premiada por su tino frente al reto y la necesidad de aprender a escuchar a quienes tienen algo qué decir.
José Alberto López Sustaita