Represión violenta a la resistencia contra una educación de mercado / Marcela Pomar - LJA Aguascalientes
22/11/2024

 Es inaudito escuchar la violenta represión llevada a cabo por órdenes federales en contra de estudiantes de las escuelas Normales de Michoacán que se manifestaban en contra de la reforma curricular a sus planes de estudio. El conflicto inició el pasado 10 de septiembre por la entrada en vigor de la iniciativa federal que reforma los planes y programas para las escuelas Normales para maestros a nivel nacional, y que integra materias como Inglés y el uso de Tecnologías de la Comunicación bajo el enfoque de competencias. Los estudiantes exigían un aplazamiento a la aplicación de dicha reforma para poder realizar las adecuaciones necesarias que satisficieran las necesidades particulares y se ajustaran a las condiciones de las Normales de Michoacán.

Sin embargo, con lujo de violencia se llevó a cabo este 15 de octubre el desalojo por elementos de la Policía Federal de tres escuelas normales: Cherán, Arteaga y Tiripetío, tomadas por estudiantes desde el pasado 4 de octubre. El objetivo –dice la autoridad estatal– era liberar alrededor de 50 autobuses que mantenían secuestrados. Más de 800 policías federales y estatales lanzaron bombas lacrimógenas y a punta de toletazos sacaron por la fuerza y durante casi media ahora a 120 estudiantes de la normal de Cherán que respondieron con piedras y bombas molotov. Poco antes de la entrada de la policía, los estudiantes prendieron fuego a ocho de las unidades que tenían secuestradas. Cuatro horas después se desalojó la normal de Tiripetío, donde los estudiantes presentaron resistencia y varios resultaron con golpes en rostro y cuerpo, además de que fueron dispuestos en la cancha de futbol y tirados al suelo boca abajo con las manos atrás. Asimismo, varios comuneros y policías resultaron heridos. El saldo oficial habla de 176 estudiantes detenidos, 13 autobuses y vehículos incendiados, 10 policías heridos y un número indeterminado de estudiantes golpeados y fracturados.

Eugenio Rodríguez, secretario técnico de la sección 18 de la CNTE, explicó en el noticiario de Carmen Aristegui que la resistencia estudiantil de las ocho Normales en paro se debe a la imposición de “una reforma curricular que es una destrucción de la esencia de las Normales formadoras de los docentes, que es una ofensiva contra la pedagogía, la psicología, la filosofía y la historia. Que tiene toda la intención de instituir cuestiones mecánicas… que los maestros sean ahora tan sólo operadores, facilitadores de conocimiento desde otros intereses. Ésta es la defensa de los muchachos por ser maestros, una lucha por defender la esencia de la formación del docente. Se deben construir alternativas: ésta es una negativa a aceptar la reforma que el gobierno federal ha impulsado en toda la República Mexicana”.

Y en efecto, la educación normal en el país ha quedado relegada por la SEP. En el país hay 484 normales, seis bajo el control federal, 272 estatales y 206 particulares. Existen 20 Escuelas Normales Rurales (como éstas de Michoacán), y en total existen alrededor de 134 mil alumnos de dichas escuelas. En el caso de estas últimas, la omisión y sordera gubernamental ante las demandas de estos grupos sociales de “prestaciones” como comida, dormitorios, acceso a cierto número de plazas, esperanza de movilidad social ha sido la regla. Ni las autoridades estatales ni las federales desean dialogar para ofrecer alternativas ante la inconformidad estudiantil.

Y es que esta nueva educación por competencias que se busca implantar ahora en las normales del país trae un impulso reformador de la esencia de la educación tradicional. La educación por competencias se basa en un diseño curricular que toma como referencia la identificación de las competencias que responden a determinadas funciones productivas y pretende orientar los perfiles de egreso hacia las demandas del mundo laboral. Los antecedentes de este nuevo tipo de educación se fincan en acuerdos europeos de fines de la década de los 80, y en los esfuerzos del gobierno mexicano que buscan encaminar a la educación nacional a este nuevo enfoque educativo mundial. La Comunidad Económica Europea se encuentra tras de esta iniciativa y busca generar un proyecto uniforme de estructuras, objetivos, métodos y modelos de educación dirigidos a crear egresados calificados que entren de lleno en el mercado laboral. En todos los intentos de reforma de educación a nivel Primaria y Media Superior en nuestro país se ha buscado excluir a las humanidades de los planes y programas de estudio, lo cual es verdaderamente preocupante, pues es preciso atender a las necesidades formativas humanistas de los jóvenes y no sólo a la adquisición de competencias que produzcan mano de obra capacitada para su inserción en el aparato productivo.

Evidentemente, las políticas neoliberales en el país distan radicalmente de atender a las demandas de estudiantes como los normalistas de Michoacán. El enfoque de mercado que se quiere instaurar en la educación obedece una vez más a los intereses corporativos de los grandes emporios. Con este antecedente, es fácil comprender por qué las autoridades gubernamentales incluso se han dado el lujo de reprimir ignominiosamente y como a viles criminales a los estudiantes en resistencia. n

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