E l día de ayer me llamaron dos de mis mejores amigos de la ciudad de Guadalajara, para informarme que se habían enterado de una reunión del más alto nivel sostenida por los dirigentes nacionales del Movimiento Ciudadano, los jarochos Dante Delgado Rannauro y Armando López Campa, que llegaron tomados de la mano del hidrocálido Felipe de Jesús González Ramírez, y el ex candidato a gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, para “acordar” el futuro político del “coqueto” González Jr.
Debo decir que mis amigos, por cierto priístas y ex priístas de altos vuelos, fueron entusiastas promotores de la candidatura del ingeniero Enrique Alfaro, joven promesa local, quien luego de realizar una exitosa administración municipal, por el PRD, en Tlajomulco de Zúñiga, presentó su postulación como candidato gobernador, con el apoyo de una Coalición progresista integrada por el PRD-PT-Movimiento Ciudadano.
Aquel proyecto electoral de Alfaro, que parecía ir sobre rieles y marchando a todo vapor, sustentado en una Coalición formal (PRD-PT-PMC) y una no formal (DHIAC-zona metropolitana-Gobernador) tenía una expectativa real de victoria en los comicios estatales debido al hartazgo ciudadano; al des-gobierno de Emilio González Márquez; a la división del Partido Acción Nacional; al desgastante ejercicio de 18 años el poder ejecutivo del Estado; y a la postulación de un debilitado candidato a Gobernador, el abogado Fernando Guzmán (ex dirigente nacional del DHIAC, nacido en la capital de la República), quien era repudiado por los grupos locales del DHIAC, y otros grupos de la derecha.
Así las cosas, la victoria de una “corriente progresista” en el Estado más conservador de la República estaba servida sobre la mesa, eventualmente debido a lazos familiares de Alfaro y su cercanía con la jerarquía eclesiástica local; sin embargo, el demonio hizo su aparición y fomentó el revanchismo entre los grupos políticos ligados a la Universidad de Guadalajara. Fue la familia política del grupo Universidad encabezado por Raúl Padilla López, la que metió el cuerpo entero para que el PRD y PT abandonaran al candidato Enrique Alfaro Ramírez, hijo del abogado y notario público Enrique Alfaro Anguiano, hombre poderoso en la UdeG y adversario histórico de Raúl Padilla. Así fue como Enrique Alfaro terminó siendo únicamente candidato del Partido Movimiento Ciudadano (PMC).
¿Cuál fue el resultado no contable de los comicios de gobernador de Jalisco? 1.- Raúl Padilla incrementa su poder en el Estado de Jalisco, entre varios partidos, el PRI, PRD, y PT, 2.- el PRD y el PT ocupan hoy los más bajos índices electorales del Estado. 3.-El PMC, gracias a sus aliados coyunturales del DHIAC y el gobernador del Estado, se coloca muy cerca del PRI y ocupa la segunda posición electoral. 4.-Los grupos de la derecha DHIAC del PAN, concentrados en la zona metropolitana de Guadalajara, llevan al PMC a ganar la elección de Gobernador en el municipio de Guadalajara. 5.- Esta Coalición “de facto” entre el Movimiento Ciudadano y el ala DHIAC del PAN (enemigos de Fernando Guzmán y aliados del gobernador González Márquez), logran una hazaña inconcebible, derrotar al candidato del PRI a Gobernador en el municipio del cual es Alcalde con licencia. ¿Toda una hazaña, no?
Dejemos atrás estas anécdotas y ahora sí vayamos al fondo del asunto. Resulta que el “ciudadano” Felipe González Ramírez, hijo del ex gobernador de Aguascalientes, y ex senador de la república (PAN) Felipe González González, llegó hasta la bella Ciudad de Guadalajara montado en el viejo “Renault 4”, seguramente conducido por “el doble”, y acompañado nada menos que por el vituperado “mapache electoral” Armando López Campa, un hombre de fama bien ganada, que vuelve a aparecer en la escena, ahora apoyando al Junior de su viejo patrocinador que por coincidencia resultó electo Gobernador del Estado en 1998. ¿Qué coincidencia, no?
Nuevamente me perdí en el anecdotario. Voy al fondo. El hecho es que Felipe Jr., sí acudió a la cumbre de Guadalajara para “coquetearle” a la alta dirigencia del Partido Movimiento Ciudadano y al hombre que hoy es su más valioso activo político, el ingeniero Enrique Alfaro, quien no tiene objeción en devolverle el favor al DHIAC, y apoyar una supuesta coalición “progresista” en Aguascalientes encabezada por el PMC, y de paso hundir aún más al PRD y PT.
Tal vez de ahí nace la preocupación del “mosco” Reyes, un hombre conocedor de la “sui generis” democracia interna del PAN, quien ante los arreglos y amarres del DHIAC en Guadalajara, hizo un atento llamado a la familia González para que “antes de “coquetear” con otros partidos, Felipe Jr., espere a que el PAN seleccione a su candidato a la Alcaldía, porque deben recordar que “primero es el Acuerdo al interior del Blanquiazul”.
Lo cierto en que en Aguascalientes la Coalición Progresista se desmorona: 1.-el PMC, y su líder local Oswaldo Rodríguez confirman que “al Movimiento Ciudadano le gustaría apoyar a Felipe González, ya fuera en alianza con el PAN, o bien yendo solos”; 2.- el grupo de los “chuchos” y el PRD, a través del Diputado Local, Gilberto Carlos Ornelas, sin mucho ánimo, y tal vez ya sin convicción, llaman a la conformación de un frente amplio de partidos para derrotar al PRI, posiblemente postulando al “coqueto” González Jr. 3.- Morena y sus dirigentes de plano dejan solos al PRD-PT y PMC.
¿Entonces quién está realmente interesado en promover la candidatura del “Coqueto” González Jr.? A) Por su puesto su propio Padre, lo cual es entendible y de justicia. B) Sus socios en antiguos y nuevos negocios productivos. C) Más de un poderoso grupo de actuales funcionarios públicos y D) los miembros más influyentes del DHIAC.
En fin, es indudable que el “coqueto González, tiene apoyos. Más aún cuando uno de sus mayores “fans” es el periodista radiofónico José Luis Morales, quien califica al “coqueto” González Jr., como: “un buen candidato, sin lugar a dudas; un muchacho decente; muchacho trabajador”. Pero jamás lo candidatea por el PAN, y en sus comentarios agrega lo siguiente: por lo visto, finalmente González Jr., “no será el candidato del PAN”. ¡Claro que no! El propio José Luis Morales advierte: “si el PAN se aferra a malos candidatos seguro se los lleva el tren. Yo creo que es [se refiere el próximo candidato del PAN], Toño Martín del Campo, a ése no lo van a mover, es un tipo muy decente, pero habrá que meterlo ahorita a clases intensivas de expresión verbal, discursos, simpatía, carisma”.
Es cuánto.
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