Con motivo del Diagnóstico sobre Seguridad Pública y Delincuencia aplicado en el Estado de Aguascalientes por investigadores de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, se llevaron a cabo encuestas bastante amplias e inspiradas, entre otras, en la ENVIPE del INEGI. Una de las baterías aplicadas de preguntas más interesantes, fueron las relativas al conocimiento y opinión sobre si los gobiernos municipales están llevando a cabo acciones para mejorar la seguridad.
Integrando en un solo resultado las respuestas de los encuestados residentes en los 11 municipios tenemos que un 53.12 por ciento reconoce que las autoridades municipales han llevado a cabo acciones de construcción/mantenimiento de parques y canchas deportivas, para atenuar factores precursores de violencia en sus comunidades y colonias. Un 38.97 por ciento aún no aprecia estos esfuerzos.
Las mejoras en el alumbrado, están divididas un 48.58 por ciento, afirma percibir acciones en este sentido por 46.27 por ciento que no las ve o no le son suficientes. En donde la población no detecta suficiencia de esfuerzos es en los renglones “para mejorar el ingreso de las familias” y “atender el desempleo”. Sólo un 12 por ciento afirma que se han llevado a cabo acciones solventes para mejorar el ingreso y facilitar acceso al empleo; por un 80 por ciento que niega detectar acciones en este sentido. El resto no sabe o no respondió.
La atención a los jóvenes, “para disminuir el pandillerismo y la delincuencia juvenil”, es un ítem con mucha demanda de parte de las familias aguascalentenses, pero que aún el 67 por ciento no lo ve reflejado entre las acciones municipales que se están llevando a cabo; para que la juventud no siga incurriendo en conductas de riesgo. Sólo 21.43 por ciento afirma conocerlas. En algunos casos (11.3 por ciento) los vecinos se han tenido que organizar para contratar seguridad privada, o se han tenido que coordinar con la policía de barrio para que mejore la seguridad de la colonia (15.63 por ciento). Los operativos contra la delincuencia, sólo son reconocidos por uno de cada cuatro entrevistados y los programas de sensibilización, para que la gente denuncie, por uno de cada cinco.
Más de la tercera parte de la población aguascalentense reconoce que se está ofreciendo un mayor servicio de patrullaje y vigilancia policiaca, lo que relaciona directamente como un factor que obra en contra de fenómenos que los llevan a ser víctimas de la violencia y la delincuencia. Donde no se captan muchos cambios es en materia del combate a la corrupción. Sólo uno de cada cinco reconoce percibir acciones afirmativas en este sentido y siete de cada 10, las aprecia pero como faltantes. La venta de droga se está combatiendo, a decir del 21.23 por ciento de los entrevistados, por un 69.76 por ciento que afirma no apreciar cambios en la oferta y la demanda de droga en la plaza.
En otro reactivo, cuando se pregunta a las personas si tienen confianza, seis de cada 10 manifiestan tener poca o ninguna confianza en la policía; y lo que es más preocupante, uno de cada cuatro indican lo mismo pero respecto a sus propios vecinos. Recuperar la confianza debe ser uno de los principales objetivos de nuestra sociedad de cara a encontrar los factores protectores y contenedores de la inseguridad pública, la manifestación de las violencias y la proliferación de la delincuencia.
La mitad de las personas aprecia que en el medio policial, y de impartición de justicia existe corrupción. Algunas instituciones son menos señaladas que otras, pero en general hay una percepción en este sentido que propicia poco interés por acercarse a ellas buscando apoyar los programas y esfuerzos institucionales acometidos para disminuir los indicadores de manifestación de la violencia y la delincuencia en Aguascalientes, o bien para denunciar haber sido víctimas de algún delito o agresión.
Sólo dos de cada 100 ciudadanos, aseguraron en la entrevista pertenecer a alguna asociación civil, vecinal, gremial o profesional para coadyuvar con las acciones, recomendables para enfrentar, atenuar o resolver, la inseguridad pública. A pesar de que la mayoría la apreciamos como una demanda urgente de ser atendida. A pregunta expresa sobre si se “quiere participar en alguna asociación”, grupo organizado, u otras, únicamente siete de cada 100 contestó de manera afirmativa. En general es un fenómeno que nos interesa alejar, desterrar pero no afrontar.
