El fenómeno delictivo se puede estudiar desde al menos dos perspectivas: los perpetradores y las víctimas. Hacerlo desde el punto de vista de los primeros nos permite conocer más sobre las motivaciones y las causas del delito. Por otra parte, analizarlo desde la óptica de las víctimas nos ayuda a medir algunas de las percepciones sobre las causas, consecuencias y costos del mismo.
Además de las denuncias interpuestas ante el Ministerio Público, una manera de abordar el fenómeno delictivo desde el punto de vista de las víctimas es por medio de encuestas en hogares que recaban información sobre la ocurrencia de delitos, la victimización, la denuncia y las percepciones en torno a las instituciones gubernamentales de seguridad y justicia. Por segundo año consecutivo, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) llevó a cabo la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE 2012), cuyos resultados se dieron a conocer el pasado 27 de septiembre.
¿Qué mide y qué no mide la ENVIPE 2012?
La última entrega de la encuesta de victimización del INEGI proporciona información valiosa sobre varios aspectos del fenómeno delictivo. Por ejemplo, a partir de la misma se generan estimaciones de la incidencia delictiva a nivel federal y en los estados, así como información sobre cómo ocurren los delitos, aunque en este caso sólo a nivel federal.
También permite conocer los cambios de diferentes variables entre 2010 y 2011, las cuales en general se mantuvieron relativamente constantes. Sin embargo, destacan algunos estados como Aguascalientes, Chihuahua, Colima y Michoacán debido a que los cambios en sus tasas de victimización fueron muy marcados, aunque no son representativos de lo que pasó en el resto del país.
Por último, también es útil para aproximar la cifra negra, que se refiere a la diferencia entre los delitos cometidos y los delitos denunciados por los que se inicia una averiguación previa; en otras palabras, a los delitos que no son conocidos por las autoridades. Este dato sólo es válido para los tipos delictivos que se estudian en la encuesta y, en este caso, fue muy alto: 91.6 por ciento.
Si bien la ENVIPE es un buen ejercicio para obtener información sobre el fenómeno delictivo, hay aspectos importantes que no se toman en cuenta en la encuesta. Es decir, hay variables que no se miden. En primer lugar, la ENVIPE 2012 ofrece datos nacionales y, en algunos casos, estatales. Por ejemplo, no se cuenta con información estatal sobre el lugar de ocurrencia de delitos específicos (calle, casa, lugar de trabajo, etc.). Asimismo, la encuesta no ofrece información a nivel municipal y, a diferencia de la ENVIPE 2011, tampoco incluye análisis por zonas metropolitanas.
En segundo lugar, algunos delitos graves como secuestro, secuestro exprés y delitos sexuales se presentan en conjunto y se catalogan como “otros delitos”. En tercer lugar, aunque sería deseable conocer los hábitos, el nivel de ingreso, la escolaridad, el estado civil y la ocupación de las víctimas y los perpetradores, la única información que se incluye se refiere a la edad, sexo y condición de vínculo entre la víctima y el delincuente.
Tampoco permite conocer las tendencias de los indicadores que se incluyen. Aunque sí puede observarse la variación con respecto a 2010, se necesitarían más encuestas con una metodología similar para tener una idea clara sobre cómo se está comportando la incidencia delictiva en periodos más largos.
Además hay dos estados, Quintana Roo y Tamaulipas, en los que más del 20 por ciento de las entrevistas no fueron respondidas. Esto reduce la confiabilidad de los resultados debido a que la calidad de los mismos depende, en parte, de que se alcance un cierto número de cuestionarios realizados. Esto se debió a varios factores, principalmente a que muchas de las viviendas seleccionadas estaban deshabitadas.
En suma, la ENVIPE es un ejercicio útil y necesario para conocer mejor el fenómeno delictivo en nuestro país. La encuesta presenta información muy valiosa. Sin embargo, resulta problemático que en la edición de este año se haya eliminado la categoría de las zonas metropolitanas y que no puedan obtenerse resultados confiables de delitos graves como secuestro y violación, o no puedan recogerse datos sobre uno de los delitos más graves, como el homicidio. Contamos con muchos datos representativos a nivel nacional, pero el objetivo a futuro debe ser que también estén disponibles a nivel estatal. ¿Cómo podremos conocer mejor el fenómeno delictivo en el ámbito local ante la gran falta de evidencia?
Néstor de Buen y Leslie Solís
Investigadores de México Evalúa
Twitter: @mexevalua