Washington, D.C. Estados Unidos. 15 de octubre de 1962. La CIA, tras analizar las fotografías tomadas por un avión espía U-2, informa al asesor de Seguridad Nacional, McGeorge Bundy, que la Unión Soviética está construyendo sitios para misiles de mediano alcance en Cuba. Bundy decide esperar hasta la mañana siguiente para informar al presidente John F. Kennedy. Por su parte, el secretario de Defensa, Robert McNamara es notificado a la medianoche.
La escena arriba descrita ocurrió hace 60 años, y sirve como telón de fondo al presente artículo, el cual tiene por objetivo explicar al amable lector la génesis de la llamada Crisis de los Misiles –del 16 al 28 de octubre de 1962– durante la cual el mundo estuvo al borde del holocausto nuclear debido a la confrontación entre los EUA y la URSS.
Alarmada por la creciente alianza entre Fidel Castro Ruz y la Unión Soviética, la Unión Americana decidió organizar y apoyar a los elementos anti-castristas. En abril de 1961, los anti-castristas invadieron Cuba. El despliegue militar de los exiliados cubanos fue neutralizado por Castro en Bahía de Cochinos. Durante el episodio, Kennedy se mostró dubitativo.
Ante su fracaso en Playa Girón, “la primera derrota del imperialismo en América Latina y en escala mundial” (Che Guevara dixit), el gobierno estadounidense efectuó la Operación Mangosta, la cual buscaba eliminar a Castro Ruz. Además, en abril de 1962, los estadounidenses instalaron misiles de alcance medio Júpiter en Turquía para amenazar el flanco sur de la Rusia soviética.
Estos acontecimientos convencieron al líder soviético, Nikita Jrushchov, de retar a los yanquis. Su objetivo era doble. En primer lugar, responder a los misiles del mismo tipo instalados por los estadounidenses en Turquía; luego hacer aparecer al mandatario estadounidense John F. Kennedy como una “paloma”, aunque se había negado con firmeza a ceder Berlín.
De esta manera, el destino de Cuba se había convertido en una prueba para el poderío y credibilidad global soviética. Si Cuba se perdía, Jrushchov afirmó “sería un terrible golpe para el marxismo-leninismo y disminuiría la estatura de la URSS en el escenario mundial, pero especialmente en América Latina”. Por lo tanto, y para reforzar las defensas cubanas, la Unión Soviética aprueba el envío de 180 misiles tierra-aire SA-2, asesores militares y un regimiento soviético.
Por su parte, Raúl Castro, ministro de Defensa y Ernesto Che Guevara visitan la URSS en el verano de 1962, con el fin de establecer el protocolo que organizaba la instalación de cohetes soviéticos en territorio cubano. A pesar del sigilo soviético, las sospechas estadounidenses crecen: el 10 de agosto, John A. McCone, director de la CIA, envía un memorándum al presidente Kennedy donde le informa que los soviéticos se preparan a introducir misiles balísticos en Cuba.
Los rusos comienzan la construcción de nueve sitios para los misiles. El 7 de septiembre, el embajador soviético en Washington, Anatoly Dobrynin, asegura que la URSS sólo entrega “armas defensivas” a Cuba. Ese mismo día, Kennedy obtiene la autorización del Senado para llamar a filas a 150 mil reservistas. Además, la postura estadounidense se endurece: el jefe del Estado Mayor de la USAF, general Curtis LeMay, presenta un plan para el bombardeo masivo de Cuba que precedería al desembarco aéreo y anfibio de las fuerzas estadounidenses; Robert F. Kennedy, procurador general, afirma que la Operación Mangosta debe ser prioritaria.
El día 6 de octubre, el secretario de Defensa, Robert McNamara, envía un memorándum al almirante Robert L. Dennison, jefe de las fuerzas navales en el Atlántico, para que comience a planear la invasión de Cuba. Seis días más tarde, Kennedy decidió transferir la responsabilidad de los vuelos de reconocimientos de los aviones U-2 de la CIA a la Fuerza Aérea. Finalmente el 14 de octubre, el U-2 pilotado por el mayor Richard Heyser toma fotografías del sitio de construcción en San Cristóbal, provincia de Pinar del Río, en Cuba occidental.
El 16 de octubre, Bundy presenta las fotografías a Kennedy. Éstas revelan que se han instalado rampas de lanzamiento para 39 misiles. Kennedy ordena que a las 6:30 pm se reúnan los miembros del Consejo de Seguridad Nacional y otros cinco asesores clave. Este grupo será conocido como EXCOMM, y se encargó de tomar las decisiones clave durante la crisis.
El EXCOMM acuerda evaluar cinco cursos de acción: presionar diplomáticamente a la URSS; enviar una advertencia a Fidel Castro; usar a la U.S. Navy para bloquear Cuba; lanzar un ataque aéreo para destruir los misiles nucleares; invadir Cuba para remover los misiles y eliminar a Fidel Castro.
Aquellos decisivos “13 días” –del 16 al 28 de octubre de 1962– marcaron un hito durante la Guerra Fría, pues junto con el Bloqueo de Berlín, la Crisis de Suez y la Guerra del Yom Kippur se constituyó en uno de los eventos que acercaron a la Humanidad al Armagedón nuclear y la muy probable extinción de una buena parte de la raza humana.
Aide Mémoire.- El presidente electo, Enrique Peña Nieto visitó a las “tres naciones grandes de Europa” –Alemania, Francia y el Reino Unido–, y a una “nación espejismo”: España.
Colegio Aguascalentense de Estudios Estratégicos Internacionales A.C