Creo que hablar o decir “ninis” es despectivo cuando no se han generado las condiciones educativas ni económicas para atender esta urgente problemática.
Ángel Ainos
La situación laboral y académica de poco más de 7 millones de jóvenes mexicanos cerrará el año con prácticamente la misma cifra que se acarrea desde el 2009. Las cifras de la OCDE ubican a México como un país que junto con Israel y Turquía ocupan las tasas más altas de jóvenes que no estudian ni trabajan. La edad promedio de quienes se encuentran en esta difícil situación oscila entre los 15 y 29 años de edad.
La cifra es alarmante, no sólo por el número, sino por el contexto social que implica, y además de que México está perdiendo productividad al no estar aprovechando tanto capital humano y talento; el mismo INEGI nos demuestra que la población que oscila entre los 15 y 29 años de edad llega a los 30 millones de jóvenes.
Cuando hablamos de asignatura pendiente, se trata de llamar con especial atención sobre la necesidad de contar con políticas públicas que, como bien señala la OCDE, se pueda englobar y superar la brecha que afecta a estos millones de jóvenes, y, de manera adicional se tiene que pensar en que este fenómeno comienza a afectar a los jóvenes que ya tienen un título universitario y, ante la falta de oportunidades laborales se encuentran en desempleo.
La OCDE no sólo señala lo anterior, este organismo señala que, en promedio los jóvenes que tienen padres sin título universitario tienen menos de la mitad de posibilidades de asistir a la educación superior en contraste con hijos de padres con título.
Uno de los principales puntos en esta materia es el gasto destinado a la Educación Pública, en ese análisis se aportan datos que señalan que se está por debajo del presupuesto requerido para contar con una mejor y mayor educación, puesto que el 92 por ciento del presupuesto que recibe este rubro, se gasta en salarios, y en los últimos años el sueldo de los maestros de educación básica ha aumentado en un 8 por ciento.
El tema educativo finalmente es el reto que encuadra al aspecto laboral en los jóvenes, son porcentajes muy altos de salarios entre los jóvenes que cuentan con una carrera y quienes no la tienen. Por lo anterior, es importante que el próximo gobierno, (porque el actual prácticamente cerrará el año igual, como mencionamos líneas arriba) busque las políticas necesarias para, primero, tratar de emplear al mayor número posible de jóvenes, sobre todo a partir de los 20 años de edad y, después ir generando las condiciones para que los egresados de nivel medio superior encuentren cabida en las universidades e institutos del país.
Las principales causas señaladas como origen de que haya jóvenes que no estudian ni trabajan son primero económicas, también en el informe de la OCDE se menciona el incremento en los egresos familiares para este rubro, sin embargo, la mayoría de los padres de familia entra en dificultades para sostener los estudios de sus hijos en la preparatoria y la universidad, por lo cual, miles de jóvenes tienen que abandonar la universidad.
Una segunda causa, y aquí, entra otra clasificación, es el aumento de mujeres jóvenes en esta situación, razón por la cual, sigue habiendo en algunas entidades por razón cultural cierta discriminación en mujeres, es decir, existen jóvenes mujeres que pueden estudiar carreras como ingenierías, sistemas o producción pero optan por convertirse en amas de casa o dedicarse a labores del hogar y, desafortunadamente las cifras hoy comentadas nos confirman que el mayor porcentaje de estos jóvenes son mujeres.
Tercera, podemos señalar, relacionado con nuestro primer ejemplo, la falta de espacios educativos, que finalmente son resultado de no asignar un presupuesto adecuado y mejor direccionado en materia educativa.
Las cifras de la OCDE son claras, somos un país que necesita no sólo salir de esta problemática juvenil, sino aprovechar la oportunidad histórica, de que México es potencialmente joven (en población) y que ese talento tiene que ser aprovechado en todas las vías posibles. n