[ Especial ] Manuel Felguérez y su fábrica de ideogramas - LJA Aguascalientes
15/11/2024

  • Se puede vivir del oficio, de la artesanía, pero no del arte, el arte no se vende

 

“El arte educa, el mal arte deseduca, animaliza”, respondió Manuel Felguérez al entrevistador en la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), Alfonso Pérez Romo, ex rector.

“¿Qué les aconseja a los jóvenes, para hacerse artistas?”, le preguntó el galeno de profesión al pintor y escultor zacatecano, quien respondió: “Nn ir tanto a la escuela… Hay que moverse en el mundo, hacer oficio…” Y es que él, en lugar de tirar al norte, como la mayoría de sus paisanos, simplemente brincó el charco, desde muy joven.

Felguérez –ante el gobernador Carlos Lozano de la Torre y su esposa, Blanca Rivera Río de Lozano– sostuvo una conversación en la Aula Isóptica de la máxima casa de estudios del estado, con quien fuera rector de ese instituto entre 1978 y 1980, Pérez Romo.

Don Alfonso preguntó al artista –a quien acompañó su esposa, Mercedes Oteyza– cuándo se dio cuenta de que era un pintor; relató cómo, en una visita al Museo Británico, sintió el primer impacto emocional de la estética; “impacto emocional no religioso, sino una emoción estética especial”, dijo.

Efectivamente, como describiera el video previo que sobre su obra se presentara, Felguérez relató el momento: “hice un dibujo sobre el río Támesis y fui a enseñárselo a mi amigo, Jorge Ibargüengoitia, y le dije: ‘mira, ya soy pintor’. Y así empecé lo que él pudo confirmar años después”.

Ante un auditorio que ocupaba todas las butacas del pequeño recinto universitario, con ostensibles fallas de audio, debido a la transmisión de Televisión UAA, pues un sonido más alto afectaría al que se emitía al aire, continuó lo que apenas a unos minutos de iniciado ya se manifestaba como un verdadero deleite cultural.

“Cuando viajé en 1947 a Europa visité cinco museos: en el Vaticano, el Louvre, el Británico, porque no había nada qué hacer. Como turista tenía racionada la comida, tenía derecho a 50 gramos de pan a la semana”.

Luego relató cómo le dio por ser cazador de animales, “les hacía su entierro, cuando se morían algunos”, y así llegó a la taxidermia, con la que entró en contacto con la epidermis y empezó a hacer escultura de cuerpos humanos.


“¿Cómo empezó a dominar su técnica?”, le preguntó Pérez Romo, y relató el maestro Felguérez que cuando regresó de Europa, ingresó a estudiar pintura a la Academia de San Carlos, donde “agarraban a los niños desde muy chicos, para hacerlos pintores”, y su maestro le puso a dibujar un jarrito durante un mes; al siguiente, le asignó hacer un caracol. En el tercer mes se aburrió y se fue nuevamente al viejo mundo.

“Cuando uno es adolescente no tiene forma de ganarse un centavo, ¿ahora con qué me voy? Se fue a los 19 años, sin haber ganado en el trabajo, se fue conociendo…” (Se fue el audio, Blanca Rivera Río de Lozano se levantó a auxiliar y lo propio hizo el rector Mario Andrade Cervantes).

Estuvo un año y pico estudiando al lado de Ossip Zadkine y aprendió a hacer escultura; la forma no le causaba problema, sino el concepto; el maestro era cubista y debía trabajar a su manera. Cuando algo no le gustaba, tiraba al piso la figura y a los que les gustaba, les hacía hasta exposiciones: “Zadkine y sus alumnos”, decían los anuncios.

Regresó a México, cuando la capital del país a lo mejor era cuatro veces el tamaño de Aguascalientes y nuevamente volvió a París, a la Academia Colarossi, donde al recibirlo su maestro le dijo “ya tomaste tu camino, a ver cómo te va…” Él buscaba la rebelión: “mientras no te rebeles, haz lo que yo te diga; cuando te rebeles, a ver cómo te va”, decía.

Fue generoso con él, le daba clases una vez a la semana, para que pudiera conservar su beca y permanecer en la Ciudad Luz: “y es que el oficio se aprende con cierta facilidad, experimentando, haciéndolo una y otra vez, e inevitablemente se hace el maestro”.

Se puede vivir del oficio, dice el maestro Felguérez, “pero nunca del arte… De la artesanía sí, porque se hace para venderla; pero no del arte… Hay que arriesgarse. Es como la ciencia, se hacen experimentos, muchos, como Einstein, en su Teoría de la Relatividad, y luego surge el arte”.

Fue más allá: “todo mundo sabe escribir, en las escuelas, en los periódicos, pero no cualquier escribe una novela… Hay 10 o 15 que logran escribir una novela, de cada mil en cada generación”, subrayó.

Y luego abundó en la escultura, cuando Pérez Romo le preguntó si siempre ha sido abstracto, al referirse a su técnica: “en mi segundo viaje a París, en un museo, vi una especie de amiba de mármol pulido… Soy como San Pablo, un poco converso, ver aquello fue lo que me decidió”.

Para 1957, Manuel Felguérez era pintor y escultor, “me era más fácil geometricar mi pintura, el espacio múltiple, en lugar de una mancha, tiene materia… Las posibilidades de la computación… Tengo una teoría, luego se las platico”, dijo el maestro, y ese “luego” llegó de inmediato:

–Tengo en mi computadora 4 mil ideas dibujadas, la computadora me las ha hecho ideogramas. He pensado en poner una fábrica de arte geométrico con 40 operarios, pero… Hacer dinero es bueno, pero el arte no va por ahí”.

Y remató con algo que, si tuviéramos más espacio, gustosos relataríamos: “el arte es comunicación; si no hay comunicación, no hay arte”.

– Javier Rodríguez Lozano

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En la UAA, Manuel Felguérez manifestó la responsabilidad de las instituciones frente al arte

La Universidad Autónoma de Aguascalientes se convirtió en el foro cultural que capturó la atención de la comunidad artística, al recibir al artista plástico mexicano Manuel Felguérez, quien acompañado del ex rector, Alfonso Pérez Romo, charló con el auditorio sobre su vida y obra; contexto histórico, político y social relacionado al quehacer artístico del México del siglo XX; además de la responsabilidad de las instituciones públicas para la promoción de los artistas y el crecimiento integral de la población.

Al respecto, Manuel Felguérez comentó que las instituciones referenciales de la sociedad deben abonar a la educación artística de las personas, en especial de las más jóvenes, a fin de que logren identificar las obras o actividades de verdadero arte, lo cual apoyaría a la promoción del trabajo artístico mexicano y sus creadores, así como a la formación de una comunidad más sensible ante sus propias realidades y contextos.

Por otra parte, el artista zacatecano y referente del arte mexicano a nivel internacional, manifestó que el Estado, en sus diversos niveles, debe reactivar la vida artística y cultural, como parte de una visión de gobernanza más incluyente y humanista. De esta forma, Alfonso Pérez Romo catedrático emérito de la UAA, hizo un reconocimiento especial al gobernador de Aguascalientes, Carlos Lozano de la Torre, por realizar gestiones e impulsar el quehacer artístico en Aguascalientes a través de diversos programas.

Poco antes de la conclusión de esta charla, Manuel Felguérez expresó que la pintura, la escultura, la música, entre otras, son únicamente oficios en una primera instancia; labor que puede ser aprendida y dominada. Sin embargo, explicó que el arte debe ser creativo y novedoso, romper con los esquemas y ofrecer nuevos elementos, es decir, evita la imitación y la simple representación, pues transmite un mensaje emotivo, que en el momento de ser sentido por el público otorga la categoría de arte, tanto para la obra como para el creador.

Sobre esto,  Mario Andrade Cervantes, rector de la Autónoma de Aguascalientes, manifestó en entrevista que la máxima casa de estudios del estado está consciente de tan importante tarea, por lo que a través de los programas académicos que la UAA ofrece, espacios de formación para los jóvenes que aspiran ser parte del gremio artístico, además de gestores culturales que buscan incrementar las oportunidades de disfrute de la creación artística de la humanidad.

Cabe mencionar que el pintor y escultor mexicano firmó el libro de Visitantes Distinguidos de la UAA. Asimismo, recibió un presente de manos del rector Mario Andrade Cervantes y del gobernador Carlos Lozano de la Torre.

A este magno evento también asistieron Blanca Rivera Río, presidenta del Sistema DIF Estatal de Aguascalientes; Francisco Javier Avelar González, secretario general de la UAA; Víctor Manuel González Esparza, director general del Centro Nacional de las Artes del Conaculta; y Jesús Martín Andrade Muñoz, director general del ICA.

Con información de la UAA


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