Crisis, crítica, crítica de la crisis, crisis de la crítica [...] / The Insolence of Office - LJA Aguascalientes
25/11/2024

I

La Doctora Mabel Moraña forma parte del cuerpo académico del programa de estudios latinoamericanos en la Universidad de Washington. En 2004 publicó Crítica impura: estudios de literatura y cultura latinoamericanos donde la autora hace un frecuente tránsito entre literatura y política. El libro resulta estimulante en varios sentidos; sin embargo, hay un capítulo en concreto que es el que ha robado mi interés: “Crítica literaria y globalización cultural.” En éste, Moraña repasa los encuentros y desencuentros de la crítica (la crisis de la crítica), particularmente en Latinoamérica, con -o contra, según- la política, la experimentación literaria, la ruptura de formas establecidas, movimientos sociales.

Hay una pregunta de fondo en el texto de Moraña: ¿qué se puede decir, desde la crítica, actualmente, al respecto de la posición de quien mira en una sociedad donde -y esto lo anticipaba Baudelaire cuando hablaba de la modernidad- la presencia de una vorágine de elementos (medios de comunicación, transformaciones políticas e históricas, etc) hace que, a su vez, el sujeto -que forma parte de esa masa- responda con los mismos estímulos en su quehacer literario? Moraña, en este mismo tenor, dice: “El problema es, entonces, desde dónde se escribe o se produce conocimiento, o sea cuál es el locus de la representación y la interpretación cultural” (Moraña, 2004: 187). Me parece que hay una exhaustiva revisión del camino de la crítica desde su origen hasta la actualidad. (De ahí que, necesariamente, aparezcan referencias a investigaciones sobre el tema -Walter Mignolo-, a su vez que hay soportes de su investigación -Ángel Rama-. Menciono esto porque en revistas y en suplementos es muy fácil hablar sobre la crítica literaria obviando a los estudiosos del tema).

A mi juicio hay un par de ideas que ayudan a construir su tesis. La primera es revisar, brevemente, el origen de la crítica (etimológica e históricamente) y traerla a nuestro tiempo. La segunda es que la crítica ha modificado, notablemente, sus instrumentos de análisis: habría que remontarnos a los primeros textos críticos modernos (pienso en Baudelaire, en Sainte Beuve), donde no había, ciertamente, una teoría, en sentido académico, que la respaldara; esto, con el fin de comparar la amplia diversidad de instrumentos de análisis que sustentan una crítica y cómo es que éstos nos pueden hablar de sistemas de poder (legitimar a unos) o de control (el canon). Creo que la siguiente cita ilustra un poco esto último: “Las modificaciones sufridas por las formaciones sociales latinoamericanas desde principios de siglo, y particularmente desde la Primera Guerra Mundial, obligan a la crítica a distanciarse progresivamente de los postulados a cuya luz se había inaugurado y desarrollado históricamente” (Moraña, 2004: 182).

Considero que la tesis -que adelantaba líneas atrás-, al mismo tiempo que la conclusión de la autora, es conducir al lector a preguntarse lo contrario de donde parte Moraña. Es decir: en lugar de interrogar si existe una crisis de la crítica, debatir la crítica de la crisis “en tanto reflexión no sólo sobre los cambios que sufrimos y los que se avecinan, sino sobre nuestras propias expectativas, valores y principios.” (Moraña, 2004: 190). Coincido. Plantear una crítica de la crisis abriría una nueva interpretación (no tengo conocimiento de una lectura semejante a la de Moraña) sobre la crítica literaria, en particular, y sobre la cultura, en general.

II

La literatura -en sentido académico- sobre la crisis de la crítica es tan vasta como publicaciones periódicas. Sólo citaré un ejemplo: en 2007 la revista de la Universidad de Guadalajara, Luvina, publicó un especial, justamente, bajo ese nombre: la crítica en crisis. Sería interesante ver la misma situación pero al revés. Lo cual lleva a plantear dos escenarios: la crisis de la crítica literaria; la crítica de dicha crisis. Esto nos puede llevar a un juego sin fin; sin embargo, creo que cuestionarlo y comenzar a construir una serie de argumentos en ese sentido bien merece la pena. ¿Por qué? Habría que someter a un juicio todas aquellas opiniones arrojadas en diarios, suplementos, revistas, que hablan sobre la crisis de la crítica. Sospecho que encontraríamos muchos colores. Muchos colores opacos. Con esto adelanto un pequeño compromiso que estoy adquiriendo: revisarlos. Publicaré, frecuentemente, los comentarios sobre la crítica que se han realizado y trataré de, a su vez, criticarlos. Me parece puntual realizar un juicio a la supuesta crisis de la crítica literaria. More to come.

 

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