Al enterarme del extraoficial “acuerdo para la postulación de candidatos”, que según la coordinación de comunicación social del gobierno de Aguascalientes fue tomado en el Rancho la Campana, en el municipio de El Llano, entre don Carlos Salinas de Gortari (ex presidente de México 1988-1994), y el ingeniero Carlos Lozano de la Torre (gobernador constitucional de Aguascalientes (2010-2016), no tuve más remedio que acudir a mi archivo histórico y recuperar antecedentes de algunos hechos, que por su trascendencia, sólo derivaron en la confrontación de los gobernadores en turno (Otto Granados y Carlos Lozano), y la clase política del PRI en el estado de Aguascalientes.
Yo recomendaría que en el “cuarto de guerra” donde se dictan con tanto ahínco las “columnas periodísticas” en contra de los “priístas adelantados”, se revisen las condiciones políticas que prevalecían en el PRI en 1995, justo cuando surgió una profunda división interna debido a la actuación imprudente de algunos de los miembros del gabinete granadista, y especialmente del delegado del CEN del PRI, Jorge Baruch, quien buscaba notoriedad y protagonismo, y finalmente manipuló al PRI local y al Gobernador del Estado.
Por algo dicen que todo en la vida es cíclico; más aún cuando los responsables de conducir la política se olvidan del pasado. Al hacer memoria, los “analistas oficiales” podrían ver los sorprendentes paralelismos que hay entre los procesos de postulación de candidatos del PRI y del PAN, en 1994-1995 y 2012-2013: primero: la presión política de la “familia” y el grupo empresarial encabezado por el señor Felipe González González; segundo: la intención en el PRI, de imponer candidatos impopulares como método de ejercicio del poder; tercero: como estrategia, la carencia de diálogo interno y la exclusión de los “críticos”, cuarto: como táctica, repartir las migajas entre la clase política.
La obligación principal de un Mandatario consiste en gobernar bien y para todos. Pero la obligación del “primer priísta”, consiste en procurar que su partido continúe en el poder. Para lograr lo primero, el Mandatario tiene un gabinete especializado en la administración pública; para lo segundo, el “Jefe Político” debe contar con un Partido eficiente que le garantice el cumplimiento de su deber partidario. De no ser así, su gobierno sería un desastre, y su Partido, seguramente perdería el poder público.
Intentaré explicarme: entre mis archivos encontré una reveladora entrevista publicada el 27 de julio en el diario El Hidrocálido, en la cual el periodista Fernando Lozano destaca el mensaje que Jesús María Rodríguez envía a los “rebeldes del PRI” que han osado expresar sus legítimas aspiraciones a un cargo de elección popular en los comicios del 7 de julio del 2013; igualmente en contra de los “conspiradores” que han denunciado la “sospechosa inactividad” política del PRI, y hacen un análisis electoral que prevé una derrota inminente. Yo francamente dudaría que las afirmaciones de Jesús María hayan contado con la venia del señor presidente del CEN del PRI, don Pedro Joaquín Coldwell, un hombre por demás prudente, amigo de Aguascalientes y cuidadoso de las formas en el hacer y en el decir.
El periodista Lozano escribe lo que Jesús María Rodríguez dijo: “no todos los actores del priismo local trabajaron, ni se entregaron al mismo ritmo; [por lo tanto] del comportamiento de cada cual se hará llegar un expediente a los delegados nacionales (sic) del Partido”. Por supuesto que tales expresiones parecen más una amenaza que un llamado a la concordia y a la unidad. Sobre todo, cuando en esa misma entrevista, Jesús María afirmó: “nadie debe equivocarse, ni hacer juicios errados de la participación del priismo estatal (resic) en la contienda del 1 de julio”. Sin duda el Delegado del CEN se equivocó y se contradijo a sí mismo. De sus desafortunadas declaraciones a la prensa, se intuye que de manera premeditada, él podría estar provocando el conflicto al hacer “juicios errados”, respecto a la participación de los priístas en la pasada contienda federal.
Pero por si eso no fuera suficiente, Jesús María Rodríguez, declara: “convoco a quienes se han dedicado a hacer análisis, reflexiones y críticas, a ser objetivos. No se vale condicionar la participación ni pronosticar malos resultados. En Aguascalientes ganó el PRI, obtuvo más votos que ninguna otra fuerza, y cumplimos con una votación arriba de la media nacional”. Con todo respeto al señor Delegado del CEN, ¿cómo puede haber un análisis objetivo cuando se oculta lo evidente? ¡Todos los estudios de prospectiva electoral, y los indicadores del IFE muestran los malos resultados!
El análisis de los resultados del 1 de julio de 2012 es el siguiente: A) El PRI, de acuerdo con la votación distrital publicada por el IFE, perdió las elecciones federales en el segundo y tercer distrito en el estado de Aguascalientes, el otro distrito ganó con escaso margen; B) De acuerdo con la votación estatal, el PRI, también perdió la elección de Senadores en el estado de Aguascalientes al obtener sólo 140 mil sufragios, por 159 mil votos del PAN y; C) El PAN, en números absolutos, bis a bis, también ganó la elección presidencial en Aguascalientes, al obtener 152 mil sufragios, por 149 mil registrados a favor del PRI. D) el PRI no quedó por encima de la votación media nacional obtenida por el Presidente Enrique Peña Nieto. Si sumamos los votos del PRI y los del Partido Verde, a nivel nacional obtuvo el 38 por ciento de los votos totales; mismo porcentaje obtenido en Aguascalientes del 38 por ciento.
Don Jesús María, aceptar que el PAN venció al PRI en las tres elecciones disputadas el 1 de julio de 2012, no significa pronosticar malos resultados; los malos resultados ya se presentaron el domingo 1 de julio. Los pronósticos, como su nombre lo indica, se hacen con miras a las elecciones del 7 de julio de 2013, y sirven para hacer un llamado a la reflexión positiva, y a la construcción objetiva de estrategias, y para postular candidatos ganadores. Y lo que no se vale, es que la dirigencia del PRI y su delegado nacional, manipulen datos objetivos, amenacen a miembros del Partido, o divulguen información tendenciosa para intentar cubrir su mal desempeño, y justificar su derrota ante el Presidente Enrique Peña Nieto.
El equipo político del Presidente Enrique Peña Nieto no es ingenuo. Ellos saben que la victoria del señor Presidente de la República, el pasado 1 de julio de 2012, como en su momento lo fue el triunfo del gobernador Carlos Lozano de la Torre, en 2010, se debió a una estrategia de “Coalición electoral competitiva”, en la que el PRI aunque represente la mayor cantidad de votos, no aporta los votos suficientes para vencer al PAN. Ésa es la cruda verdad electoral en Aguascalientes. Y justamente en eso radica la fortaleza que hoy tienen el Panal y el Partido Verde, para negociar la futura “Coalición local”, pues al sumar sus votos contribuyen a las victorias de los candidatos del PRI.
La victoria del PAN, o la derrota del PRI, en los comicios de 2012, no es noticia nueva. Pero como siempre sucede, las derrotas tienen pocos padres, y en este caso sus cabezas principales lo son el Delegado del CEN del PRI, y el Presidente del Comité Directivo Estatal, porque ellos tuvieron a su cargo toda una operación política fallida y excluyente. Estrategia que pretenden imponer a los comicios del 7 de julio de 2013.
Lo realmente objetivo del asunto es el comportamiento histórico electoral en Aguascalientes. La historia electoral nos da el mejor ejemplo: desde hace 24 años, en elecciones estatales, el PRI apenas ha obtenido entre 130 mil y 140 mil votos. Sólo en la excelente elección del Gobernador Lozano, el PRI elevó su votación histórica estatal hasta alcanzar los 171 mil sufragios, lo cual fue un gran avance. Y sin embargo, el voto duro del PAN siguió vigente en esos comicios con 182 mil sufragios.
Algunos simuladores y engañadores incrustados en el gabinete del ingeniero Lozano, y en el PRI local y nacional, pretenden “dorarle la píldora” al “jefe Político”, el actual Gobernador del Estado. Y ellos creen que lo engañan al manipular burdamente la información política para agenciarse su infinita gratitud.
Francamente, la paciencia del ingeniero Carlos Lozano, resulta admirable. Yo tengo la convicción de que él no es ningún ingenuo o principiante en la política. Don Carlos sabe que desde la elección del Gobernador Rodolfo Landeros, el PRI ha vivido una profunda crisis de credibilidad entre la sociedad de Aguascalientes. Por ese motivo él mismo se ha postulado con base en “Coaliciones electorales competitivas”, como la fórmula indispensable para alcanzar la victoria electoral. Finalmente y gracias a la “Coalición PRI-PANAL-PVEM, formada en 2010, él ganó la elección de Gobernador, la Coalición venció en todos los municipios y obtuvo la mayoría en el Congreso local. De otra manera, el Co-gobierno estatal, municipal e incluso en el Congreso del Estado, no se entendería. Y las consecuencias políticas de tal Coalición, están a la vista de todos los priístas: ahora el Poder se comparte, ya no hay victorias absolutas, ni eternas.
Me parece que el Delegado del CEN del PRI, incita al Gobernador Lozano a confrontarse con los priístas cuando afirma: “no es momento de hacer futurismo ni de expresar aspiraciones, [éstas] deben quedar supeditadas al tiempo y la circunstancia”. Sobre todo cuando algunos miembros del gabinete político de don Carlos Lozano, le complican la existencia a su jefe cuando difunden que sólo hay “cuatro candidatos buenos” (por supuesto todos son funcionarios del gobierno estatal). Esta estrategia sólo confronta al PRI, y por supuesto que en nada contribuye a la unidad.
El señor Rodríguez no ayuda al Gobernador cuando ordena a los “suspirantes” del PRI, (los que no están en la lista de los cuatro buenos), que renuncien a la batalla; que dejen que los vientos azoten la embarcación y que la hundan. Al nadar de muertito, ubica al PRI como un partido pasivo. Con la filosofía política del señor Jesús María, el PRI en Aguascalientes no tiene ninguna posibilidad de competir en los próximos comicios estatales. A menos de que, como sospechosamente se propaga a través de filtraciones oficiales, el Panal termine en ser el partido oficial del sexenio, y le corresponda postular, sólo por esta vez, a los candidatos a diputados y presidentes municipales, principalmente en la capital del Estado.
Si el plan del señor Rodríguez funciona, el PRI pasará a ocupar la posición de comparsa en el escenario de la alternancia política en 2013. Mientras tanto, el PAN, con su candidato Felipe González Jr., estará de plácemes al firmar una conveniente Coalición con la “izquierda socialdemócrata”, que postulará a un “burgués demócrata”.
Objetivamente, el CEN del PRI, no debería esperar ni un minuto más. Ese partido requiere un delegado comprometido en ganar elecciones. Delegado serio y objetivo, respetado y respetable. Que permanezca en la plaza, no en su casa. Que garantice que todas y todos serán incluidos. Que no sólo venga a ver, oír e informar, como don Jesús María. Haría bien, don Pedro Joaquín Coldwell, en designar a una mujer, o un hombre que reactive al PRI, y dialogue con los grupos para tomar acuerdos y cumplir compromisos, no para amenazarlos. Que reconozca el valor de la militancia y evite la insensata pretensión de postular “amigos, parientes y bienhechores”, (frase favorita del ex gobernador Barberena Vega y de mi amigo el Doctor Ismael Landín), sin la menor trayectoria y compromiso partidista.
Y si la memoria no nos falla aún, no está por demás recordar otras interesantes “coincidencias políticas”; ahora entre Aguascalientes y Querétaro, hogar político del Delegado Rodríguez: A) en 1997, el PAN venció al PRI en las elecciones municipales, distritales y de Gobernador, cuando des-gobernaba el señor Enrique Burgos; B) el actual Gobernador Calzada Rovirosa, (como lo hizo Lozano de la Torre), después de 12 años de gobiernos del PAN, hizo la hombrada de recuperar la plaza para el PRI; C) En los comicios federales de 2012, el PAN ganó nuevamente entre conflictos del Gobernador Calzada y el grupo político del señor Delegado Jesús María, que comanda Enrique Burgos, nuevamente derrotado en las urnas como candidato a Senador.
Para el PRI, el escenario en Querétaro, como en Aguascalientes, es de una derrota previsible. Por ese doble motivo, bien haría el Presidente del CEN del PRI en brindarle una gran ayuda al Gobernador Carlos Lozano para hacer política, no politiquería, y reencontrar el diálogo y la concertación política con la clase política del PRI. Quizás llegó la hora de decirle adiós al licenciado Rodríguez, y castigarlo al enviarlo a su tierra para que intente poner orden entre sus paisanos y buscar la recuperación electoral de la cuna de nuestra Constitución.