Acusa Canaive a las mamás por falta de cooperación en la recepción de uniformes escolares

•  Se entregaron 251 mil juegos de esas prendas y las querían de tallas más grandes
•  Costoso estudio antropométrico resolvió la cuestión, pero mamás la complicaron

La falta de cooperación de las madres de familia creó el conflicto de los 251 mil uniformes escolares, entregados por la Cámara del Vestido Aguascalientes, al no intercambiar tallas, como ocurrió en los demás municipios, explicó José Manuel Gómez Marmolejo, presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (Canaive) Aguascalientes.

Señaló el dirigente empresarial que desde finales de agosto pasado y hasta el 10 de septiembre, se entregaron las prendas, en una tarea que a través de 19 coordinaciones, no fue fácil, porque: “hubo cierta resistencia de quienes los recibieron, porque había quienes tenían una petición formal de cómo los querían y esto no se previó así, fue de manera diferente. Pero se dialogó, la gente finalmente se convenció de que la entrega era adecuada, la distribución correcta, y solamente era también de alguna manera, concientizar a las madres de familia”.

Mencionó Gómez que el problema fue que quienes reciben los uniformes son las madres de familia, “y hay que estar consciente de que el año pasado, los uniformes quedaron dos y hasta tres tallas más chicas de lo normal”.

Hubo muchos comentarios de que, para el año siguiente, para no tener problema, iban a pedir dos o tres tallas más grandes de la que eran sus hijos, para que les quedaran grandes. Cuando las mamás llegan con un niño de primero de primaria que tiene siete años de edad y pretenden un talla 12 o 14, no les iba a quedar.

Este año, precisó, hubo cuidado extraordinario. “Si ya habíamos padecido el problema era absurdo, casi imposible, que este año nos volviera a pasar. Se tuvo una personalísima atención. Yo he sido muy insistente, nos apoyamos en un estudio antropométrico científico. Esto no es un capricho de nadie, es un estudio a nivel nacional, por región y por estado”

El estudio se halla en la Cámara Nacional de la Industria del Vestido, “nos costó una buena lana consultarlo, costó un dineral su elaboración y el que quiera acceder a él tiene que pagar. Lo consultamos y en base a eso decidimos cuáles eran las tallas que le corresponden a cada uno de los usuarios de los mismos. Este nos permitió obviamente… yo no digo que no, claro que va a haber errores, van a faltar algunos, van a sobrar otros; es imposible entregarlos al 100 por ciento”.

Insistió en que el problema fueron las mamás “que insisten de una manera un poco irreflexiva en decir: ‘a mí, o me das la talla que te pido o no la quiero’. Está muy fácil, en ningún municipio rural hubo problemas, porque ahí todos son parientes o todos se conocen, se acercaron y se intercambiaron las tallas que a unos no les quedaban, y todo mundo feliz”.

El problema fue la ciudad, porque aquí no nos conocemos, donde hubo el principal problema, “¿dónde tuvimos más conflictos?: en la Insurgentes, en los ojocalientes, en las zonas más conflictivas; ¿por qué no hubo conflictos en el centro de la ciudad, en las zonas más urbanas?”.

La Cámara ya cumplió con su compromiso, desde antes de terminar la primera quincena de septiembre. “Hemos estado de la mano con el Instituto de Educación, hemos seguido apoyándolo en una labor de concientización con las madres, de intercambio inclusive, entre escuelas. Nosotros, como entidad privada, porque así lo decidimos, hemos ido más allá del convenio”.

El convenio fue por 159 mil 9 uniformes en estas tallas. Se tenían que entregar antes del 20 de agosto, “y no dicen dónde y la Cámara no preguntó tampoco. Y ya se entregaron, insisto mucho: no hay conflicto, ni entre la Cámara con el IEA, ni al revés, ni están mal ni las tallas, ni nada, es simplemente cuestión de que las mamás se pongan de acuerdo y se tuvieran un poquito de voluntad, en las escuelas se pueden poner de acuerdo e intercambiar sus uniformes”.