Camp Bastion, Afganistán. 14 de septiembre de 2012. Las exclamaciones de Allahu Akbar –Dios es Grande– pronunciados por los guerrilleros talibanes y el tableteo de las ametralladoras británicas y estadounidenses componen una sinfonía letal. Las balas trazadoras, cual luciérnagas supersónicas, iluminan la noche y buscan afanosamente las siluetas de los incursores musulmanes. En un par de horas, y a pesar de ser abatidos como perros rabiosos, los radicales islámicos rompen el mito de la inviolabilidad de la principal fortaleza anglo-americana en Afganistán.
La escena arriba descrita representa el clímax de la embestida lanzada, a escala regional por Al-Qaeda y sus aliados en Afganistán y Libia, pretextando un video producido en la Unión Americana en donde se denigra a la principal figura del Islam, el profeta Mahoma. El propósito del presente artículo es establecer una analogía entre los hechos acaecidos la semana pasada y la operación militar llevada a cabo durante la guerra de Vietnam conocida como la ofensiva del Tet.
En abril de 1967, Ho Chi Minh, presidente de Vietnam del Norte, entendió, al igual que el revolucionario chino Mao Tse-Tung, que “el requisito primordial para ganar una guerra es la movilización política”. En otras palabras, es imperativo mantener el apoyo del pueblo para soportar la inversión en sangre y dinero necesarios para alcanzar la victoria final.
Por lo tanto, decidió quebrar la voluntad de pelea del pueblo estadounidense y planificó un ataque sorpresa contra los Estados Unidos y su aliado, Vietnam del Sur, con la misión de golpear los centros de control y comando civiles y militares. Es decir, priorizó blancos altamente mediáticos.
A las 3:00 a.m. del 31 de enero de 1968, Vietnam del Norte y los guerrilleros comunistas, bajo la consigna “astillen el cielo, sacudan la tierra, lanzaron la ofensiva del Tet –el año nuevo lunar vietnamita–. Los objetivos del ataque fueron: la Embajada de los Estados Unidos en Saigón, bases aéreas, edificios gubernamentales y centros urbanos.
Para el 28 de marzo, cuando término la primera fase del Tet, era claro que Vietnam del Norte había sufrido una colosal derrota militar, pues no habían logrado retener ninguno de sus objetivos. Además, habían sufrido miles de bajas. Por el contrario, la Unión Americana sólo había tenido mil muertos y había vencido a los norvietnamitas en las batallas de Hué y Khe Sanh.
Ho Chi Minh, sin embargo, resultó victorioso pues los noticiarios nocturnos en la Unión Americana transmitían imágenes de su Embajada en llamas y de decenas de soldados estadounidenses caídos en combate. A pesar de su ruina militar, los norvietnamitas lograron un éxito propagandístico, pues convencieron al pueblo estadounidense de la futilidad de su ardor bélico.
Pretextando la difusión de la película –la inocencia de los musulmanes, un film donde se describe al profeta Mahoma como homosexual y pedófilo– estallaron el 11 de septiembre de 2012 una serie de manifestaciones anti-estadounidenses en Egipto y Libia, las cuales se propagaron a otras partes del mundo islámico. Sin embargo, dada la sofisticación de los ataques contra el consulado estadounidense en Bengasi y la base militar Camp Bastion, el escribano cree que las acometidas fueron planeadas con anterioridad y que buscaban maximizar el impacto mediático por lo que a continuación se explica:
El 11 de septiembre, fecha emblemática para la Unión Americana en sus relaciones con el Islam, fue escogida para lanzar el asalto contra la instalación diplomática estadounidense en la ciudad Libia de Bengasi, donde el embajador Christopher Stevens murió por asfixia, a causa de un incendio provocado por el uso de lanzacohetes RPG. Además, otros tres norteamericanos fueron abatidos.
Lo anterior, a pesar de las advertencias hechas por la Oficina de Seguridad Diplomática del Departamento de Estado, la cual indicó sobre la posibilidad de un inminente ataque contra la sede diplomática.
Camp Bastion es la principal fortificación en Afganistán, pues hospeda a más de 30 mil soldados anglo-americanos. Asimismo, Enrique, hijo del príncipe Carlos y la extinta Diana de Gales, está destinado en esa base como piloto de helicópteros Apache.
Por lo tanto, además de la destrucción de material bélico –seis aviones de combate y seis hangares–, y las bajas causadas –dos infantes de marina estadounidenses abatidos–, es claro que los talibanes, como lo habían advertido, buscaban capturar, asesinar o herir al aristócrata inglés, logrando así un golpe mediático de proporciones gigantescas.
Todo lo arriba mencionado, permite afirmar que los talibanes, al igual que Ho Chi Minh anteriormente, entienden que “la guerra es política con derramamiento de sangre”.
(*) Colegio Aguascalentense de Estudios Estratégicos Internacionales A.C.
Aide-Mémoire.- Saludo a los alumnos del 2° semestre de Administración del ITA y a los pupilos de la carrera de Relaciones Internacionales de la UVM Campus Aguascalientes, fieles lectores de La Jornada Aguascalientes y de esta columna.
