En opinión de la CEPAL, América Latina “comienza a ser parte de la solución en la economía mundial y no del problema”, por lo que “un proceso de acercamiento entre los principales astros de la región nos subiría el estatus global”, según declaración de Osvaldo Rosales, Director de la División de Comercio Internacional e Integración del organismo (Fuente: Notimex. El Financiero, miércoles 19 de septiembre de 2012. Miriam Castro).
La referencia directa de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL, se dirige a México y Brasil, con motivo de la visita del Presidente Electo Enrique Peña Nieto a ese país; y lo hace en público refrendo de su probable acercamiento, en razón de constatar que ambos países suman dos tercios de la magnitud económica de la región, por lo que un avance de esta naturaleza aportaría un gran impulso a la propia integración regional. Abriría mejores oportunidades de comercio, facilitando alianzas entre las empresas y sobre todo sentaría bases para una plataforma de lanzamiento y atractividad de inversión extranjera hacia América Latina.
Brasil viene de una exitosa transición política y económica gestada durante la presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva, y cuyo crecimiento sostenido sólo se ha visto frenado en los últimos meses, mientras que México se sitúa en un contexto de alternancia en el poder, en el que vislumbra un mayor crecimiento económico que en los últimos 12 años.
Un punto de coincidencia entre México y Brasil han sido sus respectivas plantas productivas, por un lado de la industria automotriz, que años atrás más bien les planteó una disyuntiva debido a su desencuentro respecto del Acuerdo de Complementación Económica (ACE) 55, para la desregulación gradual del comercio automotriz entrambos países; a sabiendas de que en este renglón, México ha crecido significativamente en los últimos años. Por otro lado, en la industria petrolera, mucho al parecer puede la paraestatal Pemex emular de la nacional Petrobras, para potenciar sus niveles de producción y con ello, concurrir de manera más robusta al mercado hemisférico y global. Al día de hoy, la presidenta de Petrobras, Maria das Graças Foster, destaca la importancia del tema de refinación, en torno al cual busca la aprobación del congreso para encontrar un socio, por ejemplo, a la estatal venezolana Petróleos de Venezuela, PDVSA, para la construcción de una refinería en el estado de Pernambuco (nordeste), sobre lo cual están deliberando.
En síntesis, Brasil un país con 196 millones de habitantes es el primer socio comercial de América Latina y el Caribe para México, el segundo destino de exportaciones y el primer proveedor en la región. Y, en sentido inverso, México representa para Brasil ser su tercer socio comercial en el área, el cuarto destino de exportaciones y el segundo proveedor. Datos que son emitidos por la Secretaría de Economía y el Banco de México.
Este jueves 20 de septiembre, el presidente electo Enrique Peña Nieto solicitó a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, compartir el contenido de la reforma que se aplicó para el caso de Petrobras para abrirla a la iniciativa privada y aseguró que le servirá de ejemplo para hacer lo propio en el caso de México. Además, al concluir su encuentro bilateral, también él hizo un reconocimiento a la política económica de ese país, reconociendo que será referencia, en materia de políticas energéticas, de combate a la pobreza y de educación en México. Otro tanto lo expresó respecto de Colombia. De manera que los augurios de la CEPAL están en línea con las aspiraciones a una mayor integración de la región.
Este supuesto es importante, ya que especialmente hacia las tres últimas décadas del siglo XX, así como proliferaron los golpes de estado en el subcontinente, las dictaduras militares, las guerras intestinas, y de verdaderas guerras civiles como fue el caso de Guatemala, El Salvador y Nicaragua, las indecorosas intervenciones norteamericanas e inglesa mantuvieron separado al país hermano mexicano de Mesoamérica, haciendo muy precaria la evolución hacia esquemas efectivos de bloques comerciales que, por cierto, se intentaron por toda la geografía latinoamericana, como el CARICOM (12 países pequeños el Caribe), el Mercado Común centroamericano, la Comunidad o el Pacto Andino, el Mercosur, el ALBA (Alternativa Bolivariana para América) que incluye a Cuba, el Grupo de los Tres y, en especial, la ALADI que pretende establecer un marco internacional de comercio para toda América Latina, entre las asociaciones comerciales más connotadas, y en paralelo a las cuales nace el TLCAN de México con el hemisferio norte.
Este contexto de microrregiones comerciales en la región, hace deseable el paso a una integración mayor que es de la que venimos hablando. Y, al parecer, curiosamente puede surgir por el lado de la producción petrolera. Recordemos que esta vía no ha sido fácil, pues han prevalecido persistentes recambios de políticas energéticas, incluso aquéllos con simpatía o abierta cohabitación de países petroleros de América Latina con los designios de la OPEC, Organización de Países Exportadores de Petróleo, un cártel que se asocia en contra de la imposición de cuotas de importación de petróleo crudo y de productos refinados, por los Estados Unidos, en el año de 1959; y se crea en esa fecha en abierta oposición con el Programa de Cuotas Obligatorias de Importación de Petróleo de EUA, país central que inmediatamente le otorgó trato preferencial a la importación petrolera de Canadá, México y un poco más tarde de Venezuela (recuerde la presencia de la Exxon); con la intención expresa de excluir las importaciones del Golfo Pérsico y con ello deprimir el precio del crudo del Medio Oriente. Por ello surge la asociación de Irán, Iraq, Kuwait, Arabia Saudita y Venezuela, con el propósito de remontar los precios petroleros; a partir de 1973 se asociaron también: Algeria, Ecuador, Gabón, Indonesia, Libya, Nigeria, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos.
La vinculación estratégica entre México y Brasil que sugiere la CEPAL no deja de ser destellante por su optimismo y supuesta eficacia, pero es un hecho que EPN está expresando su firme opinión de voltear hacia el subcontinente y ocupar activamente el lugar que le corresponde a México en el entorno latinoamericano. Una asignatura que urgentemente debe acreditar, pues el posicionamiento de nuestro país en la OCDE sigue mostrando fuertes rezagos tanto en los parámetros educativos y laborales, particularmente de sus jóvenes y mujeres, pues ostenta el porcentaje más alto de “ninis” con 24.4 por ciento; indicador que por cierto Brasil con Turquía han logrado hacer descender. Temas que marcan la agenda pública.
