- Autoridades argumentan insuficiencia de las instalaciones
“¡Parhákata unida jamás será vencida!”. Así es como los alumnos de la escuela Comunidad Educativa Parhákata (CEP) piden evitar el cierre de la misma por parte el Instituto de Educación de Aguascalientes (IEA). Esta escuela maneja nivel preescolar y primaria con alrededor de 60 niños bajo un sistema enfocado a competencias y desarrollo personal de cada alumno.
La problemática recae en la negación del IEA del permiso de registro a pesar de que la Institución ya contaba con ella en su domicilio anterior, (Héroe de Nacozari e Independencia de México); cuando se hace un cambio de domicilio se les otorga otro permiso con nuevo número. Las autoridades señalaron que las nuevas instalaciones no cumplen con los requisitos necesarios, faltan aulas por construir y baños adecuados para nivel preescolar.
Los directivos del CEP ya habían comenzado a trabajar en ello cuando el IEA les comunicó el cierre del centro para este 14 de septiembre, por lo que al comunicarlo a los padres de familia, éstos decidieron mandar un oficio con peticiones y compromisos de la comunidad educativa para pedir tiempo.
“Por eso estamos apoyando a la Institución, porque creemos en el programa con el que cuentan, hemos visto a nuestros hijos mejorar no sólo en lo educativo, sino también en lo personal” aseguró Marco Antonio Macías Alvarado, padre de familia.
Cabe destacar que en un principio fue un dictamen de Protección Civil, aunque nunca regresaron para comunicarlo; autoridades del IEA avisaron cuando el ciclo escolar ya había comenzado, lo que resulta absurdo porque los maestros ya están contratados, los padres de familia ya gastaron en libros, libretas, uniformes (para los de nuevo ingreso), entre otras cosas.
“Es todo un problema sacar a nuestros niños de donde están muy a gusto, el mandarlos a otras escuelas causará daños sicológicos porque tienen que adaptarse tanto a maestros alumnos y programas de estudio nuevos”.
Declararon que lo único que se pide al IEA es un tiempo razonable para que los directivos construyan las aulas faltantes y los baños que piden. El permiso de construcción tampoco quieren otorgarlo puesto que aseguran es peligroso para los niños que se encuentran en clase. La opción que entregan los padres de familia es construir en las tardes y fines de semana, cuando la escuela se encuentra vacía, terminando en un lapso de dos meses.
Mirna Delgado García, madre de familia, declaró que no es escuela de educación especial, aunque acepta a niños con alguna discapacidad; la forma de enseñanza es a base de adecuaciones curriculares para aquellos que pudieron haber tenido algún rezago, se les explica con una manera constructivista, con el objetivo de aplicar alguna enseñanza a través del juego.
“Aquí no hay discriminación, imagínense el tener que adaptarse a otro lugar, el que estén en sillas de ruedas o tengan algún problema en sus piernas no significa que tengan problemas para estudiar, pues sólo es una discapacidad física mas no mental”.
Ayer por la mañana, asistieron al IEA a llevar un oficio firmado por los 50 padres de familia que conforman la CEP. En él explican los motivos por los cuales piden no cerrar la escuela y los anexos donde la dirección hace el compromiso de cumplir con dichos requisitos, así como de maestros que se comprometen a seguir con el programa oficial; en respuesta a ello se les dio cita para hoy jueves en punto de las 14:00 horas. “Ayer veíamos por parte de los directivos que nos hacían saber que el Instituto no estaba de acuerdo y que se pedía que la escuela cerrara ahora, observamos un cambio en la posición y esperemos llegar a un acuerdo”.
Por su parte, los padres de familia se comprometieron al apoyo de mano de obra para mejorar las instalaciones, ya sea pintar los salones o alguna otra actividad, todo esto con tal de que sus hijos sigan recibiendo la educación como hasta ahora; los gastos de construcción y decoración serán cubiertos por la propia Institución.
Finalmente, aseguraron que el IEA prometió reacomodar a sus hijos en otras instituciones, pero no se trata de acomodo, sino de satisfacción y compromiso, pues tanto padres como niños están conformes con la educación y el método impartido por esta institución y se niegan a perderla.