Finalmente y luego de un largo proceso de acuerdos y desacuerdos, en días pasados entró en vigor en nuestro país la NMX-SAST-26000-IMNC-2011; lo que para muchos podrá sonar como una clave difícil de descifrar, para otros será un término con el cual se encuentran familiarizados. En el presente texto, trataré de explicar brevemente de lo que trata y principalmente lo que ello representa para México y los alcances que tiene la misma, así como las repercusiones que puede encontrar en entidades como Aguascalientes.
La NMX-SAST-26000-IMNC-2011 es a partir del 19 de junio de 2012, fecha en la que se publicó su Declaratoria de Vigencia en el Diario Oficial de la Federación con una entrada en vigencia a los 60 días naturales después de dicha publicación, una Norma Mexicana, expedida por el Gobierno Federal a través de la Secretaría de Economía y la cual fue adoptada en su totalidad del texto de la Guía de Responsabilidad Social ISO 26000.
Antes de entrar de lleno en materia de lo que contiene y representa la mencionada Norma, vale la pena señalar que la misma llega a México luego de un proceso de casi 6 años que concluyó en noviembre de 2010, en los que fue gestada dentro de la Organización Internacional de Normalización (ISO por sus siglas en inglés: International Organization Standardization), la cual aglutina a un total de 163 países (México entre ellos) de todo el mundo a través de los distintos organismos de normalización de cada uno de ellos y que hoy en día cuenta con más de 18 mil normas y documentos técnicos a nivel global.
En lo que respecta a esta Guía de Responsabilidad ISO 26000 y ahora también Norma Mexicana 26000, la misma pretende proporcionar orientación para todo tipo de organizaciones (y al decir organizaciones entiéndase privadas, públicas y sin fines de lucro, es decir, toda aquella entidad o grupo de personas con responsabilidades y objetivos identificables) en el cumplimiento de la Responsabilidad Social con el objeto de contribuir al desarrollo sostenible (o como indebidamente se le conoce: “desarrollo sustentable’’ por su traducción del inglés: sustainable development), el cual se ha conocido como esa acción de “satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus propias necesidades”.
Por ello es de suma importancia la entrada en vigor de esta nueva Norma que busca que todas las organizaciones independientemente de su tamaño y lugar de operación, puedan contribuir al desarrollo sostenible del planeta en el que vivimos.
En los últimos años “se ha puesto de moda” el uso de la filantropía como una acción encaminada en ayudar a los que menos tienen y con ello cumplir un supuesto (o impuesto) deber social e incluso vemos grandes campañas de organizaciones (de nueva cuenta, públicas o privadas; empresas, dependencias, etc.) que a través de apoyar a otra organización, se hacen llamar como “socialmente responsables”, lo cual de ninguna manera implica que así sea y es importante destacar casos tan importantes como el de empresas reconocidas a nivel mundial tales como Nike o Barbie, en donde en la primera de ellas se detectó que uno de los principales proveedores de materia prima de la compañía deportiva estaba incurriendo en prácticas de explotación infantil y en el segundo de los casos, la empresa de juguetes se valía de acciones de deforestación en Indonesia para insumos en la fabricación de sus productos, ambos casos reconocidos a nivel mundial y que costaron un alto costo no sólo económico para ambas organizaciones, sino también de carácter social.
Por lo anterior y en búsqueda de lograr conciliar los intereses de las organizaciones presentes con las necesidades de las organizaciones y personas que habitarán el planeta en el futuro, se busca que a través de la Guía que se describe, se logre establecer mecanismos a nivel mundial para operar responsablemente. También se ha llegado a la conclusión que más allá de una moda o de reducir la responsabilidad social a la filantropía, se constituye una necesidad imperante en que para poder mantener los recursos naturales y materiales con los que contamos, se deben tomar medidas al corto plazo que provoquen un mejor actuar en la sociedad en general, abordando los aspectos sociales, económicos y ambientales de manera integral dentro de una organización, para que a su vez, los resultados generen un impacto positivo en la sostenibilidad de la sociedad en su conjunto.
Estados como Aguascalientes que a lo largo de los años se han caracterizado por su ordenación territorial, por su preservación de recursos naturales y en general por su estabilidad social, deben ser punta de lanza en el tema de responsabilidad social, fomentando las autoridades el apego a los principios, prácticas y materias fundamentales de la Guía, implementando las empresas las medidas para encargarse de que sus stakeholders (partes interesadas: clientes, proveedores, trabajadores, consumidores, medios de comunicación, etc.) de igual forma lo hagan, colaborando las organizaciones no lucrativas e impulsando que las demás organizaciones entren en ese círculo, dando seguimiento medios de comunicación e informando respecto quién está cumpliendo y quién no, impartiendo académicos medidas al respecto, exigiendo jóvenes lo que el día de mañana requerirán y en general vigilando toda la sociedad que así se haga. Y es que el énfasis especial de que los diversos sectores se encarguen del cumplimiento de la misma, se hace debido a que la presente Norma no representa una obligación (legal) de cumplimiento, al menos hasta el momento, sino un conjunto de recomendaciones, que podríamos considerar sí como una “obligación moral’’. n