Estimado lector, continuando con el tema de empresas ambientalmente responsables, en esta ocasión abordaré el tema de auditoría ambiental.
“Audire”, cuyo significado es “oír”, es el origen etimológico de la palabra auditoría, los auditores ejercían su función determinando la verdad o falsedad de lo que les era sometido a su verificación principalmente oyendo. La auditoría refiere a un principio científico de contabilidad, dando la verificación de los registros patrimoniales, con la revolución industrial se dieron nuevas técnicas contables, áreas y temas.
En la actualidad, ya no es conveniente sólo escuchar para lograr determinar la correspondencia entre la situación y los criterios aplicables, es decir, realizar la auditoría, tal vez justificándose en su origen etimológico la autoridad correspondiente afirma que la auditoría ambiental sea voluntaria, pero sospecho que la intención de fondo es un temor a provocar una molestia al sector empresarial y a su generación de riqueza.
El artículo 38 bis de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA) enmarca la definición legal de la auditoría ambiental como el examen metodológico de sus operaciones, respecto de la contaminación y el riesgo que generan, así como el grado de cumplimiento de la normatividad ambiental y de los parámetros internacionales y de buenas prácticas de operación e ingeniería aplicables, con el objeto de definir las medidas preventivas y correctivas necesarias para proteger el medio ambiente.
Una auditoría puede beneficiar a las PYMES al ayudarle a reducir emisiones, costos de operación, descargas, generación de residuos y/o primas de seguros; además puede auxiliarle a prevenir impactos ambientales negativos traducidos en accidentes y multas, con lo anterior la PYME mejorará en su relación con la comunidad aumentando su imagen pública.
La evaluación del desempeño ambiental implica el tema del aire, agua, residuos, energía, ruido, suelo, recursos naturales, vida silvestre, recursos forestales, riesgo ambiental, emergencias y gestión ambiental.
En México, es la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente la encargada de verificar el cumplimiento de la norma. La PROFEPA es la responsable del Programa Nacional de Auditoría Ambiental.
El inicio de toda auditoría se da con la requisición de un formato de registro, este contiene la información de la empresa auditada y la auditora. El proceso para la obtención de un certificado comprende cuatro etapas: solicitud, presentación del informe de auditoría, plan de acción y certificación.
Se analizará si la empresa auditada tiene los permisos, registros y licencias de operación, transporte, almacenamiento, construcción, diseño y seguridad, y además, cuál es su nivel de cumplimiento de la normatividad ambiental. Si se detectan deficiencias se procede a elaborar un plan de trabajo calendarizado donde se establecen las acciones preventivas y correctivas.
Las tres modalidades del certificado expedidos por la PROFEPA son: a) calidad ambiental turística, refiere a las actividades del sector turístico como restaurantes y hoteles; b) industria limpia, ésta se expide para actividades u obras del sector industrial como de la industria extractiva, de la transformación y de alto riesgo; y, c) calidad ambiental, la cual aplica para cualquier actividad no contemplada en las otras modalidades.
El sello otorgado por la certificación es un símbolo del cumplimiento de la normatividad ambiental, su duración es de dos años, dicha duración se justifica en obligar a la empresa a mantener su desempeño ambiental e incluso mejorarlo para poder renovar la vigencia. Su uso implica cero modificación o alteración de sus características. La empresa asume el costo generado por la incorporación del sello en su imagen corporativa, pero el uso es de carácter voluntario.
La autoridad puede iniciar un procedimiento administrativo por el uso inadecuado del certificado.
En el ámbito internacional, están aumentando los clientes cuya preferencia marca la adquisición de productos o bien el uso de los servicios de empresas social y ambientalmente responsables. Bajo el amparo de varios estudios científicos se ha declarado y comprobado que la cultura consumista actual está provocando un impacto negativo severo en la naturaleza, mermando la existencia de los recursos naturales necesarios para la sobrevivencia de las generaciones futuras.
Considero que el cliente final tiene el poder de influir en las políticas y lineamientos de las empresas y en consecuencia en la actuación y proceder de las autoridades ambientales.
Otros factores a considerar en la auditoría ambiental son: A) las modificaciones al reglamento en materia de autorregulación y auditorías ambientales de la LGEEPA dadas en 2010, las cuales han complicado la existencia de las unidades de verificación ambiental, por establecer un proceso burocrático y costo sin que necesariamente sobresalga la alta capacidad y conocimiento del auditor; B) la evolución de la auditoría ambiental en México con su claroscuro; C) el costo que le representa a la PYME; D) el claroscuro trabajo de la PROFEPA. n
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