Comprendo que el bienestar de muchos comienza con la actitud de uno; bien dicen cambia uno, cambia todo. Yo, soy de los que me entrego a mi trabajo como lo hice cuando estudiaba; hago lo que debo, pero también lo que quiero y disfruto de la vida. Más allá de la posición en la que cada uno de nosotros estemos, el lugar en que nos encontremos y el rol que nos toque jugar, todos somos personas que buscamos a final de cuentas lo mismo: el bienestar, el amor y la felicidad.
Trato de leer cada día un poco más y aprender algo nuevo. Me siento en la terraza y admiro la vista sin fijarme en las manchas de la pared o molestarme por el ruido de los vehículos, me concentro en lo que realmente importa, pienso que aunque sean cinco minutos son tiempo para mí, para reflexionar y adentrarme a mis pensamientos. Recuerdo que “un hombre sin sueños es sólo un hombre”, entonces me pongo a soñar de nuevo.
Busco pasar más tiempo con mi familia y amigos, si no es en cantidad lo busco de calidad; las sonrisas, las anécdotas, pero sobre todo, la buena vibra es algo que busco en todo momento. Comprendo que la vida debe ser un patrón de experiencias para disfrutar, no para sobrevivir. Me esfuerzo en tener cada vez más amigos y cuidar a los que ya tengo.
Procuro no guardar nada para un mejor momento o una ocasión especial, cada mañana es especial. Me gusta amanecer pensando que alguien me quiere y que hay alguien a quién querer; algo por qué luchar y algo por qué resisitir. Uso mis copas de cristal todos los días. Me pongo mi saco favorito para ir a trabajar, no guardo para otra ocasión mi mejor perfume, lo uso en cualquier momento que me provoque hacerlo.
Voy a fiestas y disfruto de la compañía, bebo un poco, bailo mucho y hablo cuanto puedo. Cuando hay que levantarse temprano, el despertador es un buen aliado, pero la buena actitud es indispensable, el humor para comenzar el día lo dan 30 minutos de ejercicio y una taza de café después de la ducha matutina.
Me encanta ir a trabajar. Cuando charlo con las personas, trato de usar lo menos posible las frases como “luego, algún día o un día de éstos”. Si vale la pena verlo, escucharlo o hacerlo, lo hago, lo escucho o lo veo en el momento. He comprendido que generar sonrisas es tan fácil como empezar a hacerlo, además resulta contagioso.
Realmente estoy seguro de que pasarla bien debe ser una forma de existir, dejar de quejarse por lo que no tenemos, puesto que, a final de cuentas, resulta mucho de lo que carecemos y ocuparnos más en disfrutar lo que nos da la vida. No estoy seguro de lo que cualquier persona haría si supiera que no estaría aquí mañana, es algo que tomamos muy a la ligera. Creo que llamaríamos a nuestros familiares y amigos cercanos, para decirles tantas cosas. Quizá buscarías a viejos amigos o amores para ofrecer disculpas y hacer las paces por posibles enojos del pasado. Yo, tal vez, saldría a comer una buena pizza acompañada de vino tinto; disfrutaría del último suspiro haciendo algo que me gusta. Reconfortado me siento de saber que quien me conoció, diría: “vivió como los grandes, fue intenso y apasionado, amó y fue amado”.
Haría lo que pudiera para no dejar esas pequeñas cosas sin hacer, que realmente me molestarían en caso de saber que mis horas tienen un límite. He pensado que cuando hacemos el ejercicio de enumerar las cosas que haríamos si el fin estuviera cerca, pensamos en mil y un acciones pendientes, divertidas y satisfactorias, sin embargo no las hacemos porque creemos que nuestros días van más allá del siguiente amanecer; nos pensamos duraderos y a prueba de todo.
Pienso que me molestaría no ver a buenos amigos, me molestaría no escribir ciertas cartas o mandar algunos mensajes; me molestaría no decirles a mis padres, hermanas y hermanos cuánto los amo. Me molestaría no abrazar y besar a quien quiero. Después de todo, un beso es un beso, y a veces un beso te hace sentir que lo es todo.
No retardemos, detengamos o guardemos nada que nos pueda causara alegría y nos arranque una sonrisa. Cada mañana es especial; cada momento hay que vivirlo a plenitud. Total, hoy como mañana y como siempre y de enero a diciembre, los seres humanos estamos en la búsqueda constante, del bienestar, el amor y la felicidad.