- Encontró muy pocos escritores dispuestos a analizar las cosas sintéticamente
- Estados Unidos vive una escasa comprensión sobre narrativa subyacente: Berman
Como parte de la serie de conferencias del Coloquio Internacional Mundo Contemporáneo: Educación artística y cultura, el conocido e innovador historiador cultural y crítico social Morris Berman hizo presencia con su tema Le Longue Durèe (El Largo Plazo).
Académico estadounidense y crítico social, ha enseñado en varias universidades de Europa y de los Estados Unidos además de haber ganado numerosos premios por sus libros. Entre sus publicaciones destacan: Historia de la conciencia (2000), El crepúsculo de la cultura americana, Edad oscura americana y Las raíces del fracaso americano.
Los últimos veinte años han aparecido varias obras que cuestionan la política exterior norteamericana, la política interior, sobre todo la económica, el sistema educativo, militar, los medios de comunicación y demás; de los cuales, asegura Berman ha aprendido mucho, aunque hay dos cuestiones que en su opinión no se consideran.
Lo primero es una integración de varios factores que despedazan el país; aseguró que es muy difícil que se aborden públicamente, en parte porque los norteamericanos no están educados para pensar de una manera holística o sintética y en parte, también, porque este tipo de análisis es demasiado incisivo e inquietante, así que es difícil que sea escuchado por los norteamericanos.
Lo segundo que le parece que hace falta, es relacionar la cultura en términos generales con los valores y comportamientos que los americanos exhiben en su vida cotidiana. Esto da como resultado que estas críticas terminan por ser superficiales y en realidad no penetran hasta la raíz del problema.
Citó varios ejemplos como a Michael Moore y Noam Chomsky, los cuales han hecho (en su opinión) una gran labor de crear conciencia en Estados Unidos, mostrando que tanto la política exterior como la interior actuales son callejones sin salida, e incluso algo peor.
Al repasar posturas críticas encontró muy pocos escritores dispuestos a analizar las cosas de manera sintética, es decir, como un todo integrado, y que además lo relacione con la naturaleza de la cultura norteamericana.
Señalando 12 ejemplos de cómo se manifiestan las instituciones corruptas y las partes negativas de la Estados Unidos de América, Berman expresó que es evidente que casi todo el mundo lo ve como una amenaza para la paz mundial, sin embargo, a largo plazo se verá como un país tan desarrollado logrará sobrellevar estos problemas.
¿De qué sirve la salud mental en un caso individual?
Ésta fue una gran pregunta con la que finalizó el exponente, respondiendo que servirá al menos de que la persona conozca su propia narrativa personal, que pueda verla desde afuera y que como resultado de esta transparencia, decida hacer algo distinto.
“Quizá lo mismo vale para un país o una civilización, en EUA existe una escasa comprensión sobre cuál es la narrativa subyacente o incluso de que existe una narrativa subyacente. Así como también hay un escaso interés en reflexionar sobre la identidad nacional o la ausencia de ella. Bajo una situación como la actual, el cambio no es una posibilidad, las probabilidades de que continuemos por este sendero de inconsciencia son apabullantes”.
Como oyente Carlos Villaseñor (también exponente del Coloquio) mencionó para La Jornada que le era de mucho interés el que un norteamericano esté reflexionando sobre la crisis de un modelo de desarrollo económico del cual Estado Unidos ha sido la expresión más exitosa.