El cuento de “Blanca Nieves y los siete enanos” volvió a cobrar vida y sentido; décadas de aprendizajes, enunciaciones para regresar a un pasado que está presente en la cadena generacional que vincula conocimientos, experiencias, y sobretodo, pasajes de la vida misma; todo lo anterior teniendo como participantes a los adultos mayores de La Casa del Abuelo del DIF Estatal, que ayer se vieron festejados en su día.
Cúmulo de sentimientos que albergaron rostros irradiados de felicidad; dicha porque un pasado se volvió presente en sus mentes y en sus memorias plagadas de bondad y de serenidad. En esa perfección donde no hubo tiempo, ni prisas, sólo la dulzura del disfrute del instante convergieron las familias que acompañaban a sus padres, abuelos o bisabuelos para agradecerles un poco de lo mucho que han dado a la sociedad y a las familias. Una complicidad para hacer de ese período un instante memorable ante los ojos de propios y extraños. De pronto, todo se murmuró y nada se dijo de frente a la vida; para dar paso así a la aparición de Blanca Nieves en la representación que propició un sinfín de sentimientos de simpatía, complicidad y espontaneidad que hicieron ebullición en lo más sagrado de la vida de los abuelos.
Blanca Rivera Río, presidenta del DIF Estatal, enmarcó el evento al darle vida al personaje de Blanca Nieves; haciendo patente, así, que todo esfuerzo es poco al momento de arrancar risas, gozo y de muestras de agradecimiento por parte de todos los presentes en el acto. Ella, Blanca Rivera Río, entiende lo que es ser parte de la gente, sabe hermanarse en sus dones para que la obra Blanca Nieves haya sido precisa, cordial, amena pero, sobre todo, fue el motivo para que se retemora a la vida misma; fue momento para que se permitiera un alto en el andar cotidiano y realizar de la obra teatral, una lectura de ramillete de bienaventuranzas así como de enseñanzas. Muestras del júbilo y de las escenas vividas en La Casa del Abuelo fueron las flores que se entregaron a los presentes. Los festejados expresaron que sintieron muy bonito el que vinieran a dedicarles un poco de tiempo, y que no tenían cómo pagar tanta atención en esa fecha que se volvió la más bella; fue así que concluyó el evento con las palabras de Blanca Rivera Río: “sin ustedes la vida no tendría sentido; todas las personas de la tercera edad nos enseñan a caminar, nos guían de la mano con un consejo, y con su sabiduría”.