Alicia en el País de las Pesadillas / Enredos financieros - LJA Aguascalientes
16/11/2024

Estimado lector, después de ver de manera muy escueta en las noticias cómo Alemania quiere que Grecia acepte el plan y de decir de una manera muy discreta que si no le entra a ese plan se puede ir de la Zona Euro (cosa que muchos pensaron que no iba a decir) y esperando las revueltas en España a partir del 1 de septiembre por el aumento del IVA en ese país al 21 por ciento, además de las políticas restrictivas que entraran en vigor y que lejos de ayudar llevarán a que se hable de la generación perdida en España.

Aparte de Europa, vivimos en México un mundo como el que Alicia descubrió tanto en el País de las Maravillas como en el mundo a través del espejo. (Gracias a la película de Walt Disney pensamos que todo está basado en el primero de los libros del matemático Lewis Carroll, pero la verdad es que se hizo una unión de textos y se entremezclan ambos).

Los mexicanos tal cual Alicia, hemos visto al Conejo Blanco que se esconde en una madriguera, y hemos caído junto con él, sin hacernos daño todavía pero sin saber a dónde llegamos. Esa madriguera son las elecciones, las cuales han dividido a un país, y seguimos sin ver claro hacia dónde vamos, porque por un lado no tenemos presidente electo y por el otro, ya se está amenazando con tener una gran fiesta de “no cumpleaños” como lo dice el Sombrerero Loco. La izquierda está en este juego de fiesta de no cumpleaños, con la liebre, los ratones y el Sombrerero loco. De hecho, ni ellos se están entendiendo de forma adecuada. Yo siempre me he preguntado, si la elección a presidente no es válida como ellos dicen, ¿por qué razón todos los que fueron electos de esos partidos ya están en el juego de las sillas y acomodándose en su curul para empezar a “votar” y a tomar el té? Eso es algo que no entiendo a cabalidad todavía.

La Reina de Corazones es nuestro estimado Agustín Carstens, el gobernador del Banco de México, que así como la Reina de Corazones quiere ver a su país pintado de rojo y lo manda pintar, y piensa que todo es de ese color de manera natural, el señor gobernador del Banco de México piensa que los números y la teoría macroeconómica es igual en todo el país. Y se olvida que bajo su dominio existen lugares como Michoacán, que es tierra de nadie, donde para poder hacer negocio tienes dos opciones, hacerlo escondido y en varios lugares a la vez para que no te identifiquen los narcotraficantes, o bien les pagas un impuesto oculto para que te dejen trabajar mientras no lleguen los del otro bando. Se le olvida también el Monterrey que cada vez tiene más dificultades para seguir adelante. Se le olvida Chiapas y su pobreza que duele, que lastima y que no se ve cómo salir adelante. Se le olvidan los millones de jóvenes que salen mal preparados de una educación muy deficiente y que se enfrentan al desempleo o subempleo. Ya nos está vacunando Carstens, al decir que es probable que llegue un “catarrito” por Europa a México, ya conozco los catarritos que nos dan, son gripes tipo neumonía.

Y qué decir de la Morsa, que Alicia se encuentra y “cuidaba” a los ostiones, y que terminó cenándoselos sin ningún remordimiento. Igual tenemos a los líderes sindicales mexicanos, los cuales crecieron gracias a las prebendas priístas y que fueron liberalizados por los panistas. Caro nos han salido los acarreos de votos que han podido hacer los sindicatos (y no sólo para el partido que gana, para todos en general, ya que el sindicato de telefonistas hace este evento para los perredistas, así que aquí en este juego de la política, todos están igual), según estos líderes, como la Morsa, cuidan de sus agremiados, cuando la realidad es que terminan siendo comidos y engullidos por éstos.

Y el sarcástico Gato de Cheshire, que aparece y desaparece, y en lugar de ayudar, sólo perjudica a los demás. Igual están los diputados y senadores de nuestro país, los cuales en lugar de estar donde deben estar, en su curul, aparecen un día sí, y 20 no, cobran y tienen fortunas que después son “inexplicables” y que aparecen de la nada como el mismo Gato lo hacía en la película.

Pero nosotros los mexicanos más que en el País de las Maravillas, desafortunadamente estamos en el País de las Pesadillas, bajo el yugo de una “guerra civil” no declarada entre el narco, los narco-policías y el ejército, donde las bajas son mayores a las que se pregonan en los medios de comunicación y no sabemos cuándo terminarán.

Quisiera en estos momentos ser como la Oruga y preguntarles a todos los mexicanos, ¿quién eres tú? ¿A dónde quieres ir? ¿Quieres depender de la clase política? ¿De los designios del banco central? ¿Del partido? ¿O quieres ser tú?

Basta ya de pensar en el pasado, en vislumbrar un futuro que no sabemos si llegará. Nuestro momento es ahora. Estamos en el punto de inflexión, entre un País de las Pesadillas, o ahora sí, llegar a un País de las Maravillas. ¿Qué quieres tú? n


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