Para que no digas que no pienso en ti…
Con motivo del 20 aniversario del Centro de Animación Cultural Casa Terán, Sofía Ramírez, directora de este centro, dirigió unas palabras a quienes asistieron a la emotiva ceremonia de celebración. Con autorización de la autora, La Jornada Aguascalientes publica sus palabras como una forma de unirse al festejo y en reconocimiento de la importancia de Casa Terán. Agradecemos también a Sofía que nos permita reproducir el trabajo fotográfico de Fernando Bussön.

Siempre he pensado que Casa Terán es un sitio muy generoso: a través de estos veinte años han pasado por aquí tres directoras, muchos colaboradores, otros tantos artistas y muchos, pero muchos visitantes y usuarios, y la mayoría permanece, aunque haya cambiado de rol: directoras que se vuelven visitantes o usuarias, colaboradores que se vuelven artistas, artistas que se convierten en colaboradores o visitantes, usuarios transformados en colaboradores y todos, desde siempre, amigos de esta casa.
Mi caso es un pequeño ejemplo: muchos desconocen que comencé a laborar en el Instituto Cultural de Aguascalientes hace más de quince años y mis primeros pasos fueron en el teatro, al que dejé por un amor más fuerte: la literatura, entonces me dediqué a la promoción de la lectura y la primera sala que se estableció fuera de Ciudad de México fue “El mundo de Sofía”, la sala de lectura para niños que está en el entrepiso de esta casa. Es decir, mi primer trabajo formal en esta institución fue aquí, en Casa Terán y también aquí nacieron proyectos como “Letritas Grandes”, la revista literaria infantil El baúl del merolico, el grupo de narración oral al que pertenezco, “Radiopilotos”, el primer programa de radio para niños del ICA, la formación de No había mar, ese librito que nos publicó a Juan Carlos Quiroz y a mí, José Antonio Gómez Portugal cuando era director de publicaciones, y hasta parte de los textos del libro La sonrisa de condenado a muerte que me publicó Tierra Adentro fueron escritos y corregidos aquí.
Parte de mi historia se ha escrito en Casa Terán y desde 1992, año en que abrió sus puertas, he sido asidua a este centro, primero como usuaria de sus servicios, después como colaboradora y ahora, como directora, lo que me llena de alegría y de satisfacciones. Es cierto, pertenezco a Casa Terán. Sobra decir que en 2010, cuando Víctor González me propuso dirigir este centro, no brinqué de gusto porque no sería bien visto, pero mi corazón sí lo hizo. Llegué a Casa Terán con mi nuevo papel y no fue difícil: estaba de vuelta en mi casa, mis compañeros tienen gran disposición y entrega, y mi antecesora dejó el terreno bien cimentado.

Casa Terán celebra veinte años y es el turno de agradecer a todos y cada uno de ustedes, porque ustedes le dan sentido a nuestra labor. También reconocer y agradecer a la licenciada Consuelo Ornelas, a la licenciada Julieta Rionda y a la señora Leonor Villalobos, porque dirigieron este espacio hacia lo que es actualmente: un centro de animación y recreación cultural con servicios de calidad, que se ha mantenido en los preferidos de la sociedad de Aguascalientes y que su perspectiva en la recepción cultural ha marcado una ruta: desde la implementación del videoclub con su sala de proyecciones y ciclos de cine, la cristalización del proyecto de salas de lectura, el establecimiento de la sala de conciertos, hasta la subasta de arte que desde hace 13 años es considerada uno de los eventos más importantes en la promoción y difusión de las artes plásticas. Sí, Casa Terán cumple veinte años de vocación como espacio de recreación a través del arte, gracias, sobre todo, a la labor y entrega de mis compañeros de viaje: A Juan Carlos Quiroz, que hace más de quince años comenzamos la aventura juntos, en las letras, en el cine, en Casa Terán; a don Juan Grimaldo, antes en el Museo Posada y desde hace quince años en esta casa, quien observa detenidamente para que el paso del tiempo en este inmueble no se descubra; a Hilda del Carmen Campos Richarte, quien nos conoce a todos mejor que nosotros mismos y con 13 años de vivir este lugar, nunca se permite bajar la guardia y, por lo tanto, jamás me ha permito a mí hacerlo (gracias, de verdad); a las señoras Tere García Mora, con 12 años, y Eva Romero Hernández, con 10, porque cuidan, resuelven y renuevan la casa, su casa; a Javier Germán Marín Huerta, quien conoce mejor que nadie los ruidos y silencios de Casa Terán, en estos 10 años de habitarla; a Hugo Enrique Ledesma Saldívar, también con 10 años de constancia, porque siempre está dispuesto a ayudar y apoyar, y siempre en constante aprendizaje y enseñanza; a Ulises Ulloa Villalobos y a Luis Humberto González Macías, ambos con tres años de antigüedad en esta casa que la han hecho suya a través de la responsabilidad de que el humor se agradece en la rutina; y a Eliud Álvarez Nájera, quien en un año le ha dado otro sentido de servicio a este espacio, atendiendo al público que teníamos olvidado: los niños. A todos, gracias nuevamente, porque sin ustedes, por más que ésta sea mi vocación, no podría lograr nada, y por eso, siempre me enorgullece decir: “mi equipo”.
Celebremos pues, veinte años de cultura, de esparcimiento, de arte, de recreación, festejemos los veinte años del Centro de Animación Cultural “Jesús Terán Peredo”, nuestra Casa Terán.
Sofía Ramírez
* Directora de Casa Terán
Publicado originalmente en La Jornada Aguascalientes el 29 de abril de 2012