Petra Llamas en LJA / La escritura manual, una actividad que pierde terreno - LJA Aguascalientes
26/11/2024

“El dedo en movimiento escribe, y, habiendo escrito,
sigue su camino: ni toda tu piedad ni todo tu ingenio
podrán hacerle volver y cancelar ni media línea,
todas tus lágrimas no podrán lavar una sola palabra de lo escrito”. El Rubaiyat de Omar Kahyyam (siglo XI)

Efectivamente, “el dedo en movimiento escribe” pero hoy, para ser más exactos, habría que decir “los dedos en movimiento”, porque son los pulgares sobre el teclado de un celular los que escriben, de manera compulsiva, a todas horas y en todo momento, ocasionándole el llamado síndrome del pulgar, con dolores en ambos dedos y en la muñeca. Pero no es el único teclado con el que se escribe, también se prefiere el de la computadora, sobre el lápiz y el papel, relegándolo indefinidamente a un segundo lugar.

Tuvo que ser el periódico alemán Bild, el más vendido de Europa, el que nos alertara sobre lo poco que utilizamos la escritura manual para comunicarnos y el riesgo que existe de que acabemos por abandonarla definitivamente, quedando como piezas de museo los textos escritos a mano y como especialistas, los pocos que podrán realizarlos y decodificarlos.

Este diario decidió, al cumplir 60 años, publicar una edición especial gratuita, con una portada en la que las noticias estaban escritas a mano por los diferentes colaboradores, y con un titular que decía: “¡Alarma! La escritura a mano se extingue”. El diario proporcionaba los resultados de un estudio en el que uno de cada tres adultos no había escrito a mano durante los últimos seis meses.

Esta publicación logró su objetivo al llamar la atención y causar polémica sobre el abandono de la letra escrita en pos de la comodidad y practicidad de la computadora. Aunque como en todo, los había más optimistas, que negaban que pudiera desaparecer la escritura manual y otros que coincidían con el periódico alemán y veían un negro panorama para la letra manuscrita.

Lo cierto es que cada vez escribimos menos a mano, cuando mucho apuntamos un teléfono, dirección o algún mensaje rápido. Seguramente serán pocos los que afirmen haber escrito un texto largo, con pluma y sobre un papel; exceptuando, claro está, a los niños en edad escolar; aunque normalmente utilizan la letra de imprenta o script y son pocos los colegios que enseñan letra cursiva, con todos los beneficios que la misma proporciona al desarrollo cerebral. La redactora de la revista Time, Clire Suddath, sentencia: “la escritura cursiva parece condenada a seguir el camino del latín: dentro de un tiempo, no la podremos leer”.

Y es que la letra cursiva permite una continuidad en los movimientos de la escritura, no corta las letras para formar palabras y permite que éstas se visualicen de una manera completa, además de que se escribe con mayor rapidez. En cambio la letra de imprenta o script va formando las palabras, letra por letra, lo que le resta rapidez y puede ocasionar también cierta discontinuidad en las ideas.

Pero independientemente de si se escribe en cursiva o en script, la escritura manual se está convirtiendo en una actividad para nostálgicos que aún saborean el placer que proporciona ordenar las ideas y plasmarlas deslizando la pluma sobre el papel. También es cierto que cuando escribimos en computadora tendemos a divagar y a dispersarnos con múltiples distractores, mientras que a mano, existe una mayor concentración dado que es la idea, el lápiz y el papel  lo único en lo que debemos centrarnos, a pesar de que el proceso sea mucho más lento.

Está comprobado que, durante la escritura manual, los movimientos de la mano favorecen la memoria de motricidad en las áreas del cerebro donde se ubica el lenguaje, con lo que ayuda enormemente al aprendizaje. La vieja técnica de escribir y subrayar aquello que no lográbamos aprender es un ejemplo de esto.


En 2011 se realizó un experimento, entre la investigadora Anne Mangen de una universidad noruega y Jean-Luc Velay de una universidad francesa, en el que dos grupos debían aprender un alfabeto desconocido, unos utilizando la computadora y otros la escritura manual. Después de varias semanas de aprendizaje, los que usaron la escritura superaron con mucho a los otros, además de que, en una resonancia magnética, se demostró que el área de Broca (zona del cerebro involucrada con la comunicación) se activaba con mayor intensidad. Ahora que se ha puesto de relieve la necesidad de ejercitar el cerebro para evitar su degeneración, la escritura manual puede ser una de las actividades que lo mantengan saludable.

A pesar de que se presagia el abandono total de la escritura manual, yo no creo que desaparezca, más bien coexistirá de una manera natural con la computadora, sin que una desplace a la otra. No obstante, es necesario señalar su importancia y promover su utilización, en especial la cursiva, y sobre todo en los niños, cuyo cerebro aún está en formación. La utilización de tecnologías de la comunicación en la educación, debe ser una herramienta que los apoye, pero que en ningún caso les evite el esfuerzo y el trabajo que supone cualquier aprendizaje. José Saramago decía “Hagan lo que hagan la Internet y la computadora no hay nada en el mundo que pueda sustituir al libro. ¿Por qué? Porque sobre la página de un libro se puede llorar, pero no se puede llorar sobre el disco duro de la computadora”.

[email protected], Twitter: @petrallamas


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