Opinión / Impunidad y oprobio - LJA Aguascalientes
16/11/2024

Como ciudadana mexicana, ante los resultados de la jornada electoral del pasado domingo 1 de julio me encuentro sumamente consternada. Y es que más allá de que el candidato de las izquierdas -mi candidato, el hombre íntegro que se ganó la confianza, el respeto y el voto razonado y responsable de cerca de 16 millones de habitantes- haya sido vencido por el candidato presidencial del PRI respaldado por su jauría de dinosaurios en celo de poder, México demostró ser un país donde aún falta mucho por entender y ejercer en cuanto a la conciencia social. En otras palabras, nuestro país se mantiene en el analfabetismo y la prehistoria cívica, social y política que permite que individuos, grupos, asociaciones y gobiernos atenten impunemente contra el interés público, el quehacer democrático y la toma de decisiones soberanas respecto a nuestras formas de organización y gobierno.

La falta de conciencia social y ética se ha manifestado en todos los niveles, desde el ciudadano más modesto hasta el más sistematizado. En ello, precisamente, se fraguó esta gran estafa electoral: en la ignominiosa necesidad, en la carencia de recursos, en la fácil entrega y recepción de dádivas, en el ofrecimiento y aceptación de ayudas laborales y comunitarias, en el miedo, en la violencia, en la promesa falaz, en el oportunismo, en el “agandalle”, en el “valemadrismo”; es decir, en todo aquello que aunque resultara en detrimento de otro u otros en el corto o largo plazo, “me beneficia hoy a mí y a mi gente”.

Fue indignante conocer los cientos de testimonios, fotografías y videos que a través de las redes sociales evidenciaron el robo de urnas, el proselitismo en torno a las casillas, las agresiones, y todas aquellas prácticas utilizadas para cooptar el voto como la entrega de despensas, pago de dinero en efectivo, apoyo de materiales de construcción, depósitos vía tarjetas y monederos electrónicos, etcétera. Ello además de la perfectamente planeada estrategia Ágora que orquestó Gordillo para atraer con sus mapaches hasta 5 millones de votos para Peña utilizando cerca de 151 millones de pesos del SNTE, o los más de 9 mil monederos electrónicos de Monex con que el PRI pagó a representantes del tricolor, o la campaña tarjetera del Edomex de al menos 1 millón 800 mil tarjetas Soriana por un monto de hasta 70 millones de pesos, sin olvidar el monumental apoyo mediático que compró Peña a las principales televisoras con recursos del erario público para desacreditar con su guerra sucia a López Obrador.

Un modesto ejemplo. En la casilla contigua 8 de la sección No. 82 en Aguascalientes, un grupo de cuatro observadores electorales ciudadanos presenciamos la frialdad y vileza con que se desenvolvió la mafia priísta que buscaba dañar el proceso electoral de toda la sección al no verse favorecida por los resultados. Los funcionarios de la casilla mencionada se condujeron en todo momento con seriedad, transparencia y apegados a la legalidad, buscando la aprobación y acuerdo de los presentes (incluyendo a las dos representantes del PRI que llevaban un recuento exacto de cada uno de los resultados computados). Después de terminado el escrutinio y cómputo de los votos y de que cada uno de los funcionarios de casilla y los siete representantes de partidos políticos firmaron de conformidad el acta correspondiente, una líder de los representantes del PRI, que en ningún momento había estado en la casilla, entregó al presidente un documento de impugnación que decía: “No hay certeza sobre el contenido de las actas de escrutinio y cómputo debido que al momento de contar los votos en nuestra casilla ninguna barrera auditiva nos impedía escuchar el conteo realizado en otras casillas simultáneamente, lo que produjo confusión”, por lo que exigía insistentemente al presidente firmar y “dar trámite al presente escrito de protesta en términos de lo dispuesto por la Ley General del Sistema de Medios de Impugnación en Materia Electoral a fin de decretar la nulidad de la casilla básica/contigua 8, de la sección 82 en el distrito 02”.

El descaro y cinismo manifestado por esta líder al insistir frente a los testigos que las representantes del PRI realmente no habían escuchado, demuestra que mirando a los ojos un ciudadano sin escrúpulos por dinero hace cualquier cosa. Ante ello, la decidida y desinteresada actuación de los observadores electorales fue básica para impedir que se lograra nulificar el enorme trabajo realizado por los funcionarios de casilla, incluso de toda la sección. Y esto no es otra cosa que el poder del ciudadano interesado en el bien común frente a la ausencia total de conciencia ética y social. Y así será de ahora en adelante. Este nuevo gobierno llegará manchado de impunidad llenándonos de oprobio, y sustentará su actuación en el fraude, la represión y la injusticia, como lo ha demostrado. Frente a esto sólo estamos nosotros, los ciudadanos, que somos muchos, y nuestra conciencia social. No desandemos el camino, los logros en participación e interés social han sido históricos, los movimientos ciudadanos y estudiantiles están listos para recibir voluntades y ánimos de quienes están dispuestos a hacer algo por su país. El cambio en México está en nuestras manos, involucrémonos y ejerzamos nuestro derecho a exigir un buen gobierno y mejores condiciones para todos.

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