Estadio de Wembley, Londres, Inglaterra, 14 de agosto de 1948. Por primera vez en la historia del olimpismo moderno, las gloriosas y marciales notas del Himno Nacional Mexicano se escuchan en una ceremonia de premiación, pues el teniente coronel Humberto Mariles Cortés montando a Arete, un caballo alazán tostado y tuerto, ha logrado vencer en la prueba de Salto Individual de la Copa de las Naciones de Equitación.
La proeza arriba descrita acaeció durante los XIV Juegos Olímpicos de Verano celebrados en Londres, y, junto con el título de la canción de la banda británica de punk, The Clash, sirve como introducción para el presente artículo, el cual explicará por qué la metrópoli inglesa, actual sede de la justa olímpica, es la ciudad más internacional del orbe.
Londres fue fundada por los antiguos romanos en el año 43 de nuestra era, posteriormente fue sede de los poderes de la Inglaterra anglosajona y normanda. Sin embargo, la Revolución Industrial en el siglo XVIII y la expansión del Imperio británico, ocurrida principalmente en la centuria XIX, hicieron de la capital inglesa la urbe más importante del planeta.
Durante esos años, miles de seres de todo el planeta llegaron para ser ellos mismos y de esta manera cumplir sus sueños: daneses y flamencos en la Edad Media; banqueros italianos y mercaderes judíos en el Renacimiento; hugonotes franceses durante la Reforma; revolucionarios rusos e inmigrantes hebreos provenientes de Europa central y Oriental en la época victoriana.
Hasta 1939, Londres conservó su primacía entre las urbes del mundo. Sin embargo al estallar la Segunda Guerra Mundial, fue bombardeada indiscriminadamente por la aviación germana entre septiembre de 1940 y junio de 1941. Al terminar la disputa, el Reino Unido estaba exhausto y hubo de desmantelar su imperio. Este evento, combinado con la mengua en la manufactura, el cierre de los muelles y las políticas públicas diseñadas para reducir su preeminencia, marcaron el nadir de su fortuna.
En 1986, ocurrió un hecho llamado el Big Bang, es decir la liberalización de los servicios financieros. Este suceso atrajo a trabajadores y dinero de todo el mundo, lo cual combinado con el uso horario, (en Greenwich, barrio londinense, se encuentra el meridiano 0°), el idioma inglés, la lingua franca de los negocios y la diplomacia, y un sistema legal confiable lograron el renacimiento de la metrópoli situada a las orillas del milenario río Támesis.
A pesar de la crisis financiera de 2008, cuyos efectos todavía no han desaparecido, Londres continúa cautivando por su clima de negocios (de acuerdo a la consultora Ernst & Young, es la ciudad europea que más inversión extranjera atrae); es la localidad más visitada del planeta (según MasterCard); su vibrante vida cultural (este año es el bicentenario del natalicio de Charles Dickens y el 50 aniversario de la primera tocada de The Rolling Stones); es un centro de erudición (hay 43 universidades, entre ellas la prestigiada London School of Economics).
Un ejemplo palpable es que el Shard (el cachivache, en inglés), el edificio más alto de Europa, fue inaugurado el 5 de julio del año en curso. El rascacielos fue diseñado por el arquitecto italiano Renzo Piano, y financiado en un 80 por ciento por el emirato de Qatar.
En la cuestión demográfica, el censo de 2001 reveló que 30 por ciento de los londinenses –2 millones 200 mil personas– habían nacido fuera de Inglaterra. Además, más de 300 idiomas se hablan en la urbe británica. Ejemplo de lo anterior es que Londres es la sexta “ciudad francesa” del planeta, pues de acuerdo a las autoridades galas, 400 mil ciudadanos franceses viven en la capital inglesa1.
Más todavía, hay miles de indios, polacos, irlandeses, australianos, estadounidenses y rusos. Por otra parte, se estima que 100 mil latinoamericanos viven en Londres, de los cuales 50 mil son colombianos.
Todo lo anterior hace de Londres “el más completo compendio del mundo” (Henry James dixit). Sin embargo, su primacía está en peligro, pues la ciudad necesita expandir su infraestructura en comunicaciones, con extensas mejoras en el ferrocarril y la capacidad de sus aeropuertos, para seguir atrayendo más turistas y hombres de negocios. Además, precisa políticas migratorias que faciliten el establecimiento de las personas más ambiciosas y emprendedoras del planeta.
La ciudad arriba descrita recibirá a miles de atletas que, provenientes de todos los rincones del orbe, buscarán refrendar en suelo inglés el lema de Citius, Altius, Fortius. Por lo tanto, sólo un ataque terrorista o un colapso del transporte público evitarán que los amantes de los deportes presencien un festín deportivo en la multicultural e internacional Londres.
(*) Colegio Aguascalentense de Estudios Estratégicos Internacionales A.C.
Aide-Mémoire.- Dedico este artículo a los “londinenses honorarios”: Lucía Estefanía, Eréndira, Vanadis, Lucía y Héctor Alfredo.
1. Welcome to London, France’s sixth biggest city: More French national live in English capital than Bordeaux or Strasbourg, http://www.dailymail.co.uk/news/article-2152245/Welcome-London-Frances-sixth-biggest-city-More-French-nationals-live-English-capital-Bordeaux-Strasbourg.html, (acceso 23/07/2012).