En los últimos días y derivado del reciente proceso electoral acontecido en toda la Republica, y en específico en nuestro estado, la gran mayoría de los mexicanos nos hemos preguntado ¿qué sigue, o que nos espera?, cuestionamiento que según mi perspectiva se irá contestando poco a poco conforme se sucedan las cuestiones legales inherentes al proceso, así como la posible confirmación del “triunfo” de Enrique Peña Nieto, mismo que se encuentra con un espeso velo de duda, pero podemos ir vislumbrando parte de estas respuestas.
El priísmo de Aguascalientes en la pasada elección se encontró en una fase de división interna que surgió debido a las prácticas del más viejo estilo de ese instituto político, el férreo control de todos los hilos del poder, la práctica de la soberbia como estilo de gobierno, de no compartir posiciones de poder justamente ganadas con el sufragio popular con partidos de oposición, y sobre todo de no repartir los espacios necesarios hacia el interior de sus grupos, plenamente identificados en Aguascalientes; esta derrota electoral para la estructura dominante en el Estado significa un duro golpe no sólo en lo pragmático, sino en el ego de esta nomenclatura pues no contará en Aguascalientes con diputados plurinominales y sí solamente con un representante de elección directa para el PRI, impactando directamente esto en las posibilidades de gestión del Gobierno del Estado ante la Federación y en los propios municipios bajo el esquema establecido por la actual administración. Debemos recordar que la entidad obtuvo diputaciones del PAN, PRD, y Movimiento Ciudadano.
Es entonces que efectivamente comenzamos a observar el como se pretende equilibrar esta derrota pues basta escuchar la radio, observar la televisión local, leer los diarios para percibir que la cabra tiende al monte al inundarnos de propaganda gubernamental tanto del Ayuntamiento, como del Palacio mayor en donde se resaltan las actividades y obras puestas en marcha por Lorena Martínez, y Carlos Lozano de la Torre a pesar de las prohibiciones legales de la exaltación de los individuos; escuchamos tres de cinco anuncios transmitidos los cuales mencionan la famosa Línea verde, el “torrente de inversiones”, la planta Nissan como panacea a todos nuestros problemas, así como los constantes viajes al exterior e interior del país de nuestros gobernantes con el objeto de que, según su dicho, vivamos mejor.
Estas acciones publicitarias tienen un único fin, el hacernos creer que vivimos en Jauja y que no existen los más de 14 mil pobres extremos, así como el porcentaje mayor al 40 por ciento en economía informal, y obvio, esta publicidad es cubierta con el dinero que vía impuestos aportamos los ciudadanos, es decir que los aguascalentenses pagamos esta estrategia de jugarnos el dedo en la boca, tal y como pagamos lo erogado en la compra y cooptación del voto en la pasada elección mediante la entrega de despensas, utilitarios, y dinero contante y sonante. Este es el estilo del más viejo estilo priísta que ahora pretende presentarse con un nuevo rostro pero con las mismas antiguas prácticas.
Veremos que conforme se acerque la etapa correspondiente al proceso electoral que tendrá Aguascalientes este mismo año, o bien a inicios del próximo según lo apruebe el Congreso local, el surgimiento de personalidades que al amparo de colocación de primeras piedras, apoyos alimentarios, pavimentación de calles, etcétera, que serán exaltadas en todos y cada uno de los medios locales, espectaculares, invitaciones de asistencia a la sociedad para que se percaten de que están trabajando por nuestro bienestar, y en resumen crear la imagen de que nos están cumpliendo, todo a costillas del pueblo.
Bajo el esquema antes planteado, y como ya lo he señalado, parte de las respuestas al “qué sigue o qué nos espera” al resto de la población y que es cercana al 70 por ciento que no es perteneciente al falaz estado 100 por ciento priísta, pues tendremos que enfrentar la aplicación de presupuestos públicos federales, estatales y municipales con el único fin de garantizarse el acceso al poder, la respuesta contra esto es básica, y está es el poner en marcha la actitud de plena madurez política, social, y el compromiso de congruencia con los tiempos que se avecinan en el intento de avasallamiento antes descrito, esta actitud que hasta ahora están mostrando los representantes del Partido Acción Nacional, de la Revolución Democrática, el del Trabajo, así como el Movimiento Ciudadano en unirse con un mismo fin: evitar que los tres niveles de gobierno apliquen, como es su costumbre, los recursos públicos en beneficio propio dejando de lado la cultura democrática que tanto nos ha costado y que no termina por cuajar en esta agraviada sociedad.
Se vislumbra con meridiana claridad que para la elección del próximo año estas fuerzas políticas podrán establecer alianza que seguramente las llevará al triunfo en las urnas para así dar paso a un estado más equilibrado, a una parte del gobierno coaligado en donde las diferencias ideológicas pueden ser perfectamente zanjadas mediante la disposición al diálogo y la cercanía al pueblo en la toma de decisiones. En el ámbito estatal no existen diferencias fundamentales entre la derecha y la izquierda que no permita esta unión tal y como ha sucedido en los estados de Sinaloa, Puebla, y Oaxaca, en donde a la fecha esta convergencia ha resultado exitosa.
En lo personal veo con muy buenos ojos el que no permitamos que la cabra llegue al monte, que las añejas prácticas del viejo sistema sean nuevamente prácticas comunes en el Aguascalientes que antes era de vanguardia en educación, niveles de ocupación laboral, seguridad y modernidad, no permitamos que el retroceso continúe y digamos sí a esa amplia alianza de partidos por el bien de nuestra querida tierra.