Reconocer la labor educativa de la Universidad de La Salle A.C. (ULSA), es recordar con gusto y cariño a una gran institución que guarda gran profundidad ideológica bajo los fundamentos de Juan Bautista de la Salle, que es una universidad privada, si, pero la mejor en su género a nivel nacional, que ha formado generaciones brillantes en menos de un siglo de su fundación por el año de 1962, formada con autorización UNAM en cuanto a sus programas educativos, tanto de bachillerato como de sus escuelas profesionales y con una planta de académicos de mucha trayectoria en su formación profesional que mucho prestigio ha dado a la educación en nuestro país, siguiendo la línea de la educación bajo los principios de la Universidad Nacional y que la gran planta educativa de diversas instituciones la hace contar con una excelente planta docente, de donde una gran parte de sus catedráticos egresados de la Universidad Nacional Autónoma de México, la Ibero, el ITSEM, la misma ULSA, etc., etc., lo que le da una gran tradición y trayectoria a esta gran universidad para formar su enseñanza media superior y superior en un país que en su tiempo necesitaba de más instituciones educativas para el fortalecimiento del modelo educativo bajo un esquema de enseñanza-aprendizaje, dinámico y multifacético para encontrar el camino de las ciencias y la humanidades para una sociedad que en la década de los sesentas se necesitaban para encontrar el camino de la verdad por medio de la educación, la cultura, las artes y el deporte de forma integral.
El primer rector y fundador de la ULSA fue el Dr. Manuel de Jesús Álvarez Campos, de 1962 a 1967, fue quien abrió las perspectivas de lograr consolidar el proyecto educativo lasallista y le toco construir los cimientos de la Escuela Preparatoria, de las Escuelas Superiores, dándole impulso al deporte como parte de la formación; al Dr. Guillermo Alba López le toco la continuación que inicio el Dr. Álvarez, del periodo 1967 a 1974, logrando ampliar la cobertura en la extensión de la universidad, Campus Santa Lucía, creando la Junta de Gobierno y el Consejo Universitario, fundando la Escuela de Medicina con mucho prestigio en todo el país, después de la UNAM; el Dr. Francisco Leonel Cervantes Lechuga le toca dar seguimiento a la expansión ULSA durante el periodo 1974 a 1983, quien le da gestión a las maestrías, fundando la Dirección de Estudios de Posgrado e investigación, ampliando los Campus universitarios en Tlalpan, los campos deportivos en Santa Lucía, así como la organización de la Comunidad de Padres de Familia de la Escuela Preparatoria, el Consejo de Alumnos, el Sindicato de los Trabajadores de la Universidad (SATULSA), el Movimiento de Acción Social (MAS) y la Asociación de exalumnos “Siempre Unidos”, haciendo resaltar el lema Indivisa manent, permanezcamos unidos.
La gestión y continuidad le toca asumirla al maestro Cesar Rangel Barrera a partir de 1983, así como al vicerrector, Lic. Lucio Tazzer de Schijver, quien posteriormente sería el rector de la Universidad, logrando expandir las áreas de posgrados y de investigación en las antiguas instalaciones del Colegio Alemán, así como la ampliación de la Biblioteca y los Servicios Médicos, que por cierto fueron inaugurados por la Sra. Paloma Cordero de De la Madrid esposa del entonces presidente Miguel de la Madrid Hurtado, que su formación fue en colegios lasallistas a excepción de la licenciatura que la llevo a cabo en la Facultad de Derecho de la UNAM y quien le otorga la autonomía a la ULSA a fines de los ochenta.
Mirar el pasado, al trabajo realizado, es la base para un compromiso con el futuro, es una de las virtudes para el fortalecimiento de la enseñanza, la verdad es parte del conocimiento universal, el verdadero concepto del desarrollo humano es precisamente el que abarca al hombre completo y no solamente a los conceptos monetarios o materiales, lo que se requiere es un cambio total y esto está en las mentes y las actitudes para promover el progreso hacia nuestros semejantes, principalmente los más marginados, con el fin de que puedan progresar por sí mismos, esto es parte de la filosofía lasallista desde sus orígenes, ya que la filosofía De la Salle en la educación está basada en una reflexión crítica que orienta en los procederes hacia el futuro, en el qué y el para qué, que son preguntas que plantean lo intransferible de la vida del ser humano: la salud, el espacio y el tiempo tienen siempre relación con nuestra existencia, con nuestras angustias y alegrías, con calamidades y dichas, con la vida y la muerte, la filosofía no debe ser existencialista nada más, pero difícilmente dejara de ser existencial, dentro de estos diferentes aspectos que configuran nuestra existencia, figura predominantemente la educación, Emmanuel Kant afirmaba que el distintivo entre el bruto y el hombre radica precisamente en que este último solo llega a ser tal mediante la educación.
La Universidad la Salle cree en el hombre, imagen de Dios y expresa con optimismo sus ideales y organización, es la fe en el esfuerzo creador del ser humano, en sus posibilidades para instaurar la justicia, el amor y su empeño por dominar la naturaleza, conservar, generar y difundir valores, su inspiración es el Evangelio, este apartado expresa la fundamentación filosófica-cristiana de la concepción ideológica de la ULSA, así como los objetivos que la Salle se propone alcanzar; para mí en lo personal, por la diferente forma en que fui educado en lo personal, familiar y más profundamente en lo académico en mi formación en escuelas públicas, concretamente en escuelas UNAM desde el bachillerato con un concepto más materialistas y dialecticos, con esto quiero decir mi admiración, reconocimiento y respeto a la libertad de cátedra que me brindó La Salle, donde los catedráticos y docentes teníamos abiertamente la libertad de pensamiento y enseñanza con fundamentación científica, una gran libertad de expresión y disertación que admiro con un gran respeto, lo importante para esta gran institución es la formación con la diversidad de ideas, la aportación a la cátedra con conocimientos fundamentados es lo que determina una autentica libertad de expresión que sigo admirando para la auténtica formación académica, para esta gran institución mi cariño y eterno agradecimiento, gracias ULSA.
Mi respeto y admiración: al rector, maestro Cesar Rangel Barrera, al vicerrector, Lic. Lucio Tazzer de Schirijver, al director de la Escuela de Contaduría y Administración, Lic. Fernando Guerra Muñoz, a la coordinadora Académica de la Escuela de Contaduría y Administración, C.P. María del Carmen Gaytan, al coordinador de la materia de Economía, Maestro Jorge Borjas Benavente, a los maestros en Pedagogía que nos formaron como maestros: Mtra. Patricia Alvarado Tovar, Mtra. Patricia García Castillo, Mtra. Rosa Elena Pérez de la Cruz, Mtro. Rafael Montes Zarate, Mtro. Leonardo Kourchenko Barrera y muchos más que por espacio no me permito nombrar, pero que están en nuestro pensamiento y agradecimiento, a mis compañeros maestros de igual forma, con los cuales formamos un equipo de trabajo en las aulas y en el posgrado de enseñanza superior, a todos ellos mi cariño y recuerdo para siempre, Indivisa Manent en el lugar en que nos encontremos.
Reconocer la labor educativa de la Universidad de La Salle A.C. (ULSA), es recordar con gusto y cariño a una gran institución que guarda gran profundidad ideológica bajo los fundamentos de Juan Bautista de la Salle, que es una universidad privada, si, pero la mejor en su género a nivel nacional, que ha formado generaciones brillantes en menos de un siglo de su fundación por el año de 1962, formada con autorización UNAM en cuanto a sus programas educativos, tanto de bachillerato como de sus escuelas profesionales y con una planta de académicos de mucha trayectoria en su formación profesional que mucho prestigio ha dado a la educación en nuestro país, siguiendo la línea de la educación bajo los principios de la Universidad Nacional y que la gran planta educativa de diversas instituciones la hace contar con una excelente planta docente, de donde una gran parte de sus catedráticos egresados de la Universidad Nacional Autónoma de México, la Ibero, el ITSEM, la misma ULSA, etc., etc., lo que le da una gran tradición y trayectoria a esta gran universidad para formar su enseñanza media superior y superior en un país que en su tiempo necesitaba de más instituciones educativas para el fortalecimiento del modelo educativo bajo un esquema de enseñanza-aprendizaje, dinámico y multifacético para encontrar el camino de las ciencias y la humanidades para una sociedad que en la década de los sesentas se necesitaban para encontrar el camino de la verdad por medio de la educación, la cultura, las artes y el deporte de forma integral.
El primer rector y fundador de la ULSA fue el Dr. Manuel de Jesús Álvarez Campos, de 1962 a 1967, fue quien abrió las perspectivas de lograr consolidar el proyecto educativo lasallista y le toco construir los cimientos de la Escuela Preparatoria, de las Escuelas Superiores, dándole impulso al deporte como parte de la formación; al Dr. Guillermo Alba López le toco la continuación que inicio el Dr. Álvarez, del periodo 1967 a 1974, logrando ampliar la cobertura en la extensión de la universidad, Campus Santa Lucía, creando la Junta de Gobierno y el Consejo Universitario, fundando la Escuela de Medicina con mucho prestigio en todo el país, después de la UNAM; el Dr. Francisco Leonel Cervantes Lechuga le toca dar seguimiento a la expansión ULSA durante el periodo 1974 a 1983, quien le da gestión a las maestrías, fundando la Dirección de Estudios de Posgrado e investigación, ampliando los Campus universitarios en Tlalpan, los campos deportivos en Santa Lucía, así como la organización de la Comunidad de Padres de Familia de la Escuela Preparatoria, el Consejo de Alumnos, el Sindicato de los Trabajadores de la Universidad (SATULSA), el Movimiento de Acción Social (MAS) y la Asociación de exalumnos “Siempre Unidos”, haciendo resaltar el lema Indivisa manent, permanezcamos unidos.
La gestión y continuidad le toca asumirla al maestro Cesar Rangel Barrera a partir de 1983, así como al vicerrector, Lic. Lucio Tazzer de Schijver, quien posteriormente sería el rector de la Universidad, logrando expandir las áreas de posgrados y de investigación en las antiguas instalaciones del Colegio Alemán, así como la ampliación de la Biblioteca y los Servicios Médicos, que por cierto fueron inaugurados por la Sra. Paloma Cordero de De la Madrid esposa del entonces presidente Miguel de la Madrid Hurtado, que su formación fue en colegios lasallistas a excepción de la licenciatura que la llevo a cabo en la Facultad de Derecho de la UNAM y quien le otorga la autonomía a la ULSA a fines de los ochenta.
Mirar el pasado, al trabajo realizado, es la base para un compromiso con el futuro, es una de las virtudes para el fortalecimiento de la enseñanza, la verdad es parte del conocimiento universal, el verdadero concepto del desarrollo humano es precisamente el que abarca al hombre completo y no solamente a los conceptos monetarios o materiales, lo que se requiere es un cambio total y esto está en las mentes y las actitudes para promover el progreso hacia nuestros semejantes, principalmente los más marginados, con el fin de que puedan progresar por sí mismos, esto es parte de la filosofía lasallista desde sus orígenes, ya que la filosofía De la Salle en la educación está basada en una reflexión crítica que orienta en los procederes hacia el futuro, en el qué y el para qué, que son preguntas que plantean lo intransferible de la vida del ser humano: la salud, el espacio y el tiempo tienen siempre relación con nuestra existencia, con nuestras angustias y alegrías, con calamidades y dichas, con la vida y la muerte, la filosofía no debe ser existencialista nada más, pero difícilmente dejara de ser existencial, dentro de estos diferentes aspectos que configuran nuestra existencia, figura predominantemente la educación, Emmanuel Kant afirmaba que el distintivo entre el bruto y el hombre radica precisamente en que este último solo llega a ser tal mediante la educación.
La Universidad la Salle cree en el hombre, imagen de Dios y expresa con optimismo sus ideales y organización, es la fe en el esfuerzo creador del ser humano, en sus posibilidades para instaurar la justicia, el amor y su empeño por dominar la naturaleza, conservar, generar y difundir valores, su inspiración es el Evangelio, este apartado expresa la fundamentación filosófica-cristiana de la concepción ideológica de la ULSA, así como los objetivos que la Salle se propone alcanzar; para mí en lo personal, por la diferente forma en que fui educado en lo personal, familiar y más profundamente en lo académico en mi formación en escuelas públicas, concretamente en escuelas UNAM desde el bachillerato con un concepto más materialistas y dialecticos, con esto quiero decir mi admiración, reconocimiento y respeto a la libertad de cátedra que me brindó La Salle, donde los catedráticos y docentes teníamos abiertamente la libertad de pensamiento y enseñanza con fundamentación científica, una gran libertad de expresión y disertación que admiro con un gran respeto, lo importante para esta gran institución es la formación con la diversidad de ideas, la aportación a la cátedra con conocimientos fundamentados es lo que determina una autentica libertad de expresión que sigo admirando para la auténtica formación académica, para esta gran institución mi cariño y eterno agradecimiento, gracias ULSA.
Mi respeto y admiración: al rector, maestro Cesar Rangel Barrera, al vicerrector, Lic. Lucio Tazzer de Schirijver, al director de la Escuela de Contaduría y Administración, Lic. Fernando Guerra Muñoz, a la coordinadora Académica de la Escuela de Contaduría y Administración, C.P. María del Carmen Gaytan, al coordinador de la materia de Economía, Maestro Jorge Borjas Benavente, a los maestros en Pedagogía que nos formaron como maestros: Mtra. Patricia Alvarado Tovar, Mtra. Patricia García Castillo, Mtra. Rosa Elena Pérez de la Cruz, Mtro. Rafael Montes Zarate, Mtro. Leonardo Kourchenko Barrera y muchos más que por espacio no me permito nombrar, pero que están en nuestro pensamiento y agradecimiento, a mis compañeros maestros de igual forma, con los cuales formamos un equipo de trabajo en las aulas y en el posgrado de enseñanza superior, a todos ellos mi cariño y recuerdo para siempre, Indivisa Manent en el lugar en que nos encontremos.