Son diversas las situaciones que aquejan a nuestra sociedad, y en muchos de los casos se derivan de acciones en las que se afectan los intereses particulares, de grupos, o mayoritariamente de los tres niveles de autoridades gubernamentales; éste es el caso referente a las fallas geológicas que existen en nuestro estado. Esta situación se ha buscado acallar por décadas, sin que haya sido reconocida plenamente; por el contrario, únicamente se ha logrado poner en desprotección a la población de nuestro estado.
Aguascalientes cuenta con dos fallas geológicas de grandes dimensiones; una es la del poniente de la ciudad, que mide más de 150 kilómetros de longitud, y la segunda es la del oriente, que mide más de 60 kilómetros, inicia en el aeropuerto de nuestra ciudad y termina entre los límites de Zacatecas y Aguascalientes, cerca del municipio de Luis Moya. Esta última fractura está afectando de forma directa una gran parte de habitantes de esta zona, que desafortunadamente son los que presentan una mayor fragilidad económica en nuestra entidad.
Algunos especialistas que radican en nuestro estado, como Arturo Sotelo Rodríguez, quien es perito especialista en geología, se han mantenido en el estudio de las fallas geológicas y de la alta actividad tectónica que existe por su causa desde hace más de dos décadas. También han trabajado en señalar a las autoridades los altos riesgos que existen con la construcción de algunos fraccionamientos sobre ellas, como Villas de San Antonio, Morelos I, San Felipe I, Villas de Guadalupe, entre otros más; pero en muchos casos han hecho oídos sordos de los riesgos en los que se pone a la población con estas omisiones.
Una de las tesis que han manejado las autoridades es que los agrietamientos que existen en el estado son por la alta extracción de agua de los mantos acuíferos. Pero difiere totalmente de esta opinión el especialista en geología, ya que con base en un estudio que realizó en mil kilómetros cuadrados de superficie en nuestro estado, encontró que estas dos grandes fallas tienen más de 18 millones de años que aparecieron y son las causantes de los agrietamientos que ha experimentado nuestra ciudad.
La falla oriente actualmente se dirige en sentido horizontal, y es una de las situaciones por las que se observa cada día más un hundimiento del Valle de Aguascalientes y un levantamiento de la parte exterior de la falla. Basta observar los cortes que genera la falla para descartar la tesis de nuestras autoridades, ya que se encuentra todo el comportamiento de una roca, es decir, es imposible que se extraiga el agua y se traduzca en fracturación superficial, si éste fuera el caso se obtendrían materiales sueltos o arcilla, cosa que no está sucediendo, ya que, reiteró el investigador, lo que se percibe en el estado es una actividad tectónica auténtica.
Sotelo Rodríguez indicó a las autoridades, como lo ha hecho desde hace más de 20 años, que las fallas existen y la constante actividad tectónica se extiende a lo largo de ellas, por lo que si se realiza cualquier construcción encima se va a ocasionar que las viviendas colapsen. De una vez por todas deben tomarse cartas en el asunto, pues, por una parte, es inconcebible que se lucre con la necesidad de la gente y que se ponga en riesgo la integridad de quienes de buena fe adquieren un patrimonio, y por otro, que los responsables se mantengan en la omisión para no tocar el tema.