“La libertad de expresión, es decir, lo que la gente no quiere oír”
George Orwell
A los mexicanos, nos ha costado mucho la libertad de expresión. No sé en el mundo, pero la historia tampoco ha sido fiel a este tema. En mi opinión, la historia la escribe quien gana la batalla, por eso en lo que se refiere a las historias de la humanidad, faltó saber lo que veía desde su perspectiva una buena parte de la población. Por ejemplo, en una guerra mundial, los perdedores siempre serán los enemigos— a menos que sea como en la historia gringa en las que todas las ganan ellos aunque pierdan.
En nuestro presente, hoy vivimos una consecuencia de la historia. Hemos batallado para poder expresarnos. Decir lo que pensamos en público, no es una amenaza contra nuestra integridad como en algún momento podía serlo. Como dice Perich, gracias a la libertad de expresión, hoy es posible decir que un gobernante no sirve, sin que nos pase nada, y al gobernante tampoco. Esta versión incompleta, pues hoy los gobernantes son castigados por la ley cuando no respetan los derechos humanos, nos deja entrever que la libertad tiene en sí misma, un límite, que es la legalidad fundada en la ética. Sí podemos decir en aras de este derecho humano, lo que queramos, pero con los límites que la propia sociedad reconoce como necesarios.
Por ejemplo, en aras de la libertad de expresión y abundando en el tema electoral, las redes sociales como Facebook o Twitter, están llenas de comentarios y de imágenes en los que la ciudadanía de diversas edades se manifiestan al respecto. Hoy se puede tachar a un político por sus actos o su pasado, pero la verdad es que entre tanta libertad de expresión y como un tema colateral, resulta que “todo está revuelto”. La libertad de expresión en las redes sociales ha perdido su límite puesto que se subliman las pasiones y se es capaz de mentir para hacer denostar a otros, y esas mentiras están tan bien hechas, que hasta parecen verdades. Si ya se comentó que la libertad encuentra su límite en la legalidad y la ética, el primer tema queda descartado porque la cuestión del Internet está omiso de los temas de la libertad, o sea que en ese mundo digital, cualquiera puede decir lo que sea, a menos que sea una persona pública y “políticamente” lo ataquen hasta terminar con su reputación o su trabajo, pero en términos generales la gente puede decir hasta mentiras en televisoras de cadena nacional (no menos anoche, un candidato de izquierda, dijo que en el INEGI y en el CONEVAL, tenían datos falsos sobre pobreza y corrupción).
Cierto es pues, que este derecho humano fundado en el Artículo 19 de la Declaración Internacional de los Derechos Humanos, tiene sus ventajas peligrosamente ilimitadas. Aquí es mejor apelar a la conciencia de cada uno, uno sabe cuándo decir o no decir algo que pueda afectar un derecho de un tercero o de una causa. Por ejemplo, en el caso de la guardería ABC, han hecho del sufrimiento de un grupo de familias, un tema político que además se ha sobredimensionado. Todo gracias a la libertad de expresión. No me quejo del tema, me quejo de la forma en que se ha tratado ese tema delicado.
Otro caso muy sonado son los comentarios misóginos de un diputado que perdió su chamba por ello. Resulta pues que uno puede decir lo que quiera, pero insisto, el peligroso límite de exacerbar los radicalismos ideológicos, logra que pasen estas cosas.
De todos modos, este costo de la libertad de expresión que tanto ha tenido que pagarse por ello, sigue incompleto y cada vez se llega a una libertad más bien inducida: hay grupos poderosos a quienes les interesa que no se hable de las verdades de la homosexualidad, las adicciones, el aborto, así como las bondades de la familia, la honestidad y el trabajo, debido pues, a que se afectan intereses oscuros. Esto es, los mismos que abogan por la libertad, son los mismos que la coartan para seguir teniendo libertad de seguir esclavos a sus propias mentiras.
En el Día de la Libertad de Expresión —pues cuando esto escribo es jueves todavía— me expreso para decir que estoy a favor de la vida, de la familia, de los valores, a favor de buscar la verdad y de que todas las personas tengan la oportunidad de conocerla.
@comandanteserra