Los molinos de la mente / El Golem, una leyenda fabulosa - LJA Aguascalientes
15/11/2024

El Golem es una de las leyendas más fascinantes dentro de la mitología de los judíos. Parte del grande encanto de esta historia proviene del hecho que se sitúa en la impresionante ciudad de Praga, que siempre ha estado rodeada de misterios y leyendas de toda índole. Además de que esta historia permaneció a través de los años en la cultura checa, convirtiéndose en la leyenda por excelencia de la ciudad. El relato se sitúa en el gueto conocido como Josefov, o la ciudad de José. Se cree que los judíos comenzaron a establecerse en Praga durante el siglo X. Y el primer pogromo (acto de violencia contra una comunidad, en este caso la judía) del que se tiene noticia, ocurrió en Praga en el año 1096, durante la Primera Cruzada, cuando se obligó a los judíos a concentrarse en un barrio amurallado que se convertiría en el gueto Josefov. Este gueto tiene un sinnúmero de santos talmúdicos y personalidades religiosas a los cuales los judíos han venerado a través de los años. El más famoso de todos estos santos judíos probablemente fue el rabí Judah Loew ben Bezalel, también conocido como El Maharal, o “el más venerado maestro y rabí”. El Maharal, abreviatura de Moreinu Ha Rav Loeb con la que se lo conoce, adquirió también gran renombre y fama entre los no judíos por sus insignes conocimientos seculares de matemáticas, astrología y otras ciencias. Fue un gran amigo de los astrónomos Tycho Brahe (1546-1601) y Johannes Keppler (1571-1630). Profundo conocedor de la cábala, donde se ponen de manifiesto los secretos de la creación divina y los ocultos senderos de “Di-s”. “Di-s” es, a la luz de la fe judía y la cábala, la revelación de la divinidad que es el todo.

Posteriormente, en épocas de Rodolfo II, el barrio de Josefov era el principal asentamiento judío. El Maharal (1512-1609), estaba desconcertado al no poder encontrar una solución al problema de los continuos ataques a los que vivía sometido su pueblo, ya que lo consideraban una raza molesta dentro del territorio de Praga. Uno de los peores rumores con los cuales se enfrentaban los judíos en los tiempos del Maharal, era el mito de que los judíos secuestraban niños cristianos y los sacrificaban para usar su sangre en la preparación del matzo, o pan sin levadura, el cual se comía principalmente durante el Pesah. Cualquier asesinato o accidente fatal que le sucedía a algún niño o joven cristiano, era atribuido a los judíos. Fue entonces cuando el Maharal comió de la fruta prohibida del árbol de la vida, de la cábala, y siguiendo las enseñanzas esotéricas del Sepher Yetzirah, moldeó una pila de fango que tomó del río Moldavia, y creó un hombre de barro. Este Golem traído a la vida por el Maharal fue creado con el propósito de ayudar a los judíos del Gueto con sus faenas diarias, y a la vez, protegerlos de las masas ignorantes cristianas. Para darle vida, el rabí escribió sobre la frente del Golem la palabra Emet, que en hebreo significa verdad. Al principio, el Golem ayudaba con tareas cotidianas y mundanas, construyendo, limpiando, y cargando agua, ya fuera de día o de noche. Sin embargo el Golem también estaba sujeto a las leyes talmúdicas hebreas, como el resto de los judíos, y por ende, no podía trabajar durante el sabath, o el sábado. Así que en este día de descanso, el rabí le borraba la primera letra de la inscripción escrita en la frente del Golem, lo que dejaba inscrito solamente la palabra Met, que en hebreo significa muerte. Una vez borrada la letra “E”, el Golem perdía el soplo de vida, y descansaba el resto del día. Hasta que un Sabath al rabí se le olvidó borrarle la “E” de su frente. Entonces, el Golem se tornó en contra de toda la comunidad, y comenzó a destruir el gueto. Cuando el Maharal fue alertado sobre las acciones del Golem, ya el monstruo había destruido casi media ciudad. Entonces el rabí se le acercó al Golem, y con un sencillo movimiento de su mano, le borró la “E” a la inscripción sobre su frente, y en ese mismo momento el monstruo cayó sobre la tierra y murió. Ante los ojos de la comunidad aterrorizada, el monstruo se secó, y el barro se tornó en arcilla dura y árida. Hoy en día, si uno va a lo que queda de Josefov, en este distrito histórico de Praga, hay una antigua sinagoga en la calle Maiselova, que tiene un cuarto con una puerta sellada sólidamente, y de acuerdo a la leyenda, detrás de esta puerta, se encuentra el cuerpo de arcilla seca del Golem, sellado para toda la eternidad para que no pueda escapar y causar más destrucción.

Me llama la atención la similitud entre los aluxes de la cultura maya (seres pequeños, creados con barro, que se dejaban en lugares ocultos para proteger. Una vez que eran elaborados, se les hacían oraciones y ofrendas para que cobraran vida) y el Golem de los judíos. Es como decía el poeta Gerard de Nerval en el Huerto de los Olivos: “Un seul pouvait au monde expliquer ce mystère: Celui qui donna l’âme aux enfants du limon”. (Uno solo podría explicar este misterio: el que le dio el alma a los hijos del barro).


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