El 10 de junio, sí se olvida. En 1971, la noche del Halconazo, Luis Echeverría, resguardado por el Ejército en Palacio Nacional, anunció una investigación para castigar a los culpables de la “Masacre del Jueves de Corpus”, la represión violenta a una manifestación estudiantil por un grupo paramilitar al servicio del gobierno conocido como Los Halcones. Pasaron 35 años para que el 29 de noviembre del 2006, el entonces presidente fuera declarado culpable. Tres años después, Echeverría fue exonerado por no encontrarse pruebas suficientes en su contra.
Y 41 años después es evidente que las condiciones no son las mismas, no pareciera posible una represión violenta desde el gobierno hacia una manifestación, ahora las agresiones vienen de quienes intentan llegar al poder. Lo que sucedió en el Estadio Azteca en el partido de la selección mexicana contra la de Guyana, el ataque de simpatizantes de un candidato contra los manifestantes del movimiento #Yosoy132 es una muestra de ello, un hecho terrible porque pinta de cuerpo entero lo que sucede cuando se cambia el intercambio de ideas por el de consignas.
Los manifestantes del #Yosoy132 desplegaron una playera gigante con la leyenda “MÉXICO #132.”, la respuesta de los simpatizantes de Peña Nieto fue violenta, hubo golpes en la tribuna y si bien el parte de las autoridades del Distrito Federal declaró que hubo saldo blanco, las imágenes dejan constancia de la virulencia de quienes se sienten ofendidos por los ataques que sufre su candidato.
A los violentos se les identifica ya como acarreados del Revolucionario Institucional, diversos medios dan cuenta de la llegada de autobuses provenientes, principalmente, de municipios del Estado de México (Tlalnepantla, Ecatepec, Tultitlán, Cuautitlán y Toluca) con centenares de seguidores de Peña Nieto, algunas cifras destacan que fueron 400 camiones y 16 mil boletos pagados por el PRI.
Ante la cercanía de las elecciones pero básicamente por la salud de la convivencia democrática es indispensable encontrar a los responsables de los boletos de regalo, de la repartición de playeras. Sería pueril, pero sobre todo inútil, quedarse con la explicación de que el responsable es el anónimo partido o que forma parte de una estrategia que no se puede acreditar a alguien. A nadie le conviene quedarse con esa simplificación, pues la impunidad, ante el reporte de la Procuraduría General de Justicia del DF (PGJDF) de que no hay ningún detenido, es el campo propicio para la especulación y que las expresiones violentas continúen.
Nada justifica la violencia, ni siquiera la provocación infantil de quienes decidieron ir al partido a gritar “Peña puto” o quienes convocaron a lanzar la mega mentada en contra del candidato, porque también hay que señalarlo, dejar a un lado las ideas para dar paso al insulto, por muy festivo que sea, no es la vía para mejorar nuestra democracia.
Alguien tiene que decirlo, sin temor a las consecuencias de ser tachado de reaccionario o vendido, organizarse para insultar es un acto vacío, no importa cuan “hasta la madre” se esté, mentar la madre puede ser liberador, pero no cambia las condiciones que provocan la queja. Es indispensable, por el bien de todos, que la consigna no desplace a las ideas, discutir con argumentos, no con insultos para generar diálogo. No es necesario “rascarle” mucho, organizarse para gritarle “puto” es un acto discriminatorio. Se podrá alegar que la rabia, la ira, la impotencia… como sea, ninguna circunstancia justifica la violencia verbal, el desprecio hacia el otro.
Este domingo de debate entre candidatos a la presidencia de la República, es también día de tomar la calle, los del #Yosoy132 convocan a una marcha nacional y en varios estados del país ya se tienen listas las pancartas para hacer de esa manifestación, en otros, el PRI ha convocado a una marcha al mismo tiempo, viendo los resultados de lo que ocurrió en el Estadio Azteca, nada agradable se puede esperar de este tipo de confrontaciones.
Y es que lo que no se ha discutido suficiente es la responsabilidad que tienen ya sobre sus hombros los #Yosoy132, los simpatizantes y ellos mismos se han apresurado a vanagloriarse de ser la “primavera mexicana” y a comprarse que son el futuro, sin detenerse lo suficiente en la necesidad de organizarse adecuadamente para no destruirse desde el interior, es decir, si ese movimiento (como ha dicho) quiere vivir e influir más allá de las elecciones, no puede perderse en identificarse como una corriente anti o contra alguien, en este caso Peña Nieto; si lo que quiere es representatividad, al declararse en negativo, deja fuera a muchos y al no prever que la consigna le gane a las ideas, se condena.
Las contradicciones están a la vista, basta ver la multiplicación de las invitaciones a marchar el día de hoy en contra del candidato del PRI, cuando en algún momento habían logrado que la sociedad los identificara como una organización de los jóvenes a favor del voto informado, lo que hoy corre en las redes sociales son “lineamientos de conducta” incoherentes, por decir lo menos, tales como “No ejecutar ningún acto proselitista a favor de ningún candidato o partido”, ¿entonces por qué anti EPN?, también se exige a los participantes marchar pacíficamente y no agredir a nadie, ¿una mentada de madre no es una agresión?
También en Aguascalientes, saldrá a la calle el #Yosoy132. En La Jornada Aguascalientes hemos preparado un podcast con un resumen de lo que hasta ahora ha acontecido en la entidad con este movimiento, sus contradicciones y desorganización, sus virtudes y las esperanzas que concentra, los ataques que ha recibido y los elogios por su actitud, lo invitamos a escucharlos en la página en Internet de este diario: www.lja.mx
Insistimos, el gran reto para #Yosoy132 Aguascalientes no es llenar los carriles de López Mateos o la Plaza de Armas, el reto está en aglutinar a quienes no están de acuerdo con la calidad de nuestra democracia, la posibilidad de participar activamente en la rendición de cuentas, transformarse en un interlocutor ante el Congreso Local y los distintos niveles de gobierno, ser ciudadanos activos pues.