Entre los destacados escritores y pensadores chinos, estudiosos de la política y las relaciones internacionales se encuentra el legendario general Sun Tzu, autor del más antiguo tratado militar, El arte de la guerra, que se estima que fue escrito alrededor del 500 a.C. En su obra describe el armamento, así como también sus sistemas de mando, comunicación, disciplina, distinciones de rango, estrategia y logística.
En El arte de la guerra se considera que el poder es usado por los políticos en interés de sus estados, sin tomar en cuenta la moralidad o la ética en los actos. Lo importante para esta posición política es lograr una mayor cuota de poder en el orden internacional.
Uno de los conceptos citados en esta obra establece que, previo a una confrontación, se debe aparentar portentoso ante el enemigo, eso genera zozobra en el frente contrario y permea en el público que está observando la batalla, generando un favoritismo en quien se considera más fuerte y más apto: “El supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar”.
El principio que utiliza Sun Tzu en su libro es el mismo que pone en práctica el PRI al pagar encuestas, para replicarlas todos los días de manera intermitente, con el margen de operación económica que obtiene al desviar recursos públicos de las arcas gubernamentales para realizar pagos a ciertos medios de comunicación y columnistas a cambio de tratar de construir una percepción que no corresponde a la realidad como ya lo establecieron de manera clara y puntual los jóvenes integrantes del movimiento #Yo soy132, movimiento que me parece será factor fundamental no sólo en el resultado de la próxima elección sino también en la conformación de una nueva agenda de política de la que ahora, ya son protagonistas indispensables.
La fractura al cerco informativo que mantenía el ambiente controlado que requería de manera indispensable Peña y su grupo está teniendo efectos devastadores en la campaña del mexiquense y ya no puede más proyectar esa imagen de aparente fortaleza, aunque la propia inercia del interés económico impida que se difunda con objetividad que los candidatos del tricolor han rehusado a participar en todos los debates que se puedan organizar, este hecho evidencia el toque de “retirada” que están acatando con toda sumisión sus abanderados que aun y con las estructuras subordinadas de comunicación de los gobiernos locales tratan de contener el nuevo despertar estudiantil que demanda veracidad en la información, veracidad que comienza a cubrir como un gas venenoso el ambiente electoral para quienes jamás aprendieron a vivir sin el manto protector de la alabanza pagada que hoy se comienza a desactivar, para dar paso a una auténtica opinión pública que fluye sin causes ni diques que la contengan a través de las redes sociales.
Los referentes informativos están perdiendo influencia en la sociedad y en mayor medida quienes se sesgan o tratan de esconder lo que es evidente en esta era, en la que la información está auténticamente al alcance de la mano; nadie podrá esconder que de haberse llevado a cabo el simulacro electoral en la Universidad (ahora) semi Autónoma de Aguascalientes, los resultados no habrían favorecido al candidato del gobernador del estado, lo que habría sido la antesala de lo que en estos días queda cada vez más claro; ni el general Tzu podrá evitar la debacle de Peña.