Don Arturo Azuela, si el cielo está reservado para los seres humanos excepcionales y buenos, de seguro ya nos está viendo desde ese lugar.
Día tras día de esta semana que concluyó ayer, estuve pensando el tema sobre el que iba a versar mi colaboración y finalmente lo pude decidir a las 19:00 horas del día de ayer, justo una hora antes del segundo debate de los candidatos presidenciales.
Me decidí por hablar sobre lo que yo quisiera que sucediera en ese evento político electoral, con la idea clara de poner toda la energía positiva que pueda en aras de que ello suceda, y con la certeza de que haría hasta lo imposible por pasarles mi buena vibra a los cuatro candidatos para que enaltezcan el espacio, en el que están a punto de presentarnos sus propuestas e ideas sobre algunos temas, que espero estén contenidos en sus plataformas político-electorales, y por ende, hacen parte de sus proyectos de nación.
De inicio me mentalicé para desterrar de sus cabezas la idea de que el foro del debate se convierta en un espacio de descalificaciones y de ajustes de cuentas, que para nada ayudan a la construcción de una mejor cultura política, me dije “¡señoras y señores, espero que ya estén hasta el hartazgo de sus golpes e insultos!”, ya no polaricen el escenario político, porque el horno no está para bollos. Con mucha energía les mandé mis mejores deseos para que se muestren ante la nación con la estatura política que este país le viene demandando a su clase política, y que hasta la fecha ha sido como predicar en el desierto o como hablar con una tapia.
Me propuse que si a la hora de comenzar este ejercicio democrático que es el debate, esto es, la contrastación de ideas, escuchaba las mismas argumentaciones poco inteligentes del debate anterior, le cambiaré de canal a la televisión y le daré la razón a muchas personas que me han dicho en las últimas semanas que todos los políticos son iguales, que no están preparados, son poco inteligentes, casi analfabetos y que si se dedican a la política, es porque no saben hacer nada, y han encontrado un excelente refugio a su falta de preparación en la política partidista.
Al conocer los temas que se abordarán en este segundo debate, me entusiasmé mucho porque creo fehacientemente que conozco a algunos políticos que los abordarían con suficiencia y que harían gala de su preparación no sólo política, sino académica y profesional. Los temas son Política y gobierno, México en el mundo, Desarrollo social y Desarrollo sustentable; qué ganas de escuchar propuestas en estos temas, que nos digan cuáles son sus ideas sobre cómo hacer un buen gobierno y cómo alcanzar la gobernabilidad democrática; cómo reinsertar a nuestro país en el concierto de naciones y recuperar nuestro prestigio internacional; cómo acceder a una sociedad más justa y equitativa, cómo evitar el crecimiento de la pobreza en nuestro país, y cómo posibilitar que el desarrollo y el crecimiento económico-social, vengan acompañados de la sustentabilidad.
Albergo la esperanza de que podremos escuchar propuestas, ideas, proyectos de nación, y hago votos porque no tenga qué soportar reclamos, diatribas, ofensas y todo eso que ahora parece ser el elemento sustancial de la política partidista en México. Yo sigo pensando como algunas mujeres y algunos hombres de este país, que la política debe retomar su espacio, se debe volver a nutrir de esencia, de valores, de principios, que se debe realizar desde una plataforma filosófico–ideológica, y que podamos tener la oportunidad de escuchar a políticos como Jesús Reyes Heroles, Carlos Alberto Madrazo Becerra, Carlos Castillo Peraza, Rodolfo González Guevara, Luis Donaldo Colosio, Socorro Díaz Palacios, y tantos políticos mexicanos que son un refrendo de integridad ideológica.
Por el bien de mi país espero que no me equivoque, que los cuatro candidatos presidenciales nos muestren hechuras para aspirar a ese cargo, que es el máximo cargo al que puede aspirar cualquier mexicana o mexicano, y no nos vayan a dar un espectáculo deplorable que nos haga sentir cada vez más arrepentidos de nuestra clase política.
Estoy cierto en que las cosas en nuestra nación no pueden seguir como están, hace falta que todos le apostemos al futuro de esta tierra, quiero pensar que en este sentido irán al debate los cuatro candidatos, yo sólo les pido que hagan honor al espacio y a la oportunidad de dirigirse a sus compatriotas.
Independientemente del resultado del debate que está a punto de comenzar y de los resultados del próximo 1 de julio, yo seguiré creyendo que somos capaces de ser un mejor país, porque como decía mi padre: “yo no soy mexicano por accidente geográfico, y quiero y seguiré luchando por seguir escribiendo MÉXICO, sí, con letras mayúsculas”.