A mi querido amigo Manuel Martínez Justo, por el deceso de su señora madre, esperando que el cariño que ha sembrado en todos sus miles de alumnos y amigos, le ayude a superar este difícil momento.
A escasos días de que se realice la jornada electoral donde los mexicanos estaremos eligiendo entre otros cargos al Presidente de la República, el día de hoy se celebran 42 años de la desaparición física de uno de los políticos mexicanos con mayor solidez ideológica, que siempre es y será recordado por haber sido un verdadero vanguardista y visionario.
En estos momentos en que se afinan las estrategias para el último tramo de la campaña política, y que se establecen las directrices para enfrentar el día de la elección, esto es el 1 de julio; creo que de nueva cuenta el pensamiento de Carlos Alberto Madrazo Becerra puede ser un elemento que le permita a los miembros del partido en el cual siempre militó, el llamado Ciclón del Sureste, tomar serenidad y claridad en los momentos en que se necesita tener certidumbre ideológica para saber cómo defender lo que se quiere, y que se quiere porque se conoce.
Esta fórmula de descansar en el ideario de Madrazo Becerra, fue algo que siempre vi en mi hermano Alfonso Izquierdo Bustamante (q.e.p.d), que lo significó hasta el último día de su vida como el más reconocido madracista, quien tuvo el alto honor de presidir la Fundación Carlos Alberto Madrazo Becerra por más de 11 años, y hasta su último suspiro.
Poncho, como le decíamos todos sus amigos, refería que Don Carlos o el Maestro Madrazo, había sido sin duda el político con mayor reciedumbre ideológica y congruencia que haya existido en nuestro país, daba innumerables ejemplos de porque se expresaba así de Madrazo, nos reconfortaba y entusiasmaba platicando anécdotas de Don Carlos y nos hacía correr la sangre por las venas de manera acelerada, al leernos algunos fragmentos de los discursos del Maestro.
Fuimos muchos quienes decidimos nuestra afiliación al partido, cuando leímos la vida y discursos de Madrazo Becerra, para algunos de nosotros el libro Madrazo. Voz Postrera de la Revolución de L. Darío Vasconcelos, se volvió nuestro libro de cabecera. A muchos de nuestros amigos en los últimos años, en especial entre 1999 y 2006, les acercamos la historia de Don Carlos y para orgullo propio, los hemos escuchado referirse a Madrazo Becerra como el Maestro. Creo que cualquiera con un poco de sensibilidad y amor por su patria, le impacta la vida y pensamiento de Madrazo Becerra, sus discursos son piezas excepcionales de una oratoria culta y que contiene una sustancia que no pasa desapercibida por cualquiera que se sienta orgullosamente mexicano.
Desafortunadamente existen muchos que aunque quisieran no podrían entenderla, para entender a Madrazo Becerra se necesita tener una filosofía de vida, sensibilidad y reconocer la vigencia de un pensamiento que desde hace más de 47 años, ya nos decía lo que iba a pasar si perdíamos el rumbo, y no fortalecíamos el aprendizaje de nuestra historia y obviábamos la formación cívica de las nuevas generaciones.
Pero a pesar de que el Maestro lo dijo, no lo quisieron escuchar y desde hace muchos años pagamos el precio de olvidar, lo que dijo alguien que siempre supo que su lucha por la democracia podía tener un alto costo, y él lo pagó, con su vida.
Nunca he perdido la esperanza de que en algún momento los priístas, pongamos a Madrazo Becerra en el lugar que se merece, ahí donde yo pondría a Jesús Reyes Heroles y a Luis Donaldo Colosio, para mostrar el tamaño de militantes del Partido Revolucionario Institucional.
Permítanme terminar esta colaboración, retomando algunos pensamientos de Carlos Alberto Madrazo Becerra, que pueden ayudar a los priístas a serenarse en los momentos en que pueden conquistar la Presidencia de la República, y donde quienes voten por su candidato, estarán exigiendo un PRI distinto: sin soberbia, sin corrupción, sin impunidad, sin falsos triunfalismos; donde se vea humildad, honestidad, transparencia, y un profundo amor por México.
Madrazo Becerra decía: “La vida es acción y arte de vencer el obstáculo; es batalla que se renueva siempre, es cita y a la vez raya que el destino pinta con su mano invisible. En ella triunfan y no deben triunfar, los aptos, los preparados, los que tienen capacidad, pero sobre todo, aquellos que son mejores por su integridad moral, porque conocen que a veces el camino recto es el más largo pero el único que se compagina con las causas justas”. “El hombre no ha dominado la creación por su mudez, sino por su palabra iluminada; no por el pensamiento escondido sino por la idea que se hizo realidad; no por bajar los brazos, sino por levantarlos en la era del trabajo; no por doblar las rodillas, sino por usar las plantas de los pies para caminar erguido, contemplando la belleza de la vida, las bondades de la tierra y los horizontes ilimitados del espíritu”.
Finalmente, en alguna ocasión Madrazo Becerra recordando un pequeño poema en prosa de Catulle Mendes, dijo “un hombre derrotado por la vida, viejo y desencantado, le pregunta a un niño poseído de inspiración: ¿Cuál es la diferencia entre nosotros? y el niño le responde: “Abre los ojos y contempla aquella estrella de singular belleza”. “¡No puedo verla!” –arguye el hombre-. Entonces el niño entornando los párpados replica: “¡Pues yo la sigo mirando con los ojos cerrados!”.
(Agradezco a mi amigo el diputado Ríos Alba el haber utilizado el pensamiento de Don Carlos Alberto Madrazo Becerra, en la más alta tribuna del estado, al terminar su participación en la sesión de esta semana; y sólo lamento haber atestiguado que quien no tiene filosofía de vida y sensibilidad no lo puede entender).