Desde Xico / Elecciones Mexicanas - LJA Aguascalientes
15/11/2024

Estamos a unos cuantos días de que el pueblo mexicano decida el rumbo que quiere que tome el país y por consiguiente el futuro de todos nosotros, y sobre todo en medio de una crisis económica y moral en todos los países que parecería no terminar. Afortunadamente en el aspecto económico nuestro país, gracias al trabajo de los mexicanos y a un manejo responsable de las finanzas nacionales y su avance en cuanto a transparencia y rendición de cuentas, aunque desafortunadamente en este rubro en los estados sigue privando la opacidad con congresos subordinados al Ejecutivo que no le cumplen a su pueblo con el control de los endeudamientos, y en la transparencia de su aplicación, así como a través de los órganos de fiscalización de los estados, no castigan a aquellos que han robado el dinero del pueblo.

En cuanto a la crisis moral de nuestra sociedad, observamos con mucha preocupación cómo se han incrementado los suicidios en todos los estados y qué decir de los feminicidios, las violaciones tanto intrafamiliares como en los entornos vecinales, y la trata de personas. Esto nos indica que no estamos en el camino de resolver estos graves asuntos, que si los analizamos junto con el ya famoso bullying, observaremos que estos problemas podrían ser el origen de la ola de violencia, asaltos, homicidios, secuestros y extorsiones que asolan a una buena parte de nuestro país.

Y como lo menciono al inicio, estamos a punto de tomar nuestra decisión electoral y en este caso debemos dejar de ver las envolturas, las camisetas y las encuestas -unas serias, otras de plano son una vacilada. Hoy han salido a la luz pública actos de tremenda corrupción de ex gobernantes que se robaron cantidades fabulosas de dinero y que eran cómplices de delincuentes, siendo presuntos lavadores de dinero, actividades con las que lastimaron a las empresas que trabajan legalmente, y que quebraron por no poder competir con “empresas” que sólo son usadas como fachadas para blanquear dinero, no importándoles perder dinero, llevando a la quiebra a los que necesitan  generar rayas, pagar proveedores, y que concursan para ser proveedores legalmente y que con éste tipo de manejos turbios son aislados de manera ilegal.

Hoy, casi sin sorpresa, estamos viendo cuántos de esos personajes son señalados como delincuentes, algunos por países del extranjero, y ahora también por autoridades mexicanas. Con esto nos percatamos cómo la delincuencia organizada está tratando de crear un ambiente de crispación antes de las elecciones con el fin de desanimar a los votantes de tener en sus manos el resultado de estas elecciones.

Pues bien, aunado a esto un periódico inglés, The Guardian, acaba de publicar una investigación en la que menciona que todo México ya sabía o comentaba, sobre todo en las redes sociales, que el candidato del PRI tenía convenios con Televisa para generar un candidato de novela y presentarlo como la mejor opción -caso contrario al PAN, que decidió respetar su vocación democrática con elecciones internas para la selección de sus candidatos. No fue difícil para los artífices de este plan el imponer a su candidato, y por consiguiente apoyarlo con todo el poder financiero y de imagen de que son capaces. Lo que no tomaron en cuenta fue la aparición de los jóvenes estudiantes con el #YoSoy132 o Waterloo también se escribe con I de Ibero, y comienza un movimiento que quitó la modorra a la contienda que entraba en un impase en el que se pensaba que todo estaba decidido. Esto dio un vuelco muy interesante a la dinámica del proceso. Generando un marcado interés de escuchar el segundo y último debate, organizado por el IFE, se hizo conciencia de analizar a los medios de comunicación, entre los que no han perdido su objetividad al igual que los que desafortunadamente por sus intereses económicos y de influencia política decidieron tratar no de informar sino de manipular a la opinión pública. En lo anterior es muy importante que todos los mexicanos meditemos, pues no es poca cosa lo que se juega este próximo 1 de julio.

Las preguntas son, de ser cierto todo lo que se dice del candidato del PRI, ¿podrá, de ganar, desprenderse de los compromisos contraídos y gobernar realmente para el pueblo? ¿Tendrá el carácter para resistir la influencia de los tecnócratas que están rodeándolo, aún con un costo altísimo dentro de su partido?, pues no ha sido incluyente con todas las “corrientes” dentro del PRI. ¿Habrá medido el candidato priísta las consecuencias de dar muestras de que volverá a ser el sistema en que los gobernadores no son más que empleados del presidente y los quitan y ponen desde el DF? ¿Hasta dónde podrá tener juicios sensatos en contra de los de su primer círculo, privilegiando el interés del pueblo? ¿Qué reacción tendría frente a situaciones de crisis de seguridad, de salud, sequías, inundaciones así como casos de corrupción de sus allegados? ¿Cómo enfrentaría las presiones de los poderes fácticos sin poner en riesgo la estabilidad y marcha del país? ¿Qué decisiones tomaría frente a los provocadores y aquellos que afectan las libertades de la mayoría de los mexicanos y chantajean a los gobiernos en turno? En fin, la imagen no lo es todo para ser un buen gobernante.

Por otro lado, tenemos la otra cara de la moneda; un personaje que vuelve a tratar de ser presidente a pesar de que sabe que en este país no se permite la reelección y tiene ya casi seis años de autonombrarse “presidente legítimo”. Y en ese tenor durante el 2006 y 2007 trató por todos los medios a su alcance de descarrilar la vida institucional del país. Todavía recuerdo la forma vergonzosa como entramos a la Cámara de Diputados para la toma de protesta de Felipe Calderón. En esa ocasión fuimos atacados por diputadas y diputados de su partido. La ceremonia fue digna de un acto cavernario, habiéndonos tenido que proteger y hacer un cerco para defender la tribuna y lograr que el acto republicano que ordena la Constitución se llevara a cabo.

Todavía recuerdo cuántos negocios de la Ciudad de México quebraron por la movilizaciones y cuántos fueron atacados y robados por esos grupos que llamaban a la violencia. Nos tocó la vergüenza de que se tomara la tribuna por semanas por los miembros del PRD, PT y Convergencia; incluso estuvimos a punto de enfrentarnos en lo personal entre senadores. Fue de terror vivir ciertas situaciones, por ejemplo, cómo perseguían los camiones en los que nos “llevaban” a sedes alternas, pues no podíamos sesionar en la sede oficial, en las cuales, de manera artera, senadores de esos partidos “filtraban” reventadores para que no se llevaran a cabo las sesiones, y en las calles unas señoras que se autollamaban “adelitas” eran conducidas por unos individuos en camiones y camionetas con logos del Frente Francisco Villa; a esas mujeres las bajaban en las calles adyacentes a donde deberíamos llegar y se acostaban en el arroyo de las calles para impedir el paso. En cuanto a cómo se dirigían a nosotros con sus ofensas, tomé la decisión que por salud debía olvidarlas. Con lo anterior, ¿cómo pensar que no hay preocupación si desde este momento López Obrador ya está descalificando al IFE en cuanto si él no gana (sic)?

Recordemos cómo en Venezuela Hugo Chávez pasó del mensaje amoroso, transformándolo en “vamos por los de arriba”, anunciando una lucha de clases -que México ha superado- y mucho más un proceso de “desconstrucción” para llamar al que no esté de acuerdo. Estimado lector, los términos  “fascistas”, “ultras”, “conservadores” y “reaccionarios”, eso ya debemos de superarlos.


Por otro lado, la interrogante es ¿México realmente está preparado, y decidido, a tener una mujer en la Presidencia? Creo que el país ha superado traumas y está analizando realmente las propuestas de los candidatos para ya no estar atados a atavismos. Opino que el análisis de los ofrecimientos de todos los candidatos debe ser una prioridad y ver cuál es la propuesta que el país necesita, y no repetir las barbaridades suscitadas en el juego del pasado viernes entre la Selección Mexicana contra la Selección de Guyana en el Estadio Azteca, en donde llevaron a jóvenes y adultos con playeras de PRI, quienes se enfrentaron con los jóvenes de #YoSoy132, esto a unos cuantos días de las elecciones. ¿Sabe usted qué hubiera pasado si ese enfrentamiento se hubiese desbordado a las afueras del Estadio?

Crítica decisión de los tricolores con este tipo de actitudes. No han entendido que México ya trascendió la etapa de los regímenes faccionales y violentos, de modo que sería una estupidez desandar el camino. Éste es mi humilde concepto de la política, del poder y de la sociedad. No quiero imaginar que sí fue por tarugos pero si es un plan para desestabilizar las elecciones eso, señores, va en contra del país y de todos los mexicanos.


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