Cinefilia con derecho / Respeto a los resultados y fraude electoral - LJA Aguascalientes
23/11/2024

El presunto fraude en las elecciones del 2006 es un fantasma que sin duda, al igual que el del 1988, quedará en la historia de México pero, gracias a la no destrucción de las boletas electorales, permitirá algún día generar interpretaciones historiográficas fuera de la pasión de los protagonistas.

Luis Mandoki, el excelente cineasta mexicano (y ahora sabemos también hábil estratega en el boteo y recaudación de recursos de recursos para campañas) da su propia versión en Fraude: México 2006. Un documental que va más allá de lo subjetivo, si bien es cierto esta clase de género cinematográfico tiene como finalidad exponer el punto de vista del narrador, lo cierto es que tiene que hacerlo con argumentos y sobretodo sin dejar espacios en blanco o aristas si resolver que puedan restar fuerza a su producto. Me parece que el documental de Mandoki deja muchos de estos huecos. El alegato principal será político, no jurídico, la legitimidad que usa el cineasta no es la votación, sino las masas, pero no las que conforman los millones de mexicanos que salieron a votar ese día en el país, sino los apenas un millón de marchistas que exclusivamente paralizaron el Distrito Federal, irónicamente el mayor bastión fue el que más resintió la resistencia civil. ¿No existimos el resto de los 31 estados, de los más de 100 millones de mexicanos? Para el director no.

El complot como modus operandi y la lucha de David contra Goliat como una forma sentimentaloide de identificar al espectador con su causa: AMLO vs Salinas, AMLO vs La Iglesia, AMLO vs el Consejo Coordinador Empresarial; AMLO vs. los periodistas, en suma AMLO vs. México.  Por ello cualquier cuestión por grave que fuera, un soborno, un funcionario gastando dinero en Las Vegas, la violación de una sentencia de amparo, son en realidad ataques en contra del candidato.

Desde la perspectiva del documentalista, hay dos situaciones en 2006: de un lado la abierta y descarada participación de Vicente Fox y otros grupos de poder que operaron a favor de Felipe Calderón y por otra la supuesta maquinación de un fraude en las urnas. La campaña del peligro para México, el uso de la fuerza del estado, son efectivamente modelos de antidemocracia, incluso pudieran ser causal de la entonces llamada nulidad abstracta de elección. Sin embargo, no hablaremos de ello, pues el documental se centra en otra clase de fraude, el que supuestamente se operó en las casillas el día de la elección. El mayor argumento en este asunto tiene que ver con el hecho, dice López Obrador, de que “Se apoderaron de las casillas” y entonces ya no sólo el fraude fue del gobierno, no del IFE o esos “grupos de poder”, sino además de los cientos de miles de ciudadanos que participaron, de cada representante de todos los partidos y lo más increíble, de los propios representantes de casilla del PRD que no sólo permitieron sino que fueron parte del fraude. Lo más contradictorio es que las principales causales de ese fraude pudieron ser prevenidas ¡por el propio PRD!, revisar el padrón electoral que es entregado desde antes de la jornada a los partidos, asegurando la presencia de su representante y sobretodo que ese representante sea confiable y esté debidamente capacitado. ¿Cuál fue el verdadero error de AMLO? El engreimiento, dice en el documental que no obstante de toda la campaña negra “mis cálculos son, les vamos a ganar” y por ello “No pensé en reforzar la defensa del voto, ese fue mi error”.

Retomamos este documental para contextualizarlo en las elecciones del 2012. Como ya mencionamos, hay dos situaciones que hace ver el fraude del 2006 según Mandoki: la campaña negra en contra de AMLO y la falsificación de resultados electorales en cada una de las casillas. En las condiciones actuales, es exigible al ahora AMLOVE deje de hablar de un fraude, no sólo se han respetado los tiempos y pautas electorales, no sólo se ha evitado (salvo algunos spots por los que el PAN deberá rendir cuentas) la campaña negra en contra del candidato de las izquierdas (sic),  sino que además se ha evitado a toda costa los ataques y las confrontaciones.

No al fraude electoral, los partidos tienen en sus manos la solución, el asunto medular es la jornada electoral, durante más de seis meses los partidos, el propio IFE, miles de ciudadanos se preparan para llevar a cabo una jornada electoral transparente y democrática. Ahora es momento de que cada partido revise con lupa el padrón electoral, que garantice la asistencia de sus representantes partidistas a cada casilla, de que estén capacitados para el correcto llenado de las actas, pero sobretodo que hagan una auténtica defensa del voto; que nadie quiera exigir en declaraciones mediáticas  aquello que no puede defender en la jornada electoral, en el auténtico y único voto por voto, casilla por casilla.


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