París, Francia.15 de mayo de 2012. En el Palacio del Elíseo, sede de la Presidencia de la República Francesa, el mandatario saliente, Nicolás Sarkozy, entrega a su sucesor, François Hollande, los códigos de la Force de frappe, la fuerza de disuasión nuclear gala en presencia del general Benoît Puga, representante del Estado Mayor del Ejército francés.
El sencillo, pero trascendental acto arriba descrito marca un nuevo hito en la vida pública de Francia, pues el socialista François Hollande asume el poder en su país y planea dar un giro a la política exterior de su país. Lo cual es motivo del presente artículo.
La política exterior se define como “el área de actividad gubernamental concerniente con las relaciones entre el Estado y otros actores, particularmente otros Estados, en el sistema internacional”. 1Es por ello que, ni tardo ni perezoso, Hollande ha enviado varios mensajes sobre cuáles serán las prioridades de la República Francesa en el escenario global.
1.- China.- El día 7 de mayo del presente año, a sólo horas de su histórica victoria electoral, Hollande recibió a Kong Quan, el embajador chino en Francia. En su conversación con el enviado asiático, el mandatario electo se comprometió a profundizar la cooperación franco-china, especialmente en el terreno económico.
Es en este aspecto, es donde hay más margen de maniobra pues, debido a su apurada situación económica, los europeos necesitan diseñar mecanismos que les permitan atraer la inversión china hacia el Viejo Mundo – China invertirá alrededor del mundo más de un trillón de dólares durante los siguientes diez años. Por lo tanto, la Unión Europea quiere una tajada del pastel chino.
Para reforzar los lazos sino-franceses, Hollande designó como su principal asesor diplomático a Paul Jean-Ortiz, un experto en asuntos chinos del Quaid´Orsay, el ministerio de Asuntos Exteriores de Francia.
Los coqueteos franceses obtuvieron una respuesta inmediata: el presidente de China, Hu Jintao, envió un mensaje en que enfatizaba “La larga amistad y cooperación entre China y Francia la cual es significativa para salvaguardar y promover el desarrollo, la estabilidad y la paz mundial”.
2.- Alemania.- El mismo día de la elección, 6 de mayo, Hollande recibió, desde Berlín, una llamada telefónica efectuada por la canciller teutona Angela Merkel. Durante la conversación, acordaron reunirse a cenar el 15 de mayo del mes en curso, es decir, horas después de que Hollande asumiera la presidencia de Francia.
Posiblemente en la reunión no se llegue a algún acuerdo espectacular, pues los germanos han dejado en claro que la austeridad es el único camino para sacar a la eurozona de la crisis de la deuda. Sin embargo, Merkel ha dado a entender que pudiera aceptar el uso más flexible de los fondos estructurales de la Unión Europea, un rol más prominente para el Banco de Inversión Europeo y el uso de “bonos proyecto” para apuntalar a la infraestructura en los países de la eurozona.
Desde 1963, el eje Berlín-París es la piedra angular de la política exterior francesa. Por ello, Hollande nombró como su segundo asesor en política exterior a Philippe Leglise Costa, un perito en asuntos europeos.
3.- Los Estados Unidos.- Minutos después de recibir al embajador chino, Hollande hizo lo mismo con Charles Rivkin, el diplomático estadounidense de más alto rango en París. Esto fue interpretado como una señal de que el socialista francés no comparte la devoción perruna de su antecesor, Nicolás Sarkozy, por la Unión Americana.
Esto significa que Hollande considera a Francia y a los Estados Unidos como “Amigos, aliados pero no alineados” – “amis, alliés, mais pas alignés”. Sin embargo, el político galo se reunirá con su contraparte yanqui, Barack Obama, el próximo 18 de mayo. El punto más espinoso en las relaciones franco-estadounidenses será la promesa de campaña de Hollande de retirar a las tropas francesas de Afganistán en diciembre de 2012.
4.- Irán.- En un abierto desafío a Washington y Tel Aviv, el antiguo primer ministro francés, Michel Rocard (muy cercano a Hollande) se reunió con altos dignatarios y legisladores iraníes. Este gesto ha sido descifrado como un enfoque más prudente por parte de París por desactivar la crisis provocada por el programa nuclear iraní.
Todo lo anterior permite afirmar que la visión internacionalista de Hollande será caracterizada por las interacciones entre Beijing, Berlín y Washington, pero también enfocada a tratar con las nuevas potencias emergentes, los famosos BRICS.
(*) Colegio Aguascalentense de Estudios Estratégicos Internacionales, A.C.
1. -Clarke, M. (1989) Understanding Foreign Policy: The Foreign Policy Systems Approach, Edward Elgar, Cheltenham, p. 1.