Muy a pesar de las cifras alegres, los informes rosas y las estadísticas manipuladas, la mayoría de las personas sabemos que la educación que tenemos deja mucho que desear. Comprendemos que el sistema de aprendizaje nacional más que obsoleto, es mañoso, donde se procura conservar la pobreza de identidad propia, disminuyendo al máximo la capacidad de generar opinión personal; se nos ha dicho por décadas que somos un país de “cangrejos”, individualistas, flojos y poco proactivos, basándose en la premisa de que una mentira repetida mil veces se convertiría en verdad. Esta condición durante años había funcionado, sin embargo tal parece que el cambio generacional ha llegado.
Los jóvenes estudiantes, incitados por sus convicciones se organizaron y de manera legítima protestaron ante la presencia del “candidato producto” en las instalaciones de la Universidad Iberoamericana; la famosa Ibero se convirtió en la punta de la lanza que hoy tiene herido al dinosaurio priísta.
Desde hace años venimos hablando de un movimiento social que se estaba manifestando en otras partes del mundo y que tarde o temprano terminaría por llegar a México, hablamos de una apertura masiva de conciencias, hoy la revolución de ideas tomó desprevenidos a quienes se habían acostumbrado al clientelismo partidista, al aplauso comprado y los vítores ensayados. Esta generación de ciudadanos, con nombre y apellido, con matrícula en instituciones educativas, con formación académica, pero sobre todo con hambre de información veraz y objetiva han sacudido al sistema partidocrático.
Ciento treinta y un jóvenes que fueron menospreciados, satanizados e incluso calificados como revoltosos, crearon un mensaje que a la postre despertaría a todo el país, cada uno se muestra en pantalla sosteniendo su credencial de estudiante, mientras dice su nombre y número de matrícula que lo avala como alumno de la Ibero. Gran lección al viejo PRI que osó tachar como “porros” a los estudiantes que orquestaron un “boicot” contra su candidato, despreciando en todo momento la capacidad de organización que los jóvenes tienen por sí mismos.
Días después de la manifestación de los 131 y dentro de las redes sociales (cuya aportación para la difusión de esta idea ha sido prioritaria) se convocó a una marcha en contra de la desinformación mediática y la tendencia informativa, que los jóvenes claramente perciben muy a favor del PRI y su producto, perdón candidato. Llevando sus quejas, pero sobre todo la conciencia despierta de que este es un parteaguas social, que rebasa por mucho a las campañas políticas y las intenciones que otros tienen de colgarse del movimiento, los jóvenes estudiantes, ya no sólo de la Ibero sino de otras universidades, exigieron información similar para todos, con la única finalidad de que los ciudadanos tengan las herramientas necesarias a su disposición para elegir de manera razonada a quien le darán su voto el próximo 1 de julio.
Aunado a esta manifestación por la información, surgieron los preparativos para la “marcha anti-Peña Nieto” y después otra más en apoyo al candidato del Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, donde contrario a lo manifestado por algunos medios de comunicación que intentaron demeritar ambas movilizaciones, buscando los sitios más desolados para captar las imágenes de un supuesto evento desangelado, debo decir que se nota claramente en fotos que fueron subidas de manera inmediata por los participantes de los eventos que las marchas efectivamente fueron todo un éxito.
Tras esta serie de manifestaciones sociales quedan claras al menos tres cosas: Primero, quienes interpretaban éstas como expresiones antipolíticas y antipartidistas, se encuentran alejados de la razón, puesto que se observa un claro mensaje antipeñista o antipriísta más no antipartidos en general, aunque tampoco favorables a uno u otro. Una frase define este apartado: “Aún no decido por quién votaré, pero ya decidí que por Peña Nieto no lo haré”.
Segundo, el PRI deberá entender que el trasfondo de la protesta es la idea de que su triunfo representa la restauración del autoritarismo, algo de lo que los ciudadanos están asqueados por lo cual apelamos a la memoria y la conciencia histórica diciendo: “Un mexicano votando por el PRI es como un alemán reconstruyendo el muro de Berlín”.
Finalmente y en lo particular lo que me permite observar una oportunidad, es el hecho de saber que se ha dado el primer paso hacia una sociedad que despierta y se convierte en un ente propositivo, los jóvenes han dejado atrás el sosiego y la apatía para tomar la estafeta de una generación de ciudadanos consientes e informados, hoy piden espacios y se abren de manera propia los suyos. Hemos de decir que los medios de comunicación tradicionales y los partidos políticos de siempre, les quedan chicos frente al vertiginoso movimiento de las redes sociales y las tecnologías.
De pronto el proceso electoral adquirió una tónica distinta. Los jóvenes revivieron la campaña y comenzaron esta sacudida que con un éxito tomó desprevenidos a todos. “Mexicano informado, jamás manipulado”.
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